Capítulo único

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Estaba sentado en la sala de su apartamento con su computadora en frente, tratando de terminar esa maldita cosa llamada tesis que lo venía torturando desde hace mucho tiempo, y ahora sería cuando por fin la terminara y desharía de ella… o eso hacía hasta que su novio entró dando un portazo a la vivienda que compartían.  

—¡Ese maldito imbécil es un desgraciado, un mal nacido, un bastardo y, y, y, y…! —Ryoken tiro su maletín a algún lado antes de comenzar a llorar, tirarse en el sillón y recostarse en el regazo de Yusaku, que simplemente dejó de lado su tarea de terminar su tesis para consolar a su novio que lloraba por quién sabe qué razón

—Ryoken…

—¡Espero se ahorque con su horrible corbata barata de horribles rebajas baratas de tienda horribles barata!

—Dijiste “horrible” y “barata” tres veces —el de ojos verdes suspiró al notar como su novio de cabello blanco volvía a llorar desesperado—, ignorando eso… ¿Paso algo?

—¡El desgraciado de mi ex-jefe que usa una horrible y barata corbata me acaba de despedir y no se porque!

—Tal vez porque llamas “horrible y barata” a su corbata… siendo que creo que tiene el mismo sastre que tu padre…

—¡Pues es un desgraciado que usa horribles y baratas corbatas! —Yusaku dejó que el de ojos azules se enderezará sin dejar de llorar, esta vez para abrazarlo y consolarlo mientras seguía maldiciendo a su jefe—. Yuku… ¿Qué haré…? Si mi padre se entera que me corrieron, de nuevo, me va a desheredar… ¡Y yo no quiero que me deshereden!

—No lo se. Para empezar, ¿por qué crees que te despidieron? Algo debió gritarte Kaiba-san.

—¡Que no se! —el de cabello azul con rosa alzó una ceja incrédulo mientras veía a su pareja— ¿Qué?

—Ryoken… es el cuarto trabajo que pierdes “sin motivo alguno”... y comúnmente tus despidos vienen con una demanda por destrucción de propiedad o ataque agravado, así que antes de que llegue la carta de demanda o tu padre venga a ahorcarte por perder otro trabajo, necesito saber como defenderte.

—Bueno… tal vez… dijo algo sobre que supuestamente soy un irresponsable niño mimado de papá con problemas de ira…

—¿Y? —Ryoken desvió la mirada sin dejar de lagrimear—. Ryoken…

—Le grité que al menos yo sí tenía a alguien a quien llamar “papá” y que al menos la persona que me gusta si es mi pareja y no esta revolcandose con otra persona…

—… Correcto… ¿Algo más? —suspiro cuando vio al contrario asentir— ¿Qué?

—Me dijo que no le hablara en ese tono… y yo le dije que a mi no me gritaba… y después, no se como… termine tratando de ahorcarlo con su horrible y barata corbata… hasta que me sacaron los de seguridad y entonces Kaiba-san me gritó que estaba despedido…  

—Maldita sea, Ryoken… —Yusaku se levantó del sillón intentando calmarse para pensar mejor.

El albino solo se le quedó observando al mismo tiempo que limpiaba los restos de sus lágrimas; claro que el pánico los invadió a ambos cuando escucharon la puerta principal ser golpeada junto a la voz molesta de Kogami Kiyoshi que exigía ver a su único hijo.

Maldita sea, Ryoken... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora