Mudanza
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27/06/1990.
La lluvia azotaba con dureza, el camión de mudanzas estaba llegando a su destino, y este esperó a que el agua bajara su intensidad.
Cuando la lluvia por fin cesó, el camión se detuvo en su destino, la que fue una tempetuosa lluvia había dejado una pequeña llovizna, clara prueba de lo que fue la magnitud de su poder.
El auto que seguía el camión de mudanzas aparcó en la acera de una casa, la primera en salir fue Amanda, la ahora madre soltera. El siguiente en salir fue Steven el hijo mayor. En el auto aún sentada y despreocupada se encontraba la última hija, Samantha, estaba escuchando música con sus audífonos, mientras su reproductor Walkman descansaba sobre la mochila que se encontraba en su regazo.
Al notar que habían llegado a su destino, Samantha sacó el casette que contenía el álbum completo más reciente de su banda favorita Queen y lo guardó junto con el reproductor y los audífonos en la mochila, la misma que luego colgó en uno de sus hombros y luego salió del coche.
Admiró una casa de dos plantas, rosada en su totalidad, exceptuando el techo y las bisagras de las ventanas corredizas, las cortinas blancas del interior de la casa ocultaban lo que se encontraba dentro de la misma.
—¿Qué esperan? ¡Entren! —sonrió dulcemente Amanda.
Steven y Samantha no dudaron en obedecer a su madre y decidieron entrar. La casa era espectacular por dentro, cada rincón de la misma estaba perfectamente adornado con sus anteriores muebles —lo único que el camión de mudanzas llevaba eran únicamente los últimos retoques para la casa —.
Subieron a la segunda planta, Samantha entró en la que sería a partir de ahora su nueva habitación, estaba perfectamente decorada y tapizada de color verde marino —su color favorito —, ahora si tendría un cuarto para ella sola, tenía tanto espacio que allí hasta cabrían muchas camas más.
Su habitación había sido decorada por su madre, la cual se desempeñaba como una diseñadora de interiores.
Samantha le dió un último vistazo a la habitación para luego salir de la misma.
* * *
—Ahora si te luciste mamá —habló Samantha segura de lo que decía —, eres una grandiosa diseñadora de interiores, pero sigues con tu problema de diseños de exteriores, olvidaste quitar ese horrible color rosa —rió junto con su madre.
—Ese rosa es tan horrible como esta lagartija calcinada —rió ahora Steven.
—¡Ey! —se quejó Sam —para tu información gusano sin cerebro, no es lagartija calcinada, es pollo vegetariano.
—¿Desde cuando existe el pollo vegetariano? —hubo una carcajada de parte de Steven —, esto parece que es una lagartija calcinada.
—Que se haya pasado un poquito de la temperatura no es culpa mía —se excusó — pero sabe bien...
—Quemado —la interrumpió Josh — te la dejo pasar por esta, pero a la próxima te hago tragar en contra tu voluntad, esa sabrosísima sopa de tomate que tanto te encanta —le guiñó un ojo.
—La lagartija calcinada no está nada mal, pero no puede ser vegetariana, sino, chamuscada. Y nadie va a beber tu horrible sopa Stev —se interpuso Amanda.
—¡Mamá! Ponte de mi lado —Samatha hizo un puchero.
—Eso te lo ganas por estar escuchando música todo el día —la sonrisa socarrona de Josh provocaba que Sam le quisiera dar un golpe en la nariz.
—Al menos tengo mejor gusto musical que tú. —Se defendió.
—¿Llamas buen gusto musical a Freddy Mercury? —Sonrió burlescamente su hermano.
—Canta mucho mejor que esos cantantes reggaetoneros que te encantan, y que además te aseguro que ni se bañan, —Sam le sacó la lengua y Steven se quedó ofendido.
—Señor, ¿algún día tendré una cena en paz? ¿sin que esa horrible lagartija calcinada, esa sopa asquerosa de tomate, Freddy Mercury y reggaetoneros imbañables, sean el tema a tocar por estos niños sin remedio? —dijo Amanda en un intento de oración.
—Mamá, pero si somos tan normales como John Wayne Gacy¹ —las carcajadas de ambos adolescentes inundaron la mesa.
—El último en levantarse de la mesa es culo de pato, —su madre se levantó de la silla como si estuviese en un asiento en ejección. Samantha fue la siguiente en ponerse de pie al escuchar el reto de su madre.
En cambio Stev, no se levantó de su asiento. Solo se puso a reir porque sabía que era su derrota.
—¡Steven, es un culo de pato! —las carcajadas de ambas féminas no se hicieron esperar.
—Ay sí, permiso estupidas. —Josh se levantó de la mesa moviendo el trasero como un pato.
Todos se empezaron a reir, pero luego la risa de Amanda se hizo más grande.
—Bueno, el que también se levantara de último de la mesa, además de ser un culo de pato, va a lavar la vajilla y levantará la mesa —el rostro de Josh era todo un poema.
—No se vale —empezó a quejarse.
* * *
Samantha subió de nuevo a su habitación, abrió una de las cajas que había traído el camión de mudanzas y empezó a pegar en las paredes pósters de sus bandas de rock favoritas. Y al terminar fue a darse una ducha.
Al salir notó algo extraño, los pósters habían cambiado de posiciones, pero como tenía sueño no le prestó atención. Se dirigió hacia la ventana para cerrarla con seguro, puesto a que afuera empezaba a hacer un frío infernal.
Al intentar cerrarla, no pudo evitar notar la silueta de alguien extraño afuera, pero, debido a la oscuridad de la noche y a la falta de alumbrado público, no pudo distinguir si se trataba de algún vecino o si sólo se trataba de su imaginación.
Cerró la ventana, y fue a acostarse no sin antes despedirse de su madre y apagar las luces de su habitación. No le dijo nada a su mamá de lo ocurrido porque pensó que no tenía importancia.
Se arropó con las sábanas y esperó a que el sueño le quitara las dudas, pero no pudo dormir bien, porque sentía que había alguien que la observaba del otro lado de la ventana.
Eso sólo apenas era el comienzo...
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¹ John Wayne Gacy:
John Wayne Gacy (17 de marzo de 1942 - 10 de mayo de 1994) fue un asesino en serie y delincuente sexual estadounidense conocido como el Payaso Asesino que agredió y asesinó al menos a 33 hombres y niños jóvenes. Gacy actuaba regularmente en hospitales de niños y eventos caritativos como "Pogo the Clown"(Pogo el payaso) o "Patches the Clown", personajes que había ideado. También participó activamente en su comunidad local como capitán de distrito del Partido Demócrata y contratista de obras.
Su condena por 33 asesinatos fue la mayor de un individuo en la historia de Estados Unidos en ese momento. Gacy fue condenado a muerte el 13 de marzo de 1980. En el corredor de la muerte en el Centro Correccional de Menard pasó gran parte de su tiempo pintando. Fue ejecutado mediante inyección letal en el Centro Correccional de Stateville el 10 de mayo de 1994.
Más información:
https://en.m.wikipedia.org/wiki/John_Wayne_Gacy
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Razones para amarte (Próximamente)
Novela JuvenilSamantha Cooper, se ha mudado a un pueblo no muy concurrido por turistas debido a sus escalofriantes leyendas urbanas. Todo al parecer se trata para ahuyentar a las personas, aunque no muchos saben verdadera historia que esconde el pueblo. Aunque su...