Día 2. Otherworldly

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Un poco más lejos del lago un chico rubio se encontraba quitándose  las prendas que llevaba, recién volvía de una misión y había quedado bastante sucio. Por otro lado el lago ya se encontraba en uso, una chica castaña se encontraba en él, era uno de los sitios más relajantes que conocía, fue una sorpresa para ella que de repente alguien entrara en el lago y al parecer sin notar su presencia. La castaña se sumergió y nadó un poco cerca de la persona que interrumpe su paz, era un hombre de eso estaba segura. Se alejó y nadó más profundo, ¿debía exponerse ante él y pedirle que se vaya ya que ella llegó primero? Aunque no es como que tuviera más ideas aparte de eso, así que decidió llevarla a cabo, después de todo si necesitaba pelear tendría ventaja. Subió a la superficie sin llamar mucho la atención, se acercó un poco y decidió hablar.

─ ¡Hey! ─ Exclamó captando la atención del rubio. ─ ¿Qué haces aquí?

─ Vete, llegué primero.

─ No lo creo, llevo aquí desde hace bastante rato, tú tan solo un par de minutos, que no hayas notado mi presencia es culpa tuya.

─ No tengo tiempo para juegos, niña, vete de aquí.

─ Tienes tiempo para irrumpir en mi lago, tienes tiempo para hablar conmigo, así que lo repetiré, ¿qué haces aquí?

─ Estoy bañandome, ¿tan difícil es notarlo?

─ Te pido que te retires.

─ Vete al diablo, no voy a irme solo porque una tonta que se apareció de repente me lo diga.

─ Es mi lago, no tienes ningún derecho a estar aquí.

─ No veo tu nombre por ningún lugar.

─ Eso es porque a los estúpidos humanos les es mucho más fácil entrar.

─ ¿"Humanos"? Vaya forma a referirte de nosotros, ¿acaso tú eres un hada o algo así?

─ Un hada no, una sirena sí.

─ ¿Sirena? ─ La castaña nadó un poco más cerca de él, se las arregló para subirse en la orilla del pasto, exponiendo así su cola rosada.

─ Una sirena.

─ Nunca había visto una antes... ¿Cuánto podrás valer?

─ Yo no estoy a la venta.

─ Tú no tienes opinión sobre ello. ─ La castaña soltó un gruñido de frustración y  volvió a saltar al agua, apuntó con una mano al hombre frente a ella.

─ Te estoy pidiendo de buena manera que te vayas, ¡no me obligues a sacarte a la fuerza! ─ Fue en ese preciso momento donde el rubio notó que la chica frente a él no llevaba absolutamente nada, por lo que sus senos quedaban expuestos, el cabello castaño de ella era muy corto como para cubrirlos, volteo su rostro que ahora se encontraba completamente rojo.

─ ¡Cúbrete, maldita sea!

─ ¿Cubrir qué? ─ Preguntó confundida.

─ ¡Tus malditos pechos!

─ ¿Qué tienen de malo? 

─ ¡No es algo que debas mostrarle a cualquiera! 

─ Ya deja de gritar... Aún si me lo pides no tengo con que cubrirme.

─ ¿Acaso no usas ropa?

─ No, solamente ando así por la vida. ─ Dijo poniéndose de espalda contra el agua y flotando un poco alrededor del rubio para molestarlo. ─ Puedes ir a otro lugar si tanto te molestan mis pechos. ─ La verdad era que ella sí poseía una especie de sujetador, pero le era incomodo usarlo, así que cuando estaba sola no lo traía puesto, ya que no estaba en sus planes que ese rubio apareciera de la nada.

♥Kacchako Week - One-shots♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora