Extra tres: Primera vez

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[Cronológicamente ubicado después del extra anterior]

Juliana se miró fijamente al espejo mientras pasaba una mano por su cabello, el cual acababa de sacar, y sonrió, enseñando sus dientes, comprobando su blanca sonrisa. Mirándose a si misma en pijama, se aseguró de lucir bien, dentro de lo que se podía. Es decir, ¿qué tan sorprendente puedes lucir en una simple pijama?

Su ropa estaba limpia, su cabello sedoso, su cuerpo olía a jabón y su aliento a menta. Estaba lista para ir a la cama.

Aquella mañana, tras haberle gritado a Valentina, había sentido que su cabeza explotaría debido al dolor. Su resaca había sido terrible y se arrepintió de haber bebido y, sobre todo, de ponerse histérica a primera hora. No le dirigió la palabra a su novia después de eso, pero si le miró con molestia al comprobar que su estado no era ni remotamente parecido suyo. ¿Por si ambas habían bebido tanto, ella era la única que lucía tan lamentable?. Para su suerte, el día había terminado y se sentia completamente renovada, lista para dormir.

Solo dormir, se repitió mientras salía del baño y se dirigía a la cama en donde Valentina ya estaba. Si la chica intentaba hacer algún movimiento, ¡ella definitivamente la mandaría a dormir al sofá!

Valentina despegó su mirada de la pantalla de su celular cuando le escuchó volver. Dirigiéndole una dulce sonrisa, esperaba que el dolor de cabeza de su amada se hubiese esfumado junto con su mal humor. Quizás el dolor de cabeza y las náuseas eran lo que la hacían más suceptible.
Dejo el teléfono sobre la mesa de noche, deslizándose  bajo las sábanas cuando la morena tomo cautelosamente su lugar.
Su nariz percibió el suave aroma de su loción, pero se abstuvo de hacer mención de ello; Valentina definitivamente no intentaría nada hasta que Juliana hiciera algún movimiento.

— Buenas noches, Juls — fue todo lo que dijo antes de darle la espalda, apagar su lámpara y acomodándose para dormir.

Juliana le miró boquiabierta, ¿qué era todo eso?. Ella ni siquiera le había dado un beso de buenas noches, ¿no es la clase de cosas que esperas de tu pareja cuando duermes con ella?. Puso los ojos en blanco, restándole importancia, y también apagó su lámpara para acurrucarse en el colchón. Se conservó en alerta de todas formas, solo un loco se descuidaria con alguien como Valentina al lado. La chica había saltado sobre ella por demasiado tiempo como para no poder en duda el control de sus manos, sin embargo, los minutos avanzaron y nada paso; eso era bueno, ¿no?.
Entonces...¿Por qué se estaba sintiendo decepcionada?

Se dió la vuelta, encontrándose con la espalda de Valentina a una considerada distancia de ella. Maldición, ¿que tenían de bueno las camas matrimoniales?. Ella hubiera preferido algo más pequeño si eso le permitía cerrar la distancia entre ambas con una excusa razonable.
Chasqueo con la lengua, enfurruñada, y aclaró su garganta antes de atreverse a hablar.

— ¿Val? — llamo, su voz saliendo más débil de lo que esperaba. ¡No se suponía que ella debía actuar nerviosa y tímida! — ¿Ya estás durmiendo?

— No, Juliana — respondió de manera monótona.

— Bien...— guardó silencio por unos segundos, sintiéndose tonta — Entonces...uhm...¿podrías darme un beso de buenas noches?

Valentina dió la vuelta lentamente, encontrándose con ese rostro iluminado por la luna que los bañaba a través del cristal del techo. Dios, esa imágen era justamente la que siempre soño. Una sonrisa se curvo en sus labios al ser consiente de lo precavido que había estaba actuando su novio.

— Ven aquí, tonta — la llamo. Juliana aguantó la respiración mientras se acomodaba más cerca de ella, sus pies tocándose — Podías hacerlo tú, ¿sabés? — sonrió divertida, acunando su rostro con su mano.

All This Years [JULIANTINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora