4. París in the rain

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  La silueta delgada de una joven pelirroja se había llevado la atención de una rubia tailandesa cuyos ojos brillaban al ver la preciosa imagen de la Torre Eiffel y aquella muchacha de belleza sobrenatural. Enseguida Lalisa sacó la cámara para capturar la semejante obra de arte que sus ojos presenciaban y tocó el botón para tomarle la foto sin darse cuenta de que el flash estaba activado abriendo los ojos en sorpresa y enseguida sintiendo sus mejillas ardiendo al sentir la mirada de confusión que la pelirroja le dirigía.

-L-Lo siento yo quería tener una foto de la Torre Eiffel y justo pasaste tú y...- se apresuró a decir Lisa con nerviosismo pero enseguida fue cortada por la suave risilla que dejó salir la australiana.

-No te preocupes, soy Chaeyoung, ¿Podría saber tu nombre?- le habló dulcemente la joven dejando a Lalisa enbobada con la dulce voz que poseía.

-Mi nombre es Lalisa, un gusto- enseguida sonrió y extendió su brazo en un gesto de saludo que la pelirroja aceptó. Ambas sintieron una corriente recorrer su espina dorsal al momento en que sus frías manos se rozaron, sonriendose una a la otra.

-¿Puedo ver la foto?- le preguntó con su aterciopelada voz a lo que Lalisa asintió.
La pelirroja estaba de espaldas, apoyada en la baranda de aquel puente, su cabello rojizo flotaba hacia un lado debido al viento y la Torre se podía ver a la perfección junto a la medialuna que comenzaba a asomarse por el anochecer.
La australiana sonrió encantada con la foto y volvió a hablar encantando una vez más a Lalisa con su voz. -Está preciosa. ¿Te gustaría ir a tomar algo? Lalisa- y en ese momento Lisa adoró como sonaba su nombre en la melodiosa voz de la pelirroja.

-Me encantaría- le respondió con una sonrisa permitiéndole así a la joven apreciar la perfecta hilera de perlas blancas que poseía.

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  Ambas caminaron pacíficamente por la ciudad de París hablando animadamente y conociéndose un poco más. Lisa ahora sabía que la pelirroja también venía de Seúl, sólo que asistía a otra Universidad. Estudiaba diseño, tenía su misma edad y cantaba igual que un ángel, aunque bueno, esto último no le sorprendió tanto. Optaron por parar en una pizzería ya que ninguna de las dos conocía mucho la comida francesa.

  El ambiente del lugar era acogedor, todo estaba iluminado con una luz tenue, las paredes estaban pintadas con un marrón no tan intenso, y tanto las mesas como las sillas de madera que combinaban a la perfección con el color de las paredes tenían un pequeño mantel blanco de terciopelo en el centro junto a un florero que contenía una rosa roja. El lugar no estaba ni tan lleno mi tan vacío, las mesas eran ocupadas por parejas que se miraban sonrientes e intercambiaban palabras y risas.
Caminaron hasta la mesa del fondo, situada junto a la ventana que comenzaba a empaparse con pequeñas gotas de lluvia y se sentaron esperando por el mesero que se acercaba a pasos lentos.

  Lisa no quiso desaprovechar la oportunidad de fotografiar la bella rosa que tenía en frente y sacó la cámara de su mochila.

-Eres muy buena fotografiando, ¿Podrías tomarme una foto?- aquello sorprendió a la menor, su corazón golpeó con fuerza su pecho y sus manos empezaron a sudar ¿Por qué estaba pasándole todo esto? Quiso golpear su cuerpo por reaccionar de tal forma pero se contuvo. Asintió sonriente y sacó el sudor de sus manos con la tela de su pantalón, tomó entre sus delicadas manos la cámara y la puso frente su cara, Chaeyoung no tardó en posar para la fotografía, apoyó suavemente sus brazos sobre la mesa y dejo que su pequeña y adorable carita se viera sostenida por una de sus delicadas manos, su vista dirigida hacia la ventana cubierta por la lluvia que caía de a ratos y sus finos cabellos cayendo ligeramente sobre su rostro. Lisa capturó la imagen, y para su gusto, se veía preciosa, al fin y al cabo había podido capturar en la imagen a dos flores preciosas.

⇝Nᴜᴅᴇs J.J ꒰BP꒱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora