-Blue, aquí tienes las dos Coca-colas para la mesa cuatro- le dijo su tía. Alice, al ver a su sobrina en un mundo más lejano que Marte, le gritó:-¡Blue! ¡Despierta!
La chica le miró con el rostro en blanco y después fue sonrojándose poco a poco. Cogió las bebidas y las puso en la mesa correspondiente. Allí estaban sentados dos chicos que la miraban embobados, pero Blue estaba demasiado distraída para darse cuenta. Y es que no podía dejar de pensar en Keiran y en ese almuerzo tan desastroso.
Todos seguían mirándola en espera de que dijera algo, lo que fuera. Pero ella estaba en tal estado de shock que soltó sin pensar:
-Tú eres el idiota que me tiró en el aeropuerto.
Annabelle la miró con los ojos como platos, Dylan empezó a reírse y el chico simplemente se sentó en su sitio y empezó a comer. Blue lo miró son poder creérselo y sintió como una pequeña llama de irritación inundaba sus venas
-¿Sabes una cosa? Hemos estado esperándote para empezar a comer, lo mínimo que podrías hacer es pedir disculpas por llegar tarde.- soltó la pelirroja. Y es que a la chica le encantaba comer y tenía muy poca paciencia.
Annabelle la miró todavía más estupefacta y Dylan ya no se reía. Es más, empezó a mirar al chico moreno con el ceño fruncido. Éste, por otro lado, se limitó a contestarle:
-¿Sabes tú una cosa?- a Blue no le pasó por alto las mariposas que le inundaron el estómago cuando volvió a escuchar esa voz tan grave, aunque intentó pasar de eso-: Me importa una mierda lo que hayáis estado haciendo antes de que llegara. Y, por cierto, si eres tan torpe como para no saber andar mientras miras el móvil, no lo hagas. Te ahorraría muchos problemas.
Blue estaba estupefacta. La pequeña llamarada de irritación que había sentido momentos antes se convirtió en una furia que corría por sus venas como lava. Pero antes de que pudiera abrir la boca, la rubia que se había tirado encima de Keiran esa mañana en el aparcamiento, volvió a aparecer. Y se sentó encima de él. Otra vez. “Esta chica tiene una obsesión con invadir el espacio personal”- pensó la pelirroja, olvidando las ganas que tenía de arrancarle ese pelo falso a la chica.
-Hola amorcito- dijo con una desagradable voz aguda.
-No me llames así- dijo el chico. Annabelle miraba la escena con una cara extraña. Era una mezcla entre asco y estupefacción. La de Dylan era directamente de asco. A Blue se le escapó una risita ante esas caras, provocando que la rubia la mirara con furia en los ojos.
-¿De qué cojones te ríes tú, estúpida?
Pero antes de que Blue pudiera abrir la boca, Dylan la sorprendió diciendo:- Mira Melissa, como vuelvas a hablarle así tú y yo tendremos problemas.
La chica soltó una carcajada un poco en plan niña tonta, aunque, antes de que pudiera replicar, Keiran dijo, para sorpresa de todos:
-Olvídate de ella.
Blue volvió de sus recuerdos. Después de eso, la rubita, Melissa, se había ido toda indignación, Dylan y Keiran comían en silencio, Annabelle miraba a Blue y se comunicaban por los ojos. La morena los tenía impresionados mientras que los de la pelirroja demostraban irritación. Esta última, tras decir “la próxima vez, meteos en vuestros asuntos. No necesito que nadie me proteja” siguió comiendo. Pareció que Dylan iba a replicar, pero se limitó a observarla. Keiran asintió levemente con la cabeza sin mirarla.
La chica sacudió la cabeza intentando regresar a la superficie. Recordó que estaba trabajando y que no podía entretenerse. Estaba atendiendo una mesa cuando escuchó como la puerta de entrada se abría. Estaba demasiado ocupada apuntándolo todo, ya que en esa mesa en concreto eran muchos. Cuando terminó, lo comunicó a las camareras de dentro de la barra y se fue a atender a la siguiente mesa. Pero se quedó en el sitio.
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Blue
Non-FictionBlue, fuerte, valiente, sarcástica, independiente. Ha perdido mucho en su vida, y le asusta lo que aún puede perder. Tras una decisión tomada, vuelve a su país de donde se mudó tras la repentina muerte de su padre. Lo que no sabe, es que muchas cosa...