Un chico llamado Taeyong de apenas 24 años, solo, cursando 5nto año de su carrera como astrónomo, harto de sentirse solo, una noche mientras la lluvia caía, sobre las calles de Seúl, empezó a buscar libros sobre rituales, invocaciones, y demás cosas de ese estilo en internet, encontró uno, uno que los comentarios de la gente eran extraordinarios, decidió comprarlo, el dichoso paquete le llegaría en un día.
El cartero llego a su departamento, entrego el paquete y se fue, Taeyong feliz se fue a la sala de estar, a abrir el paquete, parecía niño en navidad, desesperado abriendo los regalos, pediría que le regresaran su dinero si era una estafa, aunque tal vez no lo harían, ya que esa tienda era algo peligrosa y prefería evitar riesgos. En el libro habían rituales y la manera en la que se hacían, las cosas que se necesitaban y las horas cuyo ritual tenía que hacerse, la hora marcada llego, los materiales estaban listos, las paginas abiertas, la noche deseada, todo listo para acabar ese sentimiento de soledad.
La luna llena estaba en su punto, tomo una de las copas de plata que estaban dentro de un circulo con sal, tomo una aguja y una liga, la liga se la coloco hasta arriba de su brazo izquierdo y la aguja la clavo bajo la liga, dejando caer un pequeño chorro de sangre sobre la copa, cuando esta estuvo casi llena curo su herida, en otras 2 copas vertió algo de vino, tomo el libro y comenzó a recitar una pequeña estrofa que decía así "llévate parte de mi sangre, mis lágrimas, sudor, y si así lo quieres también parte de mi vida, pero también así mi soledad y el dolor en mi corazón" la tormenta cayo, tal y como lo decía el libro, relámpagos, truenos, bocanadas de aire comenzaron a estamparse sobre el cristal de las ventanas.
La sal empezó a esparcirse en todo el departamento, alzo las copas, una especie de neblina salió de donde estaba la sangre, al igual que una luz, esta cegó a Taeyong, y sin más una voz resonó por toda la habitación.
-¡Vamos, veme, soy lo demasiado precioso como para no ser apreciado!- tomo por las manos a Taeyong, levanto su mentón, ya que este estaba cabizbajo.
El demonio anonadado ante su belleza lo único que hizo fue acariciar sus labios con el dedo pulgar.
-¿Qué puedo hacer por ti? Oh, por cierto no me he presentado, soy Yuta, rey del inframundo.
-Mi nombre es Taeyong... necesito...una pareja, y no consigo a nadie, nadie aquí me considera aceptable como novio, quiero, que tu... ¡te convirtieras en una para mí, te daré parte de mi alma! O lo que quieras...
-Oh, conque es eso, me convencerías si aparte de tu alma me das una mamada, a menudo suelo acostarme con chicas, estoy harto de eso me gustaría ver esos lindos labios posados sobre mi pene.
Taeyong sintió como su sangre subía por sus mejillas, ¿en serio lo haría? No tenía nada que perder solo la virginidad y parte de su alma.
-Bien, lo hare, pero primero sellemos el trato.
Tomo una de las copas y se la entregó a yuta, y el tomo la otra ambos dirigieron el filo de la copa a sus labios, tomaron el líquido, poco después de esto Yuta le ordeno a Taeyong quitarse la camisa que traía puesta, se acercó su cuello, dejando una marca en forma de unas estrellas, no tan visibles, un pequeño rastro de sangre salía de esta, este lo lamio, Taeyong solo gimió un poco, esa sensación era una mezcla de dolor y algo de gusto.
Yuta dirigió la mirada a Taeyong, este tenía los ojos cerrados, y unas lágrimas salieron de sus ojos, el los abrió lentamente.
-Te ves realmente bien así, hasta evitaría que me lo chupes, pero un trato es un trato.
Taeyong lo único que hizo fue agacharse, el miembro de Yuta ya estaba erecto, lo tomo entre sus manos, masturbándolo lentamente, después lo introdujo a su cabina bucal, Yuta solo gemía, lo tomo por el pelo y empezó a empujarlo un poco más, su miembro ya estaba tocando un poco su garganta, Taeyong no podía mentir que era la sensación más deliciosa que había sentido, poco después sintió un líquido, este estaba por toda su boca, era dulce y un poco amargo.
-Bien, nuestro trato acaba de comenzar.
