REDSNOW

7. El equipo Weak.

Damato no sabía exactamente como sentirse sobre la mujer que hace unos días lo intentó asesinar imbuida en una furia siniestra, pero ahora lo quiere entrenar, le dio su número telefónico y le iría a proteger. Las cosas se ponían cada vez más tensas ahora que se estaban preparando para aquella batalla entre las dos escuelas más conocidas del mundo. Una de ellas se le conoce por se la mejor y la otra es reconocida por aun tener alumnos a pesar de ser la peor de todas por tener los alumnos menos calificados para cualquier trabajo u oficio.

Finalmente había llegado el fin de semana donde los niños suelen descansar en sus cuartos o si ellos desean pueden salir a disfrutar del entretenimiento que puede ofrecer la ciudad. Pero para Damato y Jean era el día en que ellos fueron llamados para recibir el entrenamiento de parte de la escuela para prepararlos.

Los dos llegaron a un cuarto de entrenamiento bastante limpio de color blanco y pudieron ver a dos jóvenes parados sin hacer nada. Los cuatro cruzaron miradas.

—¿Ustedes son los otros chicos que participaran en el coliseo? —Pregunto Jean.

—Si. —Contesto una chica de cabello café oscuro y con dos orejas pequeñas y redondas. Tenia una tela que le cubría la boca y al parecer la parte de sus ojos parecía ser oscura como si llevara sombra. —Mi nombre es Mia, es un gusto. —A pesar de que ella llevara su rostro cubierto se podía sentir un aura de gentileza y felicidad.

Damato se acerco para saludar al otro chico que se encontraba a un lado.

—¡Hola, mi nombre es Damato! —su mano se extendió hasta el para saludarlo, pero se veía algo distante y se giró para alejarse. Se sentía la indiferencia rápidamente. Claramente era una persona que se creía alguien superior.

—¡Uy, no te vaya a dañar la pintura! —Dijo Damato siendo sarcástico, pero esto molesto a aquel sujeto.

—El es Erik. —Dijo Mia sonriéndole a Damato y disculpándose por la actitud de su compañero. —Suele ser así la mayor parte del tiempo. Se cree un emo vengador o algo parecido. Solo ignorado, deja que agarre confianza.

—Ah... ya entiendo... se cree un personaje de alguna serie o algo así. Me han advertido mucho sobre eso.

Jean soltó algunas risillas ya que veía como Erik estaba completamente rojo, por lo que se giro y se fue directamente hacia Damato.

"!No puedo dejar que ese niño gordo me insulte de esa manera!" pensó Erik furioso por como se burlaba Damato por lo que decidió mostrar su poder para intimidarlo. De su nariz salió una luz rápida para luego transformarla en una espada. Un poder Weak algo útil si se mira del lado de crear armas, ya que siempre iba a tener una en su cara. Dicha arma se acerco hacia aquel niño, pero el susto por la luz hizo que Damato lanzara un puñetazo directo a la mandíbula de Erik haciéndolo desmayar.

—¡Oh no, Erik tiene una mandíbula de cristal! —Dijo ella para socorrerlo, pero este ya estaba dormido profundamente.

Tras algunos minutos Erik se despertó y vio como los demás se encontraban jugando cartas de póker que Jean se había traído de su cuarto.

—¿Ya despertaste Noisword?

Noisword era un juego de palabras que Mia le había hecho para nombrarlo como su nombre de superhéroe. Los dos se conocían desde que iban en la escuela normal por lo que tenían un gran vinculo de amistad.

—¡No me digas así! —Grito Erik.

—Tranquilo o le digo a Damato que te de otro golpe.

Erik se quedo sonrojado y se sentó con ellos bastante callado.

—Bueno, creo que es buena idea que nos presentemos. —Mi nombre es Jean Miller. Mi sello es capaz de darme super fuerza por 5 minutos... pero luego tengo que descansar por un gran periodo de tiempo.

—¡Yo soy Damato! Y bueno... creo que soy el menos poderoso de la habitación. Mi sello... me permite comer lo que sea sin recibir daño alguno, solo me quedo con lo bueno de ello. Por eso tengo píldoras que me ponen buen mamado como un mango congelado.

—Yo soy Erik. Mi sello hace que mi nariz se vuelva una espada.

La indiferencia era notable en Erik, sin embargo se veía aun así participativo ahora.

—Como ya les comenté... mi nombre es Mia Racoon. Y bueno... yo no poseo un sello.

Damato y Jean la miraron sorprendidos ya que no sabían como reaccionar ante dicha noticia. ¿Cómo era posible que una chica no poseyera un sello? Se sabía que cuando dos personas con sello que hacen que cambien de apariencia (como Zack el doctor marisco) sus hijos podían heredar dicha combinación de rasgos solamente si su progenitor poseía un sello, de lo contrario sería una persona normal.

—Yo... poseo una maldición. Hace mucho tiempo mi familia fue maldecida y ahora cada generación el hijo mayor hereda los poderes de los mapaches... sin embargo...

Ella se quedo callada por algunos instantes, no quería decirlo hasta que Erik golpeo la pared con fuerza.

—¡Yo romperé la maldición, te lo prometo! —Grito Erik bastante emotivo. Mia rompió con aquel sentimiento de incomodidad y rápidamente se sintió de nuevo feliz y miro bastante contenta hacia Erik.

Damato sentía que ellos tenían una poderosa amistad que era irrompible, lo que hizo que se relajara ya que veía que ellos no eran malas personas.

De pronto una puerta se abrió en aquel lugar de entrenamiento para dar paso al gran maestro Yuri el genial. Era un hombre con armadura de caballero que brillaba en dorado y poseía una espada que se decía que era legendaria. Yuri se paro enfrente de los chicos que decidieron levantarse y formarse frente a el.

—Muy bien, soy el maestro Yuri el genial y solo vengo a decirles que: entrenen bien, coman bien y sean responsables. Hasta la próxima.

El maestro se giro y se fue por donde llego. Todos ellos se sentían entre decepcionados y orgullosos debido a que no iban a ser entrenados por aquel hombre flojo, sin embargo gracias a su sello que hacia ver todo lo que hace como genial se sentían satisfechos aun así.

—¡No vamos a ser entrenados! —Dijo Erik bastante molesto. —Levantare una carta de molestia, o sí. La escribiré con Arial 8 y sin interlineado y con más de 30,000 palabras para que vean mi molestia.

—Si... tu y tus cartas de molestia. —le contesto Mia mientras la palmaba la espalda.

—Bueno... creo que tengo una idea. —Les comento Damato.