Capitulo 3

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A las ocho en punto, _____ estuvo en el piso inferior de la casa, acababa de bajar las escaleras hacía apenas unos segundos. Lo gracioso era que llevaba arreglada más de diez minutos. Pero su orgullo le había impedido bajar antes. No quería presentar ningún tipo de entusiasmo, a pesar de que está nerviosa por ir a cenar con Cameron. Deseosa incluso, se podría decir, muy a su pesar.

  Cameron la miró de arriba ha abajo… varias veces, estaba despampanante, con aquel vestido verde, le quedaba justo por encima de las rodillas, un poco más debajo de la mitad del muslo, dejando a la vista sus fabulosas piernas, el escote del vestido no era amplio, pero si daba rienda suelta a la imaginación, y él tenía mucha… podía imaginarse enterrando sus manos bajo aquella suave tela, para descubrirla, y hacer que su boca cayera sobre sus pechos, lamiendo sus pezones…

Sacudió la cabeza, y dejó de imaginar aquello… no era la mejor imagen cuando se disponía a salir de su casa. Aunque, también podría subirla a su habitación y olvidarse de la cena, tampoco era tan importante…

Entonces la miró a la cara, aquel perfecto rostro que mostraba suavidad, y le daba ternura, sus ojos amplios y brillantes, la inocencia, impregnados en ellos, llevándolo al borde de la locura, moriría perdiéndose en las profundidades de aquellos ojos color marrón, y supo que quería salir con ella, hablarle, conocerla. Quería saber que pasaba por esa mente cuando se perdía, se adentraba tanto en sus pensamientos, que desaparecía del mundo, podrían robar a su alrededor, y ella no se daría cuenta.

Le fascinaba.

________ se giró, mientras se retorcía las manos, y miró escaleras arriba, y él tuvo a la vista su cuerpo desde atrás, la curva de su cintura, quería pasar la mano por ella, quería acariciar su suave piel, retirar aquel sedoso cabello, apoyarlo sobre un hombro y pegar sus labios a la piel de su cuello, antes de acariciar su espalda con ellos.

El tirón que le dio su entrepierna fue una advertencia, y de nuevo refrenó sus pensamientos. Normalmente no era así, no se encontraba excitado tan anticipadamente, aquella mujer era extraordinaria, lo tenía cautivado y para ser sinceros, aquello no le gustaba mucho.

Decidió que era hora de salir y dar la cara, podía ver el nerviosismo de la chica en sus actos, su forma de expresión demostraba su impaciencia, no había querido hacerse esperar, pero ella misma era la causante de su tardanza.

No había tardado mucho en estar listo, lo había echo todo mientras planeaba una buena excusa para echarla, una marcha atrás para sus planes, entonces, cuando tuvo el plan elaborado, estaba vestido y perfumado, listo para llevarla a cenar.

Recordó sus palabras y deseó mucho más enseñarle lo que había preparado. Dio un paso al frente y se preparó.

La impaciencia podía con ella. La paciencia no era su punto fuerte, no cuando estaba tan nerviosa como en ese momento. No cuando la inseguridad era más poderosa que su propia capacidad de razonamiento.

Miró de nuevo el final de las escaleras, y taconeó esperando que «el señor» se decidiera a bajar.

-Las ocho, las ocho –refunfuñó enfadándose.

Luke a su espalda sonrió. Algo que… poca gente conseguía.

-Las ocho y diez, perdona mi retraso.

Ella se giró con rapidez, mientras sus mejillas se teñían con vergüenza, comenzaba a odiar sonrojarse tanto. Miró los ojos de Luke que se burlaban de ella y sintió un fuego arder, sin embargo, su boca le dedicaba una sonrisa tan sensual que deseaba pasar sus dedos por aquellos labios.

-Yo… lo siento, es que…

-Ha sido culpa mía, madame, me retrasé.

-No pasa nada… -dijo sin saber por qué.

☁️ ℰl †rato ♥ Cameron DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora