Acto 6

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La escenografía quedó lista y todos los encargados salieron de el escenario rápidamente.
El interior de una torre lúgubre adornaba el escenario, y enmedio de todo, se encontraba una rueca de madera.

Pero nadie prestaba atención a estos detalles.
Todo estaba quierto y silencioso.
No era el clímax de la historia, pero se podía sentir la tensión en todo el lugar.
Ese era quizás, el último momento con vida de Midoriya Izuku.

La tela negra había caído por completo al suelo, dejando en libertad a la temible bestia de ojos rojos.
Bakugo miró a su alrededor, casi bufando, mientras buscaba al responsable de hacerle caer al suelo... O mejor dicho, a cualquiera en quien desquitar su irá.

Pronto se encontró con aquellos grandes ojos verdes, llenos de terror.
El rubio sentía como sus manos estaban ansiosas por golpearlo.
Pero repentinamente Izuku comenzó a hablar.

- ¡Al fin estas en mis manos! - Grito tratando de que su voz no temblará - ¡Mí querida princesa, ahora morirás! -

Su voz era potente y feroz, pero su rostro era una combinación entre maldad, miedo y confusión.

- Tú... ¡Maldito Deku! - Decía el ojirubi, al aproximarse a él.

- N-No trates de pedir ayuda - Decía mientras comenzaba a caminar por el escenario, tratando de evitar que el rubio lo alcanzará - Te he traído aquí con mi magia, tal como mí ama me lo pidió, y provocare tú muerte -

Todos tenían que admitir que Izuku estaba haciendo un buen trabajo soportando la tensión.
Pero tenía que encontrar la manera para que el rubio comprendiera que debían continuar con la obra.
Algo que claramente no sería nada fácil.

El peliverde no sabía que hacer.
No quería huir, pero la cara aterradora del ojirubi, le sugería hacerlo lo más pronto posible.
Tratando de calmarse, miró brevemente hacía arriba y alcanzó a ver una extraña sombra entre las estructuras del escenario.

Era obvio que nadie debía estar en ese lugar, así que solo había una opción.
Ése era el responsable de que él estuviera a punto de ser asesinado.

Volvió la mirada hacia Bakugo y tomando todo el valor que tenía, se propuso hacer su mayor esfuerzo para que esté se diera cuenta de todo lo que estaba pasando, antes de que lo matara.

- ¡Has tenido mucha suerte...
Todos estos años, te han protegido minuciosamente, pero todo ha terminado... - Extendió sus manos hacía arriba, tratando de que el ojirubi lo siguiera con la vista - ¡"Mí ama" la gran hechicera "esta ansiosa por que mueras" de una vez y para siempre! -

Trataba de insinuar lo que estaba pasando, pero el ojirubi parecía estar más concentrado en atraparlo.

- ¡Deja de moverte tanto, maldito imbécil! - Gritaba al tratar de arrojarse sobre él - ¡Juró que voy a matarte! -

- Así que tratas de hacerte la valiente.
Entiende que nada de lo que hagas te será útil.
Tú destino fue escrito desde el día que naciste...

Todo aquello que decía, parecía describir su situación actual.
Lo cual era un poco irónico si lo pensaba bien.

- ¡Ya cierra la puta boca! ¡Me estás haciendo encabronar...!

A lo lejos Shinso movia la cabeza, dándose cuenta que los esfuerzos de Izuku eran inútiles.

- ¿Ahora que hacemos? - Preguntó Kirishima, preocupado.

- No lo sé... Tú amigo es muy difícil de tratar cuando está enojado...

Pronto, junto a él, alcanzó a ver unos destellos morados que se escondían entre las grandes telas, junto al escenario.
Claramente Mineta estaba divirtiéndose con aquella situación.

Mi Bella Durmiente [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora