Tercer año, secundaria

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Juliana sabía que tenía que esconderse. Desde el inicio del semestre, tras la llegada de una chica nueva a su clase de música que estaba haciendo sus pasantías, Valentina no había dudado en adherirse a ella como una pegatina, todo para que esa chica le enseñará a tocar guitarra.

Siendo demasiada ingenua, Juliana creyó que sería bueno que Valentina pasará tanto tiempo en el aula de música. Tristemente para ella, no predijo que Valentina Carvajal con una guitarra era equivalente a la mayor vergüenza de su vida secundarias, porque los rumores ya corrían en todas las direcciones luego de que aquella chica la siguiera por todo el edificio con la intención de hacerle una serenata.

Maldito el día en que Ally Brooke llegó para enseñarle guitarra a Valentina Carvajal. ¿Es que Juliana no había tenido muchas humillaciones en su vida?

¿Sabes? — Camila comía su merienda, viendo a Juliana encogida temerosa en su sitio — Valentina no hace estás cosas con mala intención. A ella solo le gustas mucho, no la tomes contra ella — y sonrió, intentando alivianar las cargas de su amiga.

Para ustedes es fácil, ¿cierto? — Juliana se quejó — Ustedes no han tenido a una acosadora pisándole los talones por casi toda su vida. Además, solo saben ponerse en los zapatos de ella, pero no en los míos, ¿acaso no les resultaría terrorífico que una chica les siguiera por toda la secundaria con una guitarra sólo porque quiere dedicarles, posiblemente, la canción más asquerosamente cursi que han escuchado en sus vidas?. ¡Y sin contar que están todos ahí!, ¡todos los estudiantes viendo lo que ella hace!

Bueno, eso es...— Camila se aclaró la garganta, intentando encontrar algo bueno que decir, pero al sentirse avergonzada con solo imaginar algo asi, no tardó llenar su boca de pan.

Eso es ridículo — la morena se sintió alivianada de que al menos  Lauren resultara sensato — Oh, Juliana, ¡viene Valentina! — y ese comentario bastó para que la chica se lanzará bajo el escritorio, provocando que su compañera estallara en una carcajada — Ups, error de ojo, lo siento.

Eres una hija de...

¡Juliana! — Juliana, que aún yacía completamente tirada en el piso, se tensó al oír la voz de Robín. Si la rubia estaba ahí, Valentina también lo estaba, ¿no? — ¿Dónde está Juliana? — preguntó Robín, viendo hacia todas las partes del aula, y la menor maldijo a sus amigas cuando estas señalaron hacia abajo — Ah, ¡Juls!...— suspiro con alivio, agachándose para verle — ¿Qué haces ahí?

El suelo es muy cómodo, ¿no te enteras? — Robín solo sonreía, demasiada inocente — ¿Dónde está la tonta de Valentina?, ¿por qué no estás con ella?

Está con Ally, he venido sola — se inclinó hacia ella — ¿Tienes un tiempo?

¿Para ti? — la chica de pecas asintió, con un aire muy angelical — No.

La sonrisa de la rubia se esfumó de inmediato. Juliana se levantó del piso, sacudiendo su uniforme, y una mueca se formó en sus labios en cuanto la expresión de Robín paso a ser de adorable a maquiavelica.

Robín, tú no...

Lo siento, Juliana.

Juliana no tuvo tiempo de reaccionar, en menos de un pestañeo aquella chica la estaba sosteniendo de lo brazos y, cuando intento librarse, Camila no tardó en tomar sus pies, apoyando el secuestro. ¿En qué momento sus amigas de siempre se volvían en su contra?

¡Lauren! — grito mientras era llevada a la fuerza hacia el exterior — ¡¿Podrías mover tu maldito trasero y ayudarme?! — pero su amiga se limitó a mirarle inexpresiva, encogiéndose de hombros como si poco le importará — ¡Si ustedes me llevan hasta Valentina, juro que tendrán que olvidarse de mí!

All This Years [JULIANTINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora