Confesión .-Punto de vista de Miku.-

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Estaba nerviosa, demasiado. Pero por supuesto que lo estaba, no todos los días le confiesas a tu mejor amiga que tienes sentimientos romanticos hacia su persona.

—Rayos.—se revolvió el cabello acua con una mano.—Mira, te cité aquí porque hay algo importante que me ha estando, ah, ¿molestando? Si, molestando y, bueno, eres mi mejor amiga, y ya sabes.—dijo de una manera tan veloz, que fue un milagro que no se haya equivocado.

Levantó la vista, que hasta hace unos minutos se mantenía en el suelo, y la enfocó en su mejor amiga, Rin.

Ambas se encontraban en el parque cerca de la casa de la rubia, sentadas en los columpios, lado a lado, un ambiente adecuando para confesarse, pensaba Miku.

—¿Y eso es?—preguntó la más joven, algo intrigada.

La mirada acua vago por todo el sitio, nerviosa, tratando en vano de tranquilizar su agitado corazón. Y así se mantuvieron durante unos instantes, algo tensos y en silencio incómodo, Rin esperando y Miku al borde de un colapso mental.

—¿Entonces?—volvió a cuestionar la joven de azul mirar, presionando una respuesta de Hatsune, después de 25 minutos de su primer pregunta.

La de hebras acua tomo una gran bocanada de aire, tanto así que hasta fue audible para su acompañante.

—¡Me gusta alguien!— y ese alguien eres tu, quiso decir, pero su voz no pudo siquiera intentarlo.

Estaba tan roja, cerca de hiperventilar.

—A mi me gustas tu.—fue la respuesta de la rubia.

Debido a que Miku había bajado la cara, escondiendo está entre sus manos, en el momento en que su amiga termino de hablar, levantó la mirada hacia Rin.

¿Estaba sorprendida? Si, lo estaba.

¿No sabía que hacer? Exacto, su mente termino en blanco.

¿Quería gritar de felicidad? Más que gritar, llorar.

¿Se creía que sus sentimientos eran correspondidos? No del todo, pero parecía que así era.

¿Se había ido corriendo? Si, se había ido corriendo.

Cuando se dio cuenta de lo ocurrido ya estaba en la puerta de su casa, jadeando, con las manos apoyadas en las rodillas, completamente exhausta. El parqué estaba cerca de la casa de Rin, no de la suya, para llegar a el tenía que atravesar unas 19 calles y un mercado, ¿cómo demonios no iba a estar casi muriendo sí corrió todo ese camino en tiempo record?

En el momento que recupero el aire faltante y se disponía a regresar a los columpios, con la esperanza de que la joven Kagamine siguiera ahí, su hermano abrió la puerta principal. Esté la analizaba de manera minuciosa, como el buen hermano sobre protector que era.

—Adentro.—ordenó Mikuo, dejando un espacio en la puerta, suficiente para que su hermana entrará sin dificultad.

—P-Pero—intentó negarse, pero la mirada de su familiar le dejo en claro que no podía decir que no.

Con una cara de resignación, se adentro a la vivienda.

Una vez dentro se percató que su hermano tenía una visita en la sala, un compañero de la universidad, más precisamente hablamos de su mejor amigo.

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⏰ Last updated: Jul 10, 2019 ⏰

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