22 || It's her. It's Jennifer Blake. The fucking teacher had to be...

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"Es ella

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"Es ella. Es Jennifer Blake. La puta profesora tenía que ser..."

Deaton miró con ojos cansados los estímulos que parecía estar teniendo Elektra. De momento, se encontraba estable: había permanecido con ella todo el día, y ya había caído la noche sobre Beacon Hills... Lo que normalmente significaba problemas.

Se había comprometido a cuidar de la joven fénix, sobretodo por Isaac... aunque en realidad lo hacía porque conocía a Elektra, y ella ya había hecho por él más de una cosa. Se la debía. Y si tenía que vigilar toda la noche, lo haría; miró una vez más el pálido rostro de la joven sumergida en su subconsciente y se sentó sobre una de las sillas de espera que utilizaban los pacientes.

Mientras tanto, la mente de Elektra no podía estar más atontada. Y rezaba, porque nadie, nunca –y lo recalcaba: nunca –, supiera lo que había estado "soñando" durante su "coma" o lo que fuera aquello.

La rubia entró en su habitación, algo cansada. Sentía que estaba allí por algo, que su mente quería decirle alguna cosa importante sobre el Darach. Pero, no tenía ni idea de qué.

Caminó por la habitación hasta llegar a la ventana, y abrió esta, dejando entrar el frío aire de la noche.

—Creía que no estarías despierta —una voz a sus espaldas captó toda su atención. Y se quedó un poco petrificada al darse la vuelta y comprobar que se trataba de Isaac, quien se acercaba a ella con cautela —. Creía que estarías durmiendo.

—¿Durmiendo? ¿Por qué debería estar durmiendo? —su desconcierto saltó a la vista. Isaac rió.

—Quizás porque es de noche —mencionó obvio —. ¿O es que los fénix no dormís?

Elektra se mordió el labio, recordando una vez más cómo se había aferrado a él una noche antes de estar en esta situación.

—No quiero dormir —dijo, acercándose a él. No sabía por qué, pero las tremendas ganas por robarle un beso de sus labios le consumieron al instante. Isaac parecía pensar en lo mismo, pues miraba los carnosos labios de Elektra con deseo —. Hace tiempo que quiero hacer algo... Algo que no debería de hacer.

—¿Y a qué esperas entonces? —le preguntó con picardía —. A ti te encantan las cosas prohibidas.

Elektra se lanzó a sus labios, comenzando a besarle con fiereza. Realmente, deseaba aquello desde hacía tanto tiempo que ni siquiera imaginó verse allí, con Isaac, en su habitación y solos. La rubia tiró de la chaqueta que llevaba puesta el chico, atrayéndolo más hacia ella cuando Isaac quedó al mando de la situación; lanzó a la rubia a la cama, y se colocó sobre ella, volviendo a besarla para quitarse la camiseta y dejar al descubierto su muy tonificado torso.

Elektra recorrió el pecho desnudo del chico con su mano, sin apartar la mirada de esos ojos azules como el cielo que tanto causaban en ella y volvió a juntar sus labios.

𝙂𝙊𝙇𝘿𝙀𝙉 𝙋𝙃𝙊𝙀𝙉𝙄𝙓 ▷ ɪsᴀᴀᴄ ʟᴀʜᴇʏ; ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora