II

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Tú y yo no somos amor. No somos nada.
Solo dos almas rotas que caminan solitarias por el mundo sin ser comprendidas mientras buscamos cubrir nuestras heridas. No me lo dices jamás pero lo veo muy bien en tus ojos. Aquellos agujeros negros que me dan paz, que me hacen necesitarte, pensarte y odiarte. Odiarte a ti y también a todo aquello que me haces sentir.
Es difícil pensarlo, no te conozco pero amaría hacerlo. Descubrir tus miedos, desenterrar tu dolor, recordar tus experiencias, estar junto a ti en cada momento difícil,  en tus alegrías y ser parte de ellas.
Tu imagen pasa por mi mente, tu sonrisa inunda mi alma y la necesidad de hablarte aturde mi cabeza. Te veo y mis pensamientos toman una pausa, disfruto escucharte e ir más allá de tus palabras.
Tú y yo somos vida (pero separadas), somos etapas (muy alejadas), somos gustos (distintos), somos soledad, somos ganas, somos aquello que me gusta que seamos. Somos lo imposible, lo sensible y lo drástico. Somos tú y yo, pero en realidad no somos nada.

Aquello que escribo cuando te pienso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora