10: La verdadera historia

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Narra Firex

Ambos creamos a nuestros seres especiales.

Mi hermano se puso celoso de los Vastayas, le molestaba ver que mis hijos e hijas, eran mejor que los de él.

Cuando éramos niños, ambos  nos llevábamos bien, no había problemas entre nosotros, si él nunca hubiera dicho esa maldita apuesta, nosotros seguiríamos bien.

Después de un milenio completo, mi hermano quería destruirlos por envidia, yo intente detenerlo y fue cuando empezó nuestra batalla.

- ¡Hermano no hagas esto!

- ¡Callate!

Mi hermano tenía un gran poder, al igual que yo, la diferencia siempre fue la forma en cómo lo utilizamos, él tenía una oscuridad muy grande por el odio sembrado hacia mi creación.

- Por favor... no me obligues hacerlo.

- Te asesinare.

Mi hermano lanzo su ataque mas poderoso la estrella oscura, yo respondí con mi mejor ataque, el Big bang.

Ambos poderes chocaron, estaban destruyendo y creando planetas de una forma sin precedentes, el poder de los celestiales es lo mas poderoso de la galaxia pero si dos seres de esta magnitud se enfrentan, sólo uno puede sobrevivir.

Nuestros poderes eran iguales, llegó un punto donde ambos, al final dimos todos y se creó una gran explosión, salimos muy heridos pero mi hermano, aún quería seguir.

- Por favor... no quiero... matarte.

- Te asesinare... y después... destruiré a tus... preciados Vastayas.

Mi hermano se acercó a mi con una daga oscura que creo en su mano, yo no quería hacerlo pero no tenia opción alguna.

- Perdoname.

El gritaba acercándose a mí, yo solo, alce mi mano y lance un último ataque con las energías que me quedaban.

Lance una esfera azul que lo envolvió, el intentaba salirse pero le era imposible.

- ¡Maldito!

- Adiós... hermano. - Cierro mi puño y la esfera lo comprime hasta crear una pequeña explosión, que lo redujo a polvo celestial.

Al terminar la batalla, mi cuerpo estaba gravemente herido, así que, caí en un profundo sueño, para que pudiera recuperarme de aquella batalla y desperté, al sentir que algo mal estaba ocurriendo con mis hijos e hijas.

En las grutas

Este cuerpo que tengo ahora, se debe a la culpa que siento, por haber matado a mi hermanó.

Eso es lo que pasó entre mi hermanó y yo, me duele recordarlo, aun así, los conocí a ustedes, los logre salvar antes de que perecieran, bueno alguno les di una segunda vida.

Saben siempre pensé que al crearlos la vida seria mejor, lamentablemente los humanos.... la creación de mi hermano Ao shin, corrompió este mundo y la magia, qué es un regalo para todos, la están desperdiciando... porque todavía no estoy recuperado al 100, no puedo distinguir entre la magia buena y la mala en todo el mundo, me alegra que ustedes jamas cambiaron.

Observó cómo todos se me quedan viendo, unos con cara de tristeza, otros de impacto y la camaleóna llorando junto a los niños.

N: Eso estuvo muy triste... sniff... sniff... No merecidas que te pasará eso y tu hermano es un completo idiota.

W: Estoy impactado totalmente... no puedo creer que les haya pasado eso a ustedes dos; yo siempre pensé que los hermanos se cuidaban mutuamente, pero inclusive los sentimientos de odio y envidia, pueden corromper hasta los celestiales.

R: Yo no sé qué decir hermano... la verdad tú historias si es algo triste.

A: Debe ser duró para ti, tener que recordar a tu hermano transformado en la creación de él.

F: Descuiden, sabía que tenía que hacerlo, no tenía opción alguna, él estabas cegado por la envidia y el odio... ya estaba perdido.

Veo como Xayah se levanta y me toma de mi camisa alzandome.

R: Amor ¿Qué haces?

X: Escucharme bien, yo no creo para nada en ti, no me importa tu historia que acabas de contar, si tú eres nuestro creador debiste haber llegado aquí hace mucho pero mucho tiempo, no cuando ya estamos al borde de la extinción. - Puede sentir ma ira y dolor  que tiene en su interior. - Además, eso de la magia, debes saber que hay un maldito humano... que torturó a muchos Vastayas para tener poder demoníaco con muestra magia.

Eso me sacó de mis propios pensamientos, al escuchar que un humano había corrompido la magia pera obtener poder demoniaco.

F: ¿De qué hablas?

X: Un humano esta usando una extremidad de un vastaya para tener poder demoniaco a base de nuestra magia. - Eso no lo podía tolerar, mis ojos se tornan rojos y quito la mano de Xayah de mi camisa.

F: ¿Dónde se encuentra ese humano?

Veo como la rebelde me tiene miedo al notar mi furia ahora.

N: ¿Firex?

A: ¿Qué le pasa? - Todos a mi alrededor me miraban con miedo pero no me importaba, yo estaba furioso al saber como un maldito humano, estaba corrompiendo la magia que yo les regale para sus propios fines, lo que mas me enoja era que usa una parte de mis hijos para obtener este poder demoníaco y eso, no lo perdonaré.

F: ¿¡Dónde esta!? - Xayah cae al piso, sin darme cuenta mis alas de fuego se desplegaron solas, yo estaba tan sumergido en la furia, que no me percate que mi poder estaba empezando a descontrolarse.

W: Se encuentra en Noxus. - Volteo a ver a Wukong, este no tenia miedo en cambio se acercó a mí, para decirme algo.

F: ¿Noxus?

W: Si... ahí se encuentra, se llama el general Swain, él junto a Leblack me obligaron a decir las mentiras, sobre la rebelión de los Vastayas para acabar con ma humanidad, me lanzaron un hechizo para que dijera todo eso, sin oponerme, quiero... que los mates, no dejes a ningún noxiano vivo... ellos no merecen vivir.

F: Cuenta con ello. - Miró a todos los demás. - Volveré.

Sin mas qué decir, salgo volando de aquellas grutas, dirigiendome a Noxus.

En Noxus

Narra Swain

Después de algunas horas, por fin llegamos a un acuerdo, de que Piltover crearía un arma para frenar a este ser, Vi y Caitlyn se fueron para llevar la información a los científicos de la ciudad.

L: Amor.

S: Leblack, amor mío ¿Qué ocurre? - Mi rosa negra se acerca a mi y me muestra algo que no espere. - ¿Esto es verdad?

L: Mis espías lo comprueban, Luxana no esta muerta, esta con Sylas y los demás magos, siempre supe que no era de fiar.

S: Interesante, en Demacia no sobrevivió casi nadie y a ella se le dio por muerta.

Siento como mi brazo vastayano empieza a sentir una gran presencia muy cerca.

L: ¿Qué ocurre?

S: No lo sé, Yo...

Siento como de un momento a otro atravieso varios pisos de mi palacio.

L: ¡Swain!

Al terminar estrellado contra el piso completamente, me levanto con dolor y observó al responsable de este ataque.

- Veo que al final, decidiste venir por mí.

Con el polvo creado se podía ver la silueta de aquel sujeto, sus ojos eran rojos y sus alas de fuego puro, sebia a lo que venía.

- Swain... Llegó tu hora de morir.

Continuará...

El Creador De Los VastayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora