3. ¿Pesadilla o realidad?

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"El pasado suele convertirse en tu propia sombra"

-Elaine Wilson -

Era fin de semana, los días favoritos de Elaine y su abuelo ya que hacían actividades juntos, en especial bordado y lectura aunque el anciano era malo en eso pero quería sorprender a la señora Milli, esos dos habían estado enamorados desde la primera vez que Efrin habían llegado al edificio con Elaine en sus brazos y desde entonces ninguno se había atrevido a dar el primer paso.

-¡Por todos los cielos!- el anciano se pincha con la aguja- Miee...ento si les digo que no me dolió hehe- se detiene al recordar la presencia de Milli.

-Abuelo te he dicho muchas veces que no seas tan atolondrado con la aguja, es la cuarta vez que te pinchas- dice mientras revisa su dedo.

-Aceptémoslo muñequita, Efrin es terrible en el bordado y se duerme en la hora de lectura, creo que es tiempo de hacer otra actividad.

-Pe-Pero puedo aprender, denme otra oportunidad.

-Abuelo, a este paso te quedaras sin dedos además es un lindo día y podrían no se... ir al parque o a tomar un café- ambos ancianos se sonrojan al ver el plan malévolo de la joven- a la señora Millicent le encanta el latte y ahora están al dos por uno, se un caballero abuelo e invita a esta hermosa dama a una cita.

-Hehe... no le hagas caso a mi nieta, los estudios la hacen delirar.

-Pero abuelito, ¿por qué desperdiciar este hermoso día?- les entrega sus abrigos y los va sacando casi a empujones.

-¿Y que harás tu?

-Yo seguiré practicando mi bordado.

-Esta bien, por favor no salgas de aquí, no le abras a desconocidos...

-"Los número de emergencia están en el refrigerador, no invites a nadie en la casa estando sola, cuídate y pórtate bien"- imita graciosamente al anciano.

-Ya no hay respeto en este mundo.

-Adiós abuelo- le cierra la puerta quedando totalmente sola, para ella era perfecto ya que tenia toda la tranquilidad del mundo para inspirarse, sacó su libreta de bocetos, se recostó sobre su cama y dejo que su imaginación fluyera para la creación de nuevos diseños, lápiz y papel era lo único que necesitaba para sonreír y tratar de olvidar la voz y el calor de aquel joven. Más tarde fue a la cocina por un vaso con agua, hasta que escuchó unas cuantas risas por el corredor, sabia que el abrir la puerta estando sola era contra las reglas pero la curiosidad la había vencido, disimuladamente giró la perilla y vio que se trataba de Natalie y su madre, ellas vivían en el mismo edificio, se dedicaban a la jardinería y participaban en fundaciones de protección animal , eran unas personas muy pacifistas y altruistas a pesar de que su situación era precaria, a causa de eso Natalie iba a una escuela pública y trabajaba medio tiempo en un vivero para ayudar con los gastos, Elaine hubiera corrido con la misma suerte si no fuera por su beca, de lo contrario no pudiera estudiar en una escuela de muy alto rango.

-¡Hola Elaine!, ¿practicando bordado?- saluda la chica de cabello café claro y ojos verdes mientras cargaba una pequeña cesta con calabazas.

-Se podría decir que si, buenas tardes señora Porsher, veo que se divirtieron en el festival.

-Estuvo repleto querida, repleto y lo bueno es que ganamos el concurso de la mejor calabaza del año, como siempre.

-Es que somos un buen equipo mamá, que lástima que tu abuelo no te dio permiso para que vinieras con nosotras.

-Si...

-Bueno te trajimos esto, no es mucho pero se que te encantan- le entrega un cupcake de vainilla y calabaza- endulzan tu vida hehe.

Evelorth y el orbe sellado/ Libro del destelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora