ℳʏ ℬᴏʏғʀɪᴇɴᴅ σғ ℒɪᴇ ₂.₀ © {YoonMin} |ADAPTADA|⚣BTS/YAOI/GAY/BL

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 ⁴ ᵐᵒᶰᵗʰˢ ˡᵃᵗᵉʳ

Jiminnie relegacionó lo sugestivo que es inferir ser un chico de 24 años lleno de metas por cumplir, con amigos excelentes del cual podía contar sin medida. Ellos no eran solamente sus colegas de Universidad, este sería sus últimos meses como estudiantes becados antes de ser unos jóvenes graduados. Estos chavales se convertirían en futuros Growth Hackers..., tanto como Park, WonHo, I.M, Minhyuk y Shownu. Sus profesiones eran considerados marketing de las startups, considerándola una de las carreras mejores pagadas. Una de las nuevas profesiones, ofreciendo resultados brillantes si la persona que lo desarrolla tiene imaginación. Este puesto, el de Growth Hacker, requiere creatividad, talento y curiosidad.

Entre sus tareas se incluye el posicionamiento en buscadores «SEO» para que los clientes nos puedan encontrar, el marketing en buscadores «SEM», la automatización de los procesos de marketing «SEA» así como optimización en redes sociales «SMO».

Se trata de un puesto clave que ayudará a las empresas a ser más visibles en el medio digital y aprovechar las oportunidades de un mundo globalizado y basado en Internet. Era algo que personalmente Ji adoraba; no se arrepentía de nada, puesto que al considerarlo divertido le generaría atractivos ingresos.

Los casi-graduados se habían reunido a la vivienda del más bajo, mientras se divertían tomando unas que otras cervezas. 

YoonGi por su parte se había mudado de su antiguo departamento, a un lozano hogar lejos de todo su entorno habitual. La mayor parte de su tiempo se encontraba reforzando su empleo de fotografía, yendo en varias provincias para recabar con éxito al recolectar imágenes sorprendentes u nunca antes vistas al público. En esta coyuntura había viajado a Filipinas para coger ciertas flores inestimable «para variar algunas que otras sesiones a modelos pocos reconocidos», coadyuvando en su currículum. Descubrió su pasión por lo que su cámara captaba hace un tiempo y no dudo en colocarse en marcha; ultimando un pequeño curso de poca duración. Lo cual le ayudó ha acrecentar, la parte más intrincada de consumar sus sueños era no ver constantemente a su Dongsaeng. En la actualidad lastimosamente le quedaban cinco horas de viaje para visitarlo en alguna ocasión que estuviera disponible.

ㅡ¿Jugamos algo divertido? ㅡpropusó Lee Min Hyuk guardando aquellos libros importantes de la biblioteca en su bolso.

Se escuchó una carcajada, todos voltearon a mirar a Im Chang Kyun.

ㅡEstas loco si piensas que nuestro adorado Mang-gae-tok quiera jugar, miren sus ojeras.

El aludido le propinó un golpe duro en el biceps de este, haciéndole retorcer del dolor y alejarse de su lado por simple reflejo. A veces le generaba miedo cuando el pequeño sacaba una fuerza superior.

ㅡPuedo ser cool cuando me lo propongo... ㅡregañó Park con su tono habitual de voz extenuante, dejando ver un tonto puchero involuntario en los labios.

Lee Ho Seok solía perderse en la forma que hablaba este, la forma en la que sus labios se movían. Aún contaba los minutos para que Chang y Min se largarán; para tener tiempo a solas con el dueño de casa. Ciertamente estaba loco por ese chico y varias personas se habían percatado, incluso su Profesora ha preguntado si mantenían "una clase de amorío". Lo cierto es que se llevaban muy, muy bien Minnie no era un tonto. También dejaba ser coqueteado y coquetear con Wontokki «como le gustaba llamarle cuando no le hacía enfadar». Era inteligente, siempre estaban juntos, de hecho estar interesado en susodicho era menos enrevesado que amar a su mejor amigo. De hecho con Suga habían perdido bastante comunicación, porque era irrealizable encontrarlo en Corea ya que se la pasaba viajando. Quizá conociendo personas en sus distintas recorridas; y esa era la razón por la que Ji estaba decidido a olvidarle románticamente. La única persona que había logrado llamar su atención era Seokie, eran tal para cual; compartiendo gustos similares por el estudio y las aventuras. Ambos tenían miedo a las alturas, pero las propuestas divergentes y originales definitivamente eran las que llamaba su esmero. Era fascinante tener el mismo amor «especial» por las comidas exóticas, el café amargo y las series en línea.