Park Jimin sentía los nervios correr por su cuerpo, por cada poro de su piel. Estaba parado justo frente al edificio de la empresa de Min Yoongi, con el teléfono pegado en su oreja.
— ¿Estás seguro que está aquí? — Dijo elevando su mirada hasta los pisos más altos y de vuelta, el gran logo de la empresa ya estaba apagado, era como si hubiese sido abandonado hace mucho tiempo.
— Sí, Hoseok hyung me lo dijo. Dijo que siempre estaba en el piso número 7, mencionó algo de su número de la suerte pero no pude entender bien.
— Está bien... aquí voy, entonces. Muchas gracias, Tae.— Tomó una gran bocanada de aire y cortó la llamada, metiendo el móvil en sus pantalones para luego rascar su nuca y terminar por ponerse el gorro de su sudadera.
Caminó a paso lento hasta la entrada del edificio, ya no había nadie. Ni guardias, ni recepcionistas, ni siquiera un alma en pena. Relamió sus labios y mordió el inferior sintiéndose culpable. Sabía que en cierto punto era él quien había hecho que el lugar estuviese así en ese momento.
Cuando llegó al ascensor, marcó el piso número siete con su pequeña mano temblorosa y miró sus pies, los cuáles comenzó a mover sólo para mantenerse ocupado mirando algo que no fuese los números subir cada vez más. Una vez que las puertas de éste se abrieron, como una cachetada le llegó el aroma de Yoongi, junto a una mezcla de nostalgia y enojo, haciendo que el menor chasqueara la lengua. Dudó tres segundos en salir de aquél cuadrado de lata, tres segundos en los cuáles Yoongi ya se había dado cuenta que él estaba ahí.
Dio dos pasos al frente y lo vio, saliendo de una de las oficinas que ahí se encontraban mirándolo fijamente. Antes de que el mayor pudiera decir algo, Jimin terminó por quitarse toda la cobardía de su cuerpo y caminó hasta donde estaba él, con la cabeza gacha y sus labios vueltos una fina línea. Estaba evitando hasta respirar para no molestarle más.
— ¿Qué haces aquí?— Preguntó tajante, alzando una de sus cejas mientras cruzaba sus dos brazos por delante de su pecho.
— Kim Namjoon y Kim Seokjin, por eso lo hice...—Dijo apenas inaudible, pero aún así Yoongi lo había escuchado.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ☽
Yoongi estaba sentado en su escritorio, casi matando a Jimin con la mirada. Si bien no decía mucho aún, su lobo por dentro se sentía completamente satisfecho de tener al omega frente a él.
— Bien, entonces estás diciendo que Namjoon está metido en todo esto ¿no? todo para que no le hiciera daño a tu hermano.— Chasqueó su lengua, ladeando su cabeza para mirarlo de manera penetrante.
— Así es... yo realmente no quería, en serio.
— Ahórrate eso ¿sí? sólo quiero, uhm ¿cómo puedo confiar en ti si fuiste tú quien hizo que se fuera todo a la mierda?
— Te...tengo todo. Conversaciones, fotografías, incluso llamadas grabadas. Todo eso me lo piden en los periódicos, así que ésta vez también lo hice. Si no confías en mí está bien, Yoongi, pero quiero intentar arreglar algo de lo que hice, aún... aún cuando sea la mínima parte.
— Bien, pero supongo que sabes que saldrá tu nombre cuando yo me vaya en contra de él.
Jimin se puso pálido y miró el suelo rápidamente, frunciendo el entrecejo. Si él era nombrado en las acusaciones todo se iría para él a la mierda, su hermano lo odiaría e incluso sabía que Namjoon podía hacerle algo. De manera inconsciente se había puesto a temblar en su lugar, haciéndose casi un ovillo.
— Oye, Jimin, tranquilo.
— Yo... mi hermano, me va a odiar, será mi culpa si le pasa algo, mis padres me van a odiar. Hyung, todos, yo...
— Jimin, hey, calma. Respira.— Tocó la mejilla del menor, quién sin darse cuenta ya estaba bañada en lágrimas.
El omega no se había dado cuenta en qué momento Yoongi había llegado hasta frente a él y se había puesto de cuclillas para mirarlo. Sin querer, el tacto del alfa lo había reconfortado demasiado y su lobo interior estaba casi chillando por hacerlo ir en busca de más caricias. Casi en automático, apoyó más su rostro en la palma de la mano del mayor y cerró sus ojos, disfrutando del contacto.
Yoongi sabía lo que hacía, no era estúpido y aún por más que estuviese enojado, no quería quitarse de ahí. No aún.
— Mira sé que es difícil ¿bueno? pero es la única forma que tengo para hacer que me crean... si no, esta conversación no servirá de nada.
— ¿Y si intento hablar con Namjoon? quizás así no le haga nada a mi hermano... yo sé que él no es malo, ni siquiera sé porqué está intentando hacer esto.— Respondió bajito.
— Era mi mejor amigo, no tengo idea de qué carajo fue lo que pasó.— Dolido, Yoongi se levantó de su sitio, haciendo que el omega gruñera por lo bajo al no tener más el contacto de su alfa.
— ¿Crees en las parejas predestinadas? — Soltó de la nada Jimin, haciendo que Yoongi mordiera su labio inferior y se girara para volver a su lugar, sin mirarlo.
— No... no lo sé ¿por qué me preguntas eso?
— Fue algo así como un impulso. Perdón.
Yoongi asintió con su cabeza y resopló, apagando el computador para así apoyar ambas manos sobre su escritorio, entrelazando sus propios dedos y apoyó su frente en éstas.
— ¿Qué tal si hablo yo con él? como... como si no supiera, pidiéndole ayuda. Quizás ahí pueda entender porqué hizo esto.
— ¿Crees que sea buena idea?
— Hay que intentarlo ¿no? de todos modos, ya no tengo nada más por perder.— Dijo sin darse cuenta, haciendo que alzara rápidamente su vista para mirar a un Jimin cabizbajo, sólo asentía con su cabeza.
Aún cuando había todo un tema envuelto entre ellos, él mayor sabía perfectamente que Jimin estaba ahí por una cosa, había algo que siempre los iba a juntar. Tiraba de ellos con fuerza. El omega estaba intentando arreglar sus errores de la mejor manera posible, y él sin querer estaba intentando buscar protegerlo. Porque sí, porque Yoongi creía en las parejas predestinadas. Porque sabía que Jimin era su omega.
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Eclipse - yoonmin.
Hombres Lobo↠ pareja principal yoonmin, mención de otros shipp. ↠ omegaverse. ↠ contiene +18. ↠ fluff/soft. ↠ capítulos medios.