Día 0: AU

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La joven de castaños cabellos frotó sus ojos luego de pasar varias horas frente a la computadora, miró a su alrededor para darse cuenta que todos sus compañeros ya habían vuelto a sus hogares y con bastante razón, eran casi las ocho de la noche, decidió guardar su trabajo y apagar la máquina que estaba utilizando. Siempre que se acercaba final de mes había bastante trabajo y por lo general la mayoría o lo más complicado siempre era asignado a ella puesto que siempre ha hecho su trabajo a la perfección, no le molestaba ya que siempre le pagan algo de dinero extra por las horas que debía quedarse de más, aunque últimamente no era de su agrado, habían personas que la esperaban en casa y ella casi no podía verlas por su trabajo.

Se puso de pie y se aseguró que todas las computadoras estuvieran apagadas y todas las ventanas cerradas, volvió a su lugar y tomó su bolso, su abrigo y su teléfono, le envío un mensaje a su esposo avisando que ya iba saliendo del trabajo y que le notificará cuando tome el tren, guardó su teléfono y se dirigió a la puerta, salió no sin antes apagar todas las luces, se despidió del guarda de seguridad y empezó a caminar hasta la estación de trenes, apuró un poco el paso para llegar lo antes posible, no le gustaba el tener que caminar ella sola por las calles, pero no tenía otra opción si salía tan tarde de su empleo. Una vez en la estación espero ansiosa la llegada del tren, miró el reloj en su muñeca para darse cuenta que faltaban por lo menos diez minutos antes de que el tren llegara, fue a una máquina expendedora y se compró un chocolate caliente. Camino y se posicionó cerca del área de abordaje, suspiró y miró a su alrededor, el lugar estaba abarrotado de gente, no sería un viaje para nada placentero y de eso estaba segura, al cabo de los minutos el tren apareció y se subió en él, una vez dentro buscó algún lugar vacío, claro no encontró ninguno, se aferró a uno de los tubos al lado de la puerta y aprovechó y sacó su teléfono, debía enviarle un mensaje a su esposo.

 Camino y se posicionó cerca del área de abordaje, suspiró y miró a su alrededor, el lugar estaba abarrotado de gente, no sería un viaje para nada placentero y de eso estaba segura, al cabo de los minutos el tren apareció y se subió en él, una vez...

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Guardó su celular y empezó a observar por la ventana, debía admitir que el paisaje era realmente hermoso.

(...)

─ Estoy en casa. ─ Se quitó los zapatos y los acomodó para que no estorbaran en la entrada, se aseguró de que la puerta quedara bien cerrada ya que no saldrían el resto de la noche. Caminó hasta la sala donde encontró a su esposo dormido sobre el sofá, sonrió y empezó a ir escaleras arriba, dejó su bolso en su habitación y se dirigió al cuarto de al lado, se acercó a la cuna que había, su pequeña se encontraba plácidamente dormida, si la despertaba para cargarla costaría que se volviera a dormir, así que decidió dejarla así y bajó a la sala de estar, por su esposo estar dormido en el sofá había muy poco espacio en él, pero aún así decidió acostarse con él, pasaron unos segundos hasta que sintió un brazo rodeándola.

─ ¿Llegaste hace mucho? ─ La castaña negó.

─ Hace unos pocos minutos. ─ Dijo escondiendo su rostro en el pecho de su esposo.

─ ¿Quieres cenar?

─ Sí, solo... quedémonos así un poco más.

─ ¿Pasó algo en el trabajo?

♥Kacchako Week - One-shots♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora