XXIII

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Limpié lo restante de mis lágrimas y me dirigí a la casa de Jackson.

No podía abandonarme solo así.

Necesitaba escucharme.

Le demostraría que todo era mentira.

Que nada pasó.

Ya era tarde y empezaba a tornarse obscuro el cielo.

Subí por las largas escaleras que me llevaban a la casa de Jackson y algunas gotas de lluvia empezaron a caer.

Quizás llovería, pero no me importó.

Respiré profundo y toqué la puerta.

Él no abrió.

Volví a tocar.

Y tampoco lo hizo.

— ¡Jackson! ¡Por favor ábreme! ¡Necesito que me escuches! ¡Por favor! — sollozé.

Jackson no contestaba a ninguno de mis llamados.

Toqué la puerta y seguí gritando fuera de su casa.

Pronto la lluvia llegó.

Pero yo estaba dispuesto a no irme hasta que Jackson me escuchara.

— ¡No me iré! No lo haré si no me abres— grité aún afuera de su casa. Ya tenía el corazón más que roto y me seguía doliendo. Era peor que cortarse la mano, o recibir un golpe o ser noqueado por un auto.

Toqué un par de veces más hasta que mi mano se cansó, me senté en un escalón de los que dirigían la calle hacia arriba y sin poder más me senté a llorar.

Mi corazón estaba desgarrado.

𝑷𝒆𝒂𝒄𝒉 𝑩𝒐𝒚 ☁︎ Namjoon [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora