Nuevas Amistades

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Ya es momento de regresar a casa, Jake y Haniel se van juntos hasta cierto punto. A unas 3 cuadras Haniel gira para llegar a su casa dejando a Jake completamente solo. Otra vez, sumido en sus pensamientos, solo, caminando por la calle a oscuras, únicamente iluminado por las lámparas, llega a recordar lo importante que son las personas que tienes alrededor, nadie sabe cuando puedas perder a esa persona que tanto amas, recordando a su padre, Jake muestra sus sentimientos, llorando mientras camina, un llanto silencioso en el que sólo puede ver sus lagrimas caer desde su barbilla.

Caminando de camino a casa, pasa por el frente de la casa de Alma, la cual está viendo por la ventana y se da cuenta de la presencia de Jake, este se para un momento a ver su precioso rostro, lo que lo hace sacar una sonrisa entre lagrimas, pero sólo por un momento, Jake baja la cabeza y sigue su camino. Esto deja a Alma desconcertada, a lo lejos se veían las lagrimas de Jake, "¿Por qué estaría llorando?" pensaba Alma. Ella baja lo más rápido que puede, pero al llegar a la calle no ve a nadie, Jake se había ido.

Alma toma su teléfono, llama a Jake pero sólo suena el buzón de voz, Alma preocupada, sale rápidamente a casa de Jake, después de todo no está tan lejos. Ya en su puerta, toca y a su sorpresa, no abre Jake, sino su madre.

—Buenas noches, discúlpeme por molestar tan tarde—Dice Alma—¿Se encuentra Jake?

—No, aún no ha llegado, pero seguro no tarda—Dice su madre—¿Quieres pasar?

—No, está bien. ¿Le puede decir que me llame?—Dice Alma—Dígale que es Alma.

—Está bien, pero no debería andar una niña tan linda sola a estas horas de la noche—Dice Isa, la madre de Jake.

—No se preocupe, ya me voy—Dice Alma sonriente.

Alma va de regreso a casa, sin dejar de pensar en Jake, pues se veía bastante triste, "¿Qué lo habrá hecho llorar?" se preguntaba Alma una y otra vez.

Jake por otra parte estaba en el mismo parque en el que se encontró con Alma, estaba solo, sus únicos acompañantes eran las aves que estaban en la zona durmiendo, y la luz de las lámparas iluminando pequeñas zonas del parque. 

Ahora más calmado, con sus pensamientos claros Jake no quiere pensar más en esos malos recuerdos que han pasado años atormentándolo. Pensando en por qué las personas por más que las ames, se van. Es el ciclo de la vida, si amas, sufres, si sufres, vives, un ciclo que se repite y repite hasta el último día de tu existencia.

En ese momento de soledad, Jake vuelve a la realidad al ver una figura acercándose, una figura femenina. Resulta ser Shayna, una compañera de escuela que anda por ahí, que curiosamente es bastante amiga de Alma. 

—Hola, Eres Jake, ¿verdad?—Dice Shayna.

—Ehm... Sí soy yo—Dice Jake un poco nervioso.

—Soy Shayna, estoy en tu escuela—Dice sonriendo—¿Qué haces acá a estás horas?

—Eso mismo pregunto yo. ¿Qué hace una niña indefensa por acá?—Dice Jake.

—Pues, no vivo lejos de aquí, y me gusta caminar para despejar la mente—Dice Shayna.

—Ah, bueno...—Dice Jake apartando la mirada.

—¿Qué te pasa?—Pregunta Shayna—¿Sucedió algo malo?

—No, no es nada, sólo necesitaba estar solo un momento, pero ya me voy a casa, mi madre debe de estar preocupada—Dice Jake.

—Hmm, vale, pero antes de, ¿te puedo hacer una pregunta?—Dice Shayna.

—Sí—Dice Jake

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