C5: Llamada coreana

236 7 6
                                    


LORELAI

Si me dieran a escoger un momento en el cuál me sienta completamente feliz, sin duda elegiría cada segundo que estoy con Rory, ella es mi adoración.

Nos separamos y sonreímos, es increíble cómo la mirada de un ser querido puede transmitirte paz.

—¿Qué tal tu día, nerd? —Era divertido ponerle apodos que sabía que iban a molestarle.

—Fenomenal, madre. —Por su parte también me molestaba, sabía que odiaba que usara el término madre para referirse a mí, yo era lo suficientemente cool como para decirme de esa manera, incluso prefería ser llamada camarada.

—Dejémonos de disputas, ¿Cómo te fue realmente hoy? —Le sonreí y cargué su mochila, al instante solté una maldición por lo bajo. —Alguien olvidó decirme que los libros eran cosa del pasado, ahora se traen rocas a la escuela.

—No es necesario que me ayudes con eso, pero agradezco que lo hagas, ya no aguantaba. —Soltó un suspiro e hizo un movimiento que provocó que su espalda tronara. —¿Escuchaste? Culpo a la educación por eso.

Ambas nos reímos y caminamos hacia el auto que se encontraba a solo un par de metros de distancia, antes de entrar lancé la pesada mochila hacia los asientos traseros, sintiéndome más liviana por haber dejado ese peso a la deriva.

—Respondiendo tú pregunta, fue un día con altibajos.

—Agrégale mucho café a eso y bum! Describes mi día.

—Las clases son muy buenas, no me agrada decirlo pero, es notoria la diferencia del nivel académico entre la escuela de Stars Hallow y Chilton. Por otro lado, un chico me está molestando. —Desvié mi vista de la carretera para poder verla, una mueca de disgusto surcó sus labios.

Oh no, nadie se mete con mi hija.

—¿Quieres que hable con el director, linda?

Cuando era una adolescente fui víctima de varios insultos, la mayoría de ellos iban dirigidos a mi embarazo temprano, el estrés provocado por dichas ofensas trajo como consecuencias complicaciones a la hora del parto. Si necesito hablar personalmente con Charleston para que dejen de molestarla, lo haré.

—Tranquila, má. No es tan grave, solo es eso, molesto, pero puedo manejarlo. —Por supuesto que podía, pero si me necesitaba, ahí estaría para ella.

—Y... ¿Qué hace para molestarte? —Me detengo ante un semáforo en rojo, rayos y centellas, toca esperar.

—Me sigue a todos lados, siempre está diciendo cosas disparatadas, me llama María y no entiendo porqué.

Suelto una breve carcajada, no es que me esté burlando de mi hija (en esta ocasión no), me causa gracia que todavía llamen "María" a ciertas chicas, pensé que los insultos ya habrían evolucionado.

—¿Puedo saber el motivo por el que te ríes? —dice molesta.

—Es sólo que, a mí parecer, le gustas a ese chico. Todo eso que hace para molestarte, realmente lo que intenta es llamar tú atención. —El semáforo cambia a verde y casi grito de la felicidad por eso.

—No lo creo, es la primera vez que me ve, no puede enamorarse tan rápido de mí. —Frunce el ceño luciendo adorable, debería de prestar más atención a la carretera si no quiero que un accidente suceda.

—Por cierto, volviendo al hecho de que te llama María, lo hace porque, ya sabes, luces como una virgen.

—¿Una virgen? ¿En serio alguien puede deducir que una persona perdió su virginidad por su aspecto? Es estúpido.

Gilmore GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora