Lucha Conjunta

Día 14: Día Enfermo

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¿Aún siguen vivos?

xD Yo con el capitulo de ayer tengo la imaginación full pero creo que no voy a empezar a sacar cosas como loca, mejor aprovecho eso para continuar con C'est la vie" xD Ya llevo tres capitulos escritos, ya quiero que la conozcan :3

¡Nos estamos leyendo al final del cap!

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Palabras: 1350

Beteado por princessqueen

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Mes LadyNoir

Día 14

~Un día enfermo~

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Cuando Chat Noir salió de la habitación y miró a Ladybug, ella supo que algo raro pasaba, pero había mantenido la entereza hasta que el agente Roger llegó. Ambos se despidieron y volvieron sobre sus pasos para desaparecer por la escalera de emergencia.

Cuando Ladybug cerró la puerta, Chat Noir cayó al piso.

—¿Chat? —preguntó, tratando de moverlo.

—Lo siento, my lady —susurró, con la voz apagada—. No puedo dar ni un paso...

—¡Chat Noir! —exclamó, al ver como su compañero parecía haber desarrollado un cuadro febril. ¡Tenía que sacarlo de ahí!

La chica cargó a su compañero en la espalda y volvió a subir las escaleras hasta llegar a la azotea y desde ahí, lanzó su yo-yo en dirección a la mansión Agreste.

Entró por el ventanal, que siempre estaba abierto, y lo acostó en la cama.

—¡Destranformación! —exclamó. Tikki salió de los aretes y miró a su portadora, preocupada. Marinette trataba de que Chat Noir pronunciara las palabras para quitar su transformación, pero parecía inútil. Llevó su mano al Miraculous del gato negro con la intensión de retirarlo, pero no pudo. Una corriente eléctrica lo alejó de él— ¿Qué es eso?

—Chat Noir desarrolló la fiebre estando transformado. Es posible que Plagg esté siendo afectado.

—Ay, no —llevó la mano derecha a su boca— ¡Necesito sacarle el traje! —exclamó, moviéndose por la habitación— ¿Cómo podré ayudarlo?

—¿Veamos si hay medicina? —Tikki recorrió rápidamente la habitación buscando algo que pudieras servirles. Marinette se sentó en la cama junto a Chat Noir, tomándole la mano con las suyas. La Kwami de la creación no tardó en aparecer con una caja roja— ¿Esto servirá?

Marinette la tomó y tras revisarla, afirmó.

—Sí, servirá... —revisó la habitación con la mirada, sin encontrar nada que le pudiera servir. Se puso de pie—. Te lo encargo. Iré a la cocina por algo para que beba.

—¡Yo lo cuido!

Marinette bajó las escaleras de la mansión con algo de miedo, pensando que en las pocas veces que estuvo ahí, había estado tan cerca de su enemigo. Haciendo caso omiso al escalofrío que le rodeó la espalda, caminó sin rumbo tratando de encontrar la cocina. No parecía haber un alma en ese lugar, o eso creyó cuando al fin la encontró y en ella, el chef se encontraba preocupado, observando la televisión, las noticias de Gabriel Agreste y de Nathalie Sancoeur.