No hay nada que te haga sentir mejor que el último día de clase. De repente experimentas un estado de liberación y respiras, inhalas una bocanada gigantesca de aire, que te sabe a pura gloria, y te sientes renovado y feliz. Pero si además estás a punto de ir a una macro fiesta donde estará el tío que te vuelve loca y que, por fin, te ha hecho caso... eso ya es otro nivel.
- Tía tienes un armario de mierda- me dice Cassy desde el fondo de mi vestidor.
- Ya te lo dije, por eso hemos ido de compras.
Estoy preparando la bolsa que me llevaré para dormir en casa de Martina, que es lo que cree mi madre, pero en realidad dormiremos con Cassy porque sus padres son mucho más enrollados y salen a hasta las tantas cada finde. Trabajan en el mundo del cine. Son productores, o algo parecido, y siempre van de fiesta en fiesta con gente súper famosa. Siempre he sentido un poco de celos hacía Cassy porque aparte de ser todo lo que a mí me gustaría, guapa, extrovertida, lanzada... sus padres son súper guais y la entiende mucho. Hasta se intercambia la ropa con su madre. Yo jamás podría tener una conexión así con la mía, ella solo piensa en mi formación y todo lo demás no es importante. Menosprecia mis sentimientos, mis ideales, mis gustos... Nunca podría tener una conexión así con mi madre.
- Júrame por Dios que no te pones este vestido Babi.
Cassy sujeta un vestido de cuadros escoceses con cuello Peter Pan que, aunque no quiero decírselo, es de mis favoritos.
- Es para los recitales.
- Recitales de qué, ¿shakesperianos?
- De piano idiota- contesto quitándoselo de las manos.
- Pues parecerás una mojigata con este vestido Babi, renovarse o morir.
Termino de preparar mi bolsa mientras ignoro a mi amiga y veo que Rubén está en el jardín de su casa. Va con unas bermudas, sin camiseta, y parece estar jugando con su perro. En el suelo, junto a él, hay unas pesas que debe de haber estado utilizando. La verdad es que está muy en forma.
- Dios que bueno está...
- A ver- Cassy me aparta de la ventana para asomarse y es tan escandalosa que temo que Rubén se dé cuenta.
- Tía que nos va a ver...
- Así que eres de esas... ¿eh?
- ¿De esas qué?
- De esas que acosan a sus vecinos y los espían- ríe.
- Venga ya, no seas exagerada, lo he visto por casualidad.
- ¿Y estos prismáticos?- pregunta mientras los sostiene en la mano.
- ¡son para el campamento!
Se los quito y los guardo en el cajón. Es la verdad, son para el campamento, pero no diré que no los he usado en algún momento para ver a Rubén mientras toma el sol o se baña en la piscina. No creo que haga nada malo por echar un vistacito de vez en cuando pero de ahí a espiar... Creo que mi amiga es bastante exagerada.
- ¿Habéis hablado algo de la fiesta?- pregunta mientras se sienta en la cama.
- No...
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Las Cosas que Nunca Fui
Ficção AdolescenteBaby tiene dieciséis años y piano a las cuatro, inglés a las cinco y cuarto, ballet a las seis y media y da clases de matemáticas a su vecino cañón a las ocho menos cuarto de la tarde, no tiene tiempo libre pero sí un plan que , de salir bien , le p...