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Con prisa, el joven se llevó un tostada a la boca y salió corriendo de la cocina, ignorando los gritos de su madre.

Se había quedado dormido, y es que no había podido parar de pensar en todo lo sucedido.

Podría haber usado su bicicleta, pero se encontraba pinchada gracias a Ino, quien la había usado sin su permiso semanas atrás para ir a pasear con sus amigos.

Insulto a su hermana por lo bajo, enojado por su falta de cuidado e irresponsabilidad.

La luz del sol todavía no iluminaba por completo las calles, y una tenue neblina dificultaba un poco su vista.

Mientras el joven trotaba, un auto negro avanzaba a su lado.

Primero pensó que tal vez era una coincidencia, pero no cuando aceleró su paso, y el vehículo también lo hizo.

Trago en seco, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y casi desesperado trato de avanzar más rápido.

Solo a una calle de distancia, justo en la esquina, Sasuke se preguntaba si era un idiota por seguir esperando a su nuevo amigo.

-Ya paso media hora, tal vez su padre lo llevo a la escuela, y yo como idiota aquí.- Gruñó por lo bajo.

Y cuando se decidió a seguir con su camino, la voz del rubio que había estado esperando lo detuvo.

Naruto trotaba hacia el con una fingida sonrisa, observando de costado un auto que se movía a su lado.

Sasuke no tardó en descifrar la situación, y elevó la mano derecha devolviéndole el gesto.

Entonces el auto avanzo con rapidez, y justo cuando pasaba al lado del azabache, sintió como si el tiempo se detuviera, y aunque no podía divisar bien a la persona dentro del automóvil, juro sentir una amenazadora mirada sobre el, que no tardó en responder de la misma manera.

-Eso...eso dió mucho miedo.- Cuando el rubio llegó frente a él exclamó, agitado.

-Creo que nos estamos metiendo en algo que no deberíamos.- Murmuró el azabache, observando al joven frente a él, preocupado.

(...)

El castigo por llegar tarde sería limpiar el baño masculino del gimnasio cuando el horario escolar terminará.

Sasuke observaba atentamente la clase, concentrado en los ejercicios matemáticos que el profesor explicaba.

Mientras que Naruto a su lado luchaba por no dormirse en su lugar.

Y no muy lejos de ellos, Shikamaru Nara los observaba de costado, curioso, y algo alarmado por el aura sospechosa que irradiaban esos dos.

Cuando el timbre del receso sonó, los alumnos suspiraron aliviados, y algunos salieron disparados del aula de inmediato.

Mientras que otros como Naruto, Sasuke y Shikamaru se quedaron en el aula.

El Nara observó cómo los dos jóvenes murmuraban cosas entre sí, Sasuke parecía algo enojado.

Había algo que no le cuadraba de la relación de esos dos.

¿Cómo tan repentinamente se había vuelto tan cercanos? Su única respuesta, era que definitivamente algo había pasado.

Se levantó de su asiento, muy a su pesar, y camino hacia ellos.

-Ustedes.- Los llamo y ambos se giraron para verlo.- ¿Que demonios están tramando?-

(...)

La idea de que algo tan turbio como lo que le habían contado su amigo y el nuevo, sucediera en un pueblo tan aburrido como Konoha, era completamente descabellada.

El joven frunció el ceño, pensativo, y dirigió su mirada a la ventana, mientras que los dos jóvenes frente a él lo observaban expectantes.

Era cierto que el suicidio de Kiba no tenía sentido, el joven no presentaba ningún tipo de depresión, ni actitud suicida.

Pero aquello Shikamaru lo había pasado por alto, cuando se encontró el cuerpo de su amigo.

-El cuerpo.- Murmuró, y algo en lo que no había pensado, apareció en su mente, iluminandolo. -Naruto, el cajón estuvo cerrado todo el tiempo en el funeral de Kiba.-

El rubio frunció el ceño, tratando de recordar. Y en cuanto lo hizo, sintió como si un balde de agua fría cayera sobre el.

-Estaba cerrado.- Afirmó, incrédulo.

-Asi que la única manera de saber si sus sospechas son ciertas...- Comenzó Shikamaru.

-Es ir al cementerio.- Termino la oración el Uchiha.

(...)

Lo que Naruto le dijo a su madre, fue que pasaría la noche en lo de Shikamaru, para hacer un trabajo práctico.

Y lo que Shikamaru le dijo a su madre, fue exactamente lo mismo, pero que él es se quedaría en lo de Naruto.

Mientras que Sasuke, solo aviso que llegaría tarde, y dos amigos se quedarían a dormir en su hogar.

Se encontrarían en la entrada del cementerio de Konoha a las 10 pm en punto.

Deidara acepto prestarle su bicicleta a Naruto, y este salió de su casa a las 9:30, cargando una mochila cargada con su uniforme de escuela, y útiles.

Hizo dos cuadras, hasta que divisó a Sasuke en una esquina, quien también iba en bici.

El azabache se encontraba estacionado justo debajo de un poste de luz que lo iluminaba perfectamente.

Llevaba puesto un jean negro, una sudadera azul, y unas converse negras, su cabello azabache como siempre le caía a los lados de su fino rostro, y aquella desinteresada expresión ya característica de él estaba dibujada en su rostro.

Después de todo entendía porque todas las chicas andaban detrás de el Uchiha, era alguien que sin esfuerzo lograba resaltar del resto.

Freno junto al azabache y le sonrió como saludo.

-¿Listo para morir?- Se burló el rubio.

-Naci listo.- Se encogió de hombros el azabache, a lo que Naruto rodó los ojos por la respuesta.

-Eres más dramático de lo que pareces.- Comento el rubio, mientras ambos comenzaban a pedalear.

Luego de aquel comentario, emprendieron su pequeño viaje en silencio.

Sasuke observaba de vez en cuando a su alrededor, un poco alterado todavía por lo de aquella mañana. 

Luego de 5 minutos, se encontraron con Shikamaru, quien a diferencia de ellos iba a pie, y Naruto se ofreció a llevarlo.

Con Shikamaru ahora parado en la manija de la rueda trasera de la bicicleta del rubio siguieron su camino.

-¿Que haremos si su cuerpo realmente no está?- Cuestionó Naruto, tragando en seco, bastante nervioso.

-Por lo que me dijeron, no podemos ir a la policía, eso seguro.- Respondió el joven que iba parado, sosteniéndose de los hombros del rubio.

-¿Y entonces?- Volvió a cuestionar Naruto.

-Cuando sepamos la verdad, nos preocuparemos por eso.- Corto Sasuke con la conversación.

Los jóvenes fueron disminuyendo la velocidad a medida que se acercaban hasta aquellos grandes muros de mármol blanco, con una reja grande y antigua de color negra, algo oxidada.

Frenaron, los tres se bajaron de las bicicletas, y con algo de miedo, observaron el gran establecimiento frente a ellos.

-Supongo que es hora de saber la verdad.- Murmuró Shikamaru.

Y ambos avanzaron, dispuestos a saber si sus sospechas eran ciertas.

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Amén | sasunaru. PAUSADAWhere stories live. Discover now