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Prólogo

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Prólogo

12 de marzo de 1985

Sentada en el suelo de su casa se encontraba la pequeña niña de unos cuatro años. A su alrededor estaban todos sus juguetes esparcidos por el suelo aunque en sus pequeñas manos seguía sosteniendo los mismos juguetes de soldados color verde apagado. Y, aún teniendo aquellos juguetes a su alrededor su vista seguía la figura de sus padres.

A pesar de no estar tan separados de ella, sus padres hablaban en un tono moderado para que la pequeña de ojos avellanas no escuchara su discusión. Aunque la niña ya sabía que algo estaba mal por la forma en la que ellos mantenían la forma de su cuerpo, como si estuvieran a la defensiva. Y aunque estuviera a la defensiva Alessia, su madre, no dejaba de tocar con dulzura su vientre abultado de unos ocho meses.

En una de sus palabras, Alessia salió prácticamente corriendo de la sala de estar sin mirar a su esposo ni a su hija, que cuando la vio pasar por su lado intentó llamara su atención mirándola. Pero ella siguió hasta llegar a una de las habitaciones y cerrar la puerta de golpe logrando que Eleonora pegara un pequeño salto por el susto.

Eleonora buscó confundida la mirada de su padre intentado si este podría decirle algo. Elías por otro lado estaba jugando con su cabello de manera nerviosa y preocupada. Y cuando él estaba listo para ir detrás de su esposa el timbre de la casa dio su típico sonido cantarín anunciando de la llegada de alguien.

    Elías fue al instante para ver quien era aunque ya él sospecha de las personas que podrían estar detrás de la puerta. La misma razón por la que recién discutía con su esposa, por así decirlo. Quien tocaba en su puerta era alguien del pasado que por un tiempo creyeron que nunca verían.

    Luego de que la puerta fuera abierta el rostro de John Winchester con su típica mirada seria ocupó su vista. No fue para nada desapercibido para Elías ver como dos niños lo acompañaban. Uno de ellos dormía en los brazos de John mientras el otro mantenía una postura más a la defensiva que el mismísimo John.

—John —saludó Elías dándole la mano. John con la mano libre lo saludó y le regaló una sonrisa.

Eleonora un poco confundida se levantó del suelo yendo a donde estaba su padre. Ignorando la conversación que estos tenían se dirigió específicamente en el niño de ojos color verde que la miraban de manera intimidante.

Luego de que ambos adultos hablaran por unos segundos más, Elías lo invitó a pasar a su casa.

La pequeña de ojos avellana siguió cada movimiento que hacían ellos con un poco de curiosidad al ver como entraban a su hogar y simplemente llevaba a ambos niños a sentarse en los sillones de su casa.

El niño que parecía más pequeño, que tenía el cabello en varios rizos y casi llegando a sus ojos, estaba apenas despertándose de los brazos de su padre. Él miró todo el lugar con curiosidad antes de, quien Eleonora suponía era su hermano, se sentara a su lado y ocupara toda su atención.

The Hunting  | Dean Winchester |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora