Cαρเ́ƭµℓσ ⟦1⟧

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Si Jeon Jungkook pudiera elegir un momento en su día, definitivamente sería el desayuno, el desayuno de los domingos, con el olor del café recién hecho calando por sus fosas nasales, la luz filtrándose por las ventanas, iluminando la sala con un color alegre y cálido, sobre todo, con el perfume de su querida llenando aquella fría habitación, llenando el vacío corazón de aquel pelinegro.

Ver la figura de aquella chica de espaldas, mientras preparaba las tostadas con manteca era una de las mejores vistas que podía tener, y el mayor de los privilegios era el poder abrazarla desde atrás, como lo estaba haciendo en ese instante.

Sus brazos rodeaban la pequeña figura en frente suyo, y su barbilla descansaba en su hombro con delicadeza.

-Sun hye...¿Como puede ser tan perfecta aún en las mañanas?-pregunto el pelinegro rosando sus labios por el cuello de su querida, absteniéndose de besar allí, de marcar donde se suponía podía hacer y deshacer a su antojo, más en cambio tenía terminantemente prohibido tocar, o por lo menos dejar evidencia de ello.

-Kookie...Te había dicho que siguieras durmiendo, es muy temprano, debo irme dentro de poco...-lo esquivo aquella joven de cabello castaño, haciendo caso omiso a la corriente eléctrica que tal acto le provocó, más específicamente, que Jeon Jungkook provocaba en ella.

-Siempre es así Hye...Solo por una vez quédate...-reclamo haciendo un puchero de paso, sus ojos cafés la miraban con súplica, pero conocían la respuesta.

El mismo en un principio puso esa condición, y en este momento solo estaba bromeando, ambos lo sabían, no podían permanecer mucho tiempo juntos, mucho menos en ese departamento.

No con solo unas horas para que ellos lleguen, para que su burbuja de amor se rompiera y tuvieran que actuar como extraños.

Extraños que no saben nada acerca del otro, extraños que no se aman.

Cosa más alejada de la realidad no existía.

Un silencio se extendió por la habitación que ni siquiera la radio que sonaba con entusiasmo llenaba.

-Lo siento, aveces...Me dejo llevar...-se lamento aquel azabache, solo a el se le ocurría tocar ese tema.

-Debería cambiarme ¿no crees?-murmuró Hye sin ánimos, siempre era así, un dulce momento de amor puro, acompañado por la ruda y amarga realidad.

-No hagas esto, no hagas como si no te afecto, no te escondas de mi-argumento Jungkook tomándola de la cintura mientras la acercaba, por inercia la joven llevo sus manos a los hombros contrarios, como un reflejo involuntario que su cuerpo tenía sólo con aquel pelinegro de ojos oscuros, solo para Jungkook.

-No es sólo eso y lo sabes, jamás estuve tanto tiempo aquí, llevamos casi una semana, se me es incómodo, me siento fuera de lugar, me gusta mas cuando estamos en casa...-murmuró mientras recargaba su cabeza en el reconfortante pecho de su amado, era uno de sus lugares favoritos, debía admitir.

-Ya comienzan a sospechar de ese departamento y lo sabes, prefiero tenerte aquí que no verte en otros 4 meses...-argumento casi en un susurro, con una pequeña movida la sentó en su regazo mientras el mismo descansaba en una silla del comedor, se le olvidó que el café se enfriaba y se tomó el tiempo de acariciar la blanca y bella tez de su pequeña Sun hye, su adorable y pequeña amada, no paso por alto su mejillas y aprovecho para apretarlas un poco, causando un leve puchero en la contraparte, pero esta vez no hubo reclamo adorable, no hubo molestia ninguna, su querida se limitaba a ver abajo.

-Esto se esta volviendo cada vez más difícil y hartante-sollosó poco después, abrazándose a Jungkook con todas las fuerzas que tenia.
El contrario no necesitaba más para saber que estaba a punto de romper en llanto, y prefirió corresponder el abrazo que hablar, acariciando sus hebras oscuras con delicadeza, logrando calmarla.

-Todo esto...tendrá su recompensa, lo sabes, pronto llegará el día en que podamos dejar de escondernos, no te preocupes demasiado.

-J-Jungkook...siento un malestar en mi estomago...Es como si supiera que algo malo va a pasar si sigo aquí...-admitió tomando en sus manos el rostro de su mayor para que este la preste suma atención-Tengo miedo, ¿Y si me encuentra? No podre vivir una vida sin ti...No ahora que estoy acostumbrada a ti.

Jungkook trato de ignorar aquel nudo que se formaba en su garganta, tratando de igonorar la idea de un mundo sin Sun hye, ignorar lo triste y gris que sus dias se volverian, y se limitó a sonreír, tomando las manos de su querida con delicadeza, sobandolas en el trayecto para calmarla.

-Jamás permitiría que te alejarán de mi, ¿sabes por que?-susurro en su oído, con dulzura extrema, bajando en un camino de besos hasta su cuello, donde se permitió acariciar todo lo que podía, sin intención alguna de marcarla, causando que la pequeña se estremezca encima suyo.

-Mhm?-intento articular sin querer demostrar lo fascinante que le resultaba aquello, aferrándose a la prenda oscura del mayor, como si esto le diera las fuerzas para no caerse desmayada.

-Porque te amo Sun hye...-volvió a susurrar el pelinegro, esta vez pegando sus belfos a la comisura de los labios ajenos, mientras sus manos apretaban la fina cadera que era tapada por una camisa de su propiedad, con el propósito de dejar impregnado el aroma de su chica por varios días-¿Tu también me amas verdad?-pidió más que nada en una súplica, rosando sus labios a los contrarios.

No tuvo una respuesta directa, pero si unos labios contra los suyos, que lo ayudaban a profundizar el beso con ternura y cariño, sin ningún doble sentido, solo dos amados sellando su amor de la forma más pura.

-Jungkookie...-suspiro en sus labios Sun hye totalmente encantada, más bien enamorada.

Los dulces labios de Sun hye dándole espacio a su boca era lo único que Jungkook necesitaba para ser feliz, lo había descubierto años atras, lo ayudaba a olvidarse del mundo a su alrededor, lo desconectada de la realidad Cómo la mejor droga.

Es por ellos que no noto las voces y risas que llenaban el pasillo, ni mucho menos noto la presencia de aquellos 6 chicos llegar al departamento, no Hasta escuchar el grito de sorpresa del mayor de todos, solo percatandoce de sus miradas al despegar la suya de su amada, cual estaba ya levantada de su regazo, aferrándose de su brazo con panico.

-No pasará nada amor...-susurro a la intimidada pequeña, tomando su mano con delicadeza, en señal de apoyo, logrando por lo menos que esta dejará de temblar, y levantara la cabeza en sinónimo de estar más calmada.

Solo pudo asentir, pero eso fue suficiente para darle valor al macknae, valor para dejar de esconderse y demostrarle a sus hyungs lo mucho que amaba a su pequeña, valor para contar, por ahora, lo que les convenía.

-Jeon Jungkook explícanos esto Ahora - exclamó el más bajo de todos completamente rojo, tal vez de celos, o probablemente de enojo.

-Hyungs...



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Perdón  por los errores ortográficos✌😔

❛❛Do not leave me//JK❜❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora