El ruido molesto de su teléfono hizo que Yoongi se despertara de su relajante siesta. Necesitaba descansar luego de todo el alboroto de esa misma tarde, aparte su celo no ayudaba en nada. El dolor punzante en la zona baja de su cuerpo, el calor irreparable junto al enojo de toda la situación lo habían hecho caer rendido a la cama.
Apretó sus ojos y bufando, tomó el móvil para contestar aún sin saber de quién se trataba.
— ¿Diga? — Habló somnoliento.
— Soy yo, uhm, tengo una noticia que darte.
— ¿Qué quieres, Jungkook?
— Antes que todo, sólo... perdón ¿sí? en ni un momento busqué lastimarte. Eres mi mejor amigo, casi mi hermano. Tuve miedo porque nunca reaccionaste así con ninguna persona.
— No pasa nada, también me excedí. Lo siento, es... mi lobo. Nunca antes reaccionó así ante un omega. Simplemente lo reclamó y mi celo explotó.
— Mierda.
— ¿Qué pasa? — Preguntó curioso Yoongi, acomodándose nuevamente bajo las mantas para volver a dormir cuando la llamada finalizara.
— Sacaste a tu lobo al baile y... ¡Esto no debería ser así!
— ¿De qué hablas?
— Supongo que no has visto las redes sociales ni los noticieros ¿no? Park Jimin mandó un vídeo de nosotros peleando con un encabezado que decía "Min Yoongi acusado de intentar abusar de su Mánager, Jeon Jungkook".
— Dime que es una broma...
Y antes de que Jungkook pudiera responder, cortó la llamada y entró a la aplicación de Twitter. Estaba empapelado con el vídeo. Todo la maldita comunidad de Twitter había visto ese vídeo y Yoongi comenzaba a desesperarse. Sabía que tenía fans fieles dispuestas a defender todo lo que dijeran sobre él, pero ya para ése entonces sólo se trataba de un veinte, quizás diez porciento de toda la comunidad que alguna vez fueron sus fans. Todo el mundo se le venía encima, y con eso, su carrera se iba hasta abajo.
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Luego de aquella bomba que estalló el mismo día en el que iba todo bien, Min Yoongi se propuso buscar a aquel bonito omega que tan infeliz lo había hecho. No entendía porqué estaba pasando aquello.
Suspiró poniéndose la capucha de su polerón negro y metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. Gracias a la mascarilla que andaba trayendo, estaba seguro que nadie lo reconocería mientras caminara cabeza gacha. Estaba tachado como el "rapero más cerdo de Daegu" o algo así fue lo que escuchó en los noticieros de los días anteriores. Todas aquellas estupideces falsas salieron a la luz y él no sabía cómo mierda salir de ahí. Del hoyo en el que lo habían metido a la fuerza.
Relamió su labio inferior y levantó la mirada. Sí, era aquél edificio en el que vivía Jimin. Había movido los pequeños contactos que le quedaban para ayudarlo una vez más. Y ahí se encontraba él, esperando pacientemente a que ese bonito omega entrara. Sabía a la hora que llegaba de su trabajo por lo que no fue difícil seguirle el rastro.
Una cabellera castaña llamó su atención entre todas las personas que por ahí pasaban a esa hora, haciendo que su lobo se removiera inquieto e inhalando profundamente, comenzó a caminar en su dirección. Siguiéndolo hasta el elevador y posicionándose justo tras él cuando éste y tres personas más se subieron. Creía que tenía todo controlado, pero no siempre era todo como él quería.
Al llegar al piso siete, el omega salió casi corriendo del elevador, no era tonto, había sentido su aroma desde que entró al edificio, haciendo que el alfa gruñera por lo bajo y comenzara a caminar tras él a la misma velocidad. Vio como las pequeñas manos de Jimin jugaban con las llaves de su departamento, y una vez que se dio cuenta de que casi todo estaba perdido, trotó para poner ambas manos con fuerza sobre la madera, abriendo ésta de golpe. Entró y cerró tras él, viendo como el menor lo miraba asustado, casi como un cachorro a punto de ponerse a chillar.
— ¿Qué mierda te hice, Park? — Habló firme, dando un paso tras otro de manera lenta, haciendo que el omega retrocediera.
— Yo...
— No te hablé, no te molesté... ¡no te toqué!
— Yoongi...
— No te hice nada. Ni siquiera una palabra te dirigí... ¿qué te hice? ¿qué hice yo para que me hundieras así? — Su voz, por alguna razón, sonó casi quebradiza. El lobo dentro de él estaba apoderándose de su cuerpo ante la ansiedad de la situación.
— Déjame explicarte... yo no hice... yo no fui.
Yoongi soltó una risa amarga, negando con la cabeza para luego mirar el suelo, chasqueando su lengua.
— Ándate a la mierda. Ojalá te pudras, total, a mí fuiste tú quién lo hizo.
Y como si fuese un alma en pena, soltó el aire que había en sus pulmones y dándole una última mirada decepcionada al menor, volvió por donde vino y cerró la puerta, haciendo que un ruido seco hiciera eco en el hogar de Jimin.
Yoongi más que enojado, estaba decepcionado. De él, de Jimin y de su lobo. Había esperado tanto por encontrar a su alma gemela que le dolía ver que era una mierda. ¿Por qué a él le pasaban estas cosas?
Lo que no sabía, es que un Jimin completamente roto estaba dentro del departamento. Lágrimas no paraban de correr por sus mejillas mientras se sentaba en el sillón hecho un ovillo con su propio cuerpo. El lobo del omega se había hecho presente y se sentía miserable y asqueroso.
— Alfa...
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