Era una mañana lluviosa y algo fría, los héroes ni siquiera asomaban alguna extremidad. Boxman pensaba en lo sucedido la noche anterior sentado en su silla tan refinada; recargado en una de sus manos observando el clima. El teléfono sonó y lo contestó con algo de desgano:
-Buen día, habla a empresas Boxmore. Soy Boxman, ¿con quién tengo el placer de hablar?-
-Vaya Boxman es usted un hombre muy cordial-
-V-Venenoso... vaya que sorpresa escuchar su voz. ¿Qué necesita?-
-Verás Boxman uno de los robots presentó fallas en el sistema-
-¿Fallas?-
-Exacto, así que quería pedirte que le dieras el mantenimiento aquí; dentro de tres horas o hasta que pase la lluvia, espero que no tengas algún inconveniente-
-No, por supuesto que no. Iré para allá en cuanto mejore el tiempo-
-Espléndido, entonces lo esperaré aquí-
Venenoso cortó la llamada y Boxman; con algo de duda ante la petición fue a alistarse para acudir al llamado del profesor. Esos diseños no tenían posibilidad alguna de fallar, fueron hechos con un sistema operativo bastante funcional e incorruptible, pero la perfección a veces tiende a fallos, ¿no es verdad?. Después de un rato, en cuanto el clima mejoró Boxman decidió emprender camino en el auto hasta el laboratorio de aquel otro ser, esta vez sin compañía alguna. Era algo rápido y sencillo de hacer, sólo era necesario una persona.
Al llegar se dirigió a la puerta y tocó dos veces, recibiendo inmediatamente la asistencia de Venenoso.
-¿Qué tal Boxman?, pasa por favor-
-Muchas gracias-
-¿Nadie te acompaña?-
-N-No, le dije a Ernesto que vendría solo, que él se quedaría a cuidar la fábrica-
-Ya veo-
-Entonces...¿dónde está el problema?-
-Oh, es verdad. Es por aquí-
Boxman siguió a Venenoso hasta el lugar donde se encontraba el robot con falla. Al llegar el científico se acercó y lo fue examinando con mucho detenimiento y así poder detectar la falla. Posó una de sus manos en un extremo de la máquina para poder apoyarse. Giró un poco su cabeza al escuchar los pasos del profesor aproximarse hasta él: -Me parece que la falla está por aquí-
-¿Mh?...- Venenoso comenzó a bajar lenta y discretamente su mano hasta donde estaba posada la de Boxman, rozándola con suma delicadeza. -¡¿E-eh?!-
-Boxman, hay algo que he querido decirte...-
Dijo Venenoso acercando su rostro al de Boxman y entrelazando sus manos con las de él. El pequeño científico comenzó a sentir un calor incontrolable, un tono carmesí se iba haciendo presente en sus mejillas y su corazón latía con gran fuerza. Si no fuera por sus costillas y la grasa que lo conformaba su corazón saldría disparado, tener así de cerca al profesor era algo inimaginable, imposible, irreal. ————————————————————
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Me fascina que les esté encantando esta historia. Si les ha gustado este capítulo háganmelo saber con una estrella y comentarios, bai.
