40 días para recuperarte ~

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Dos erizos, uno azul y otro negro de betas rojas han estado casados por 7 años pero su matrimonio fue decayendo, la peleas eran constantes como la falta de comunicación entre ellos y cada quien dormía en una habitación.

Shadow trabajaba como agente en la G.U.N. y Sonic trabajaba como administrador en un hospital, cada uno tenía ya sus rutinas.

Ambos erizos se estaban alistando ya para irse y en cuanto Sonic entró a la cocina, Shadow se aproximaba y también entró haciendo sentir para ambos un ambiente tenso.

–¿Ya desayunaste? –Preguntó el moreno sacando el cereal y la leche.

–Si. –Respondió en seco el azulado.

–¿Y qué desayunaste?

–Café y pan. –Seguía contestando con gran seriedad.

–¿Piensas ir al supermercado o no? –La pregunta del moreno fue casi como si estuviera ordenándole que fuera.

–Shadow, tienes más tiempo libre que yo ¿No puedes ir tú?–Miró molesto a su esposo.

–Solo hice una pregunta, cálmate. Solo ten en cuenta que viven dos en esta casa.

–¿Y cómo sabré que vienes y a qué hora? Nunca me comunicas nada, a veces llegas tarde o temprano o te vas a comer con tus amigos, no soy adivino.

–Mierda Sonic, –el moreno se molestó– ¿Te ofendí a caso?

–También trabajo y no estaré haciendo todo yo mientras tu solo llegas a ver tu asquerosa pornografía.

–Otra vez con eso. –Rodeó los ojos con fastidio y tomo sus cosas –Me iré a donde si soy bienvenido.

Era común entre ellos que se hablaran de esa manera e incluso que llegaran a insultarse, ninguno se soportaba pero tampoco hacían algo para separarse al 100%. Shadow salió de la casa para irse a su trabajo al igual que Sonic al suyo.
Sonic había estado trabajando horas extras para poder ganar más y pagar los medicamentos que necesitaba para su madre quien se encontraba gravemente enferma

Shadow ya estaba en la agencia y estaba en el gimnasio que había dentro junto con su mejor amigo Silver. El plateado notó que Shadow estaba muy molesto debido a que estaba usando toda su fuerza para los ejercicios.

–Hey, –dijo riendo un poco el plateado– con calma amigo.

–Estoy cansado de todo, –dijo parando con su rutina– me respetan en todos lados menos en mi casa ¿Por qué?

–No estás haciendo funcionar tu matrimonio. –Eso dejo pensando al moreno pero tampoco lo creía posible.

–Que estupidez… –Continuó con su rutina y el plateado tan solo negó.