"Para reinar sobre la oscuridad debes convertirte en ella"
-Blade-
Detherion, uno de los reinos más poderosos en Evelorth en donde los rayos del sol habían dejado de tocar sus tierras hace mucho tiempo, solo el frio y la oscuridad seguía a sus habitantes, tras una gran muralla vigilada por varios soldados y gárgolas, se encontraba el castillo y hogar del dictador Blade, el perdón no se encontraba en su vocabulario y todo aquel que lo traicionase era terriblemente castigado.
-¡Rápido! ¡Todo tiene que estar impecable para cuando el baje!- el mayordomo y guardián de las llaves del castillo, apresuraba a los sirvientes para que el gran comedor estuviera bien puesto, era hora del desayuno y la puntualidad era imprescindible- ¡Camile, esos cubiertos están mal colocados! ¡Aun veo esa mancha en la ventana Harold! ¿En dónde está ese té? ¡¿Qué acaso quieren que me corten la cabeza?!- el miedo hace que se altere y más aún con la llegada de un joven de cabello color chocolate al igual que sus ojos- ¡Vete Roy! ¡No estoy para tus tonterías!
-Buenos días para ti también Gilbert, ¿otra vez se te hizo la tarde?- muestra una sonrisa mientras estaba a punto de agarrar una manzana del gran comedor hasta que este golpea su mano- ¡Mierda!, eso dolió.
-¡Aleja tus sucias manos de la mesa!, y no, no se me hizo la tarde pero si a los demás, ¡esos cubiertos Camile!
-Tranquilo que estresas a la bella Camile- la mira de pies a cabeza- como quisiera estar en tu lugar para estar rodeado de tanta tentación carnal.
-¿Qué acaso no tienes trabajo que hacer?- trata de evitar otro dolor de cabeza cuando escucha a alguien bajando por las escaleras, se trataba de él- ¡Mi señor!
-De hecho sí, tiene trabajo que hacer- un joven totalmente encapuchado de negro que lo único que mostraba era unos cuantos mechones del mismo color y una sonrisa cínica- y puesto que esta aquí a muy buena mañana es porque me trae estupendas noticias.
-Se podría decir que si mi señor.
-Te escucho- toma asiento mientras uno de los sirvientes le sirve té blanco- ¿encontraste a la niña que quiero?
-No señor, hemos revisado a todas las niñas con la edad de dos años pero ninguna de ellas es la reencarnación de Lia.- Roy era el líder de la orden del dragón, un grupo muy temido gracias a que tenían bajo su mando a los dragones más poderoso de Evelorth- no obstante tenemos noticias sobre Annika, su hermana.
-Supongo que ya diste con ella.
-Se de una fuente muy valiosa que la han visto por el muelle de Codrik, visitando a su abuela Matilda, nos dimos cuenta hasta ahora porque solo llega por la madrugada junto con otro, según esta persona el nombre de este tipo es Dan, supuse que le sonaría familiar.
-Como olvidar a ese chupasangre mujeriego y claro como quiere a mi hermana en su cama- sutilmente da el primer sorbo de su té- maldito, logró engañarme cuando revisamos sus tierras pero bueno eso esta por solucionarse, dentro de poco mi hermana cumplirá quince... no estaría mal darle una sorpresa ¿no crees?- en su rostro se dibuja una extraña sonrisa- en cuanto a la niña la quiero lo más pronto posible, han pasado dos años y aun no veo resultados.
-Hay un inconveniente mi señor, el lugar en donde tenemos a todas esas niñas esta saturado, quizás...
-¡No!- su enojo hace que las ventanas se quiebren a causa de su gran poder pero luego respira profundo y la calma regresa a él- dejemos algo muy en claro Roy, ninguna de esas niñas serán devueltas a sus madres hasta que encontremos a la que yo quiero, ella es mi pieza faltante para que Lia regrese a mi lado, míralo como una táctica, la madres harán lo que sea por recuperar a sus hijas, incluso venderme a la pequeña que busco.
-Por supuesto, disculpe que haya dudado de usted y enseguida enviare más hombres para seguir con la búsqueda y también solucionaré lo del lugar.
-Eso espero, ya puedes retirarte- Roy hace una reverencia y se retira mientras este disfruta de su más fino desayuno no apto para pobres, jugo de naranja recién exprimido con un toque de limón y hierba buena, ensalada de frutas, pequeñas tartaletas rellenas de chocolate, almendras y frutos rojos, y en su plato principal se encontraba dos tostadas juntos a varias rodajas del más fino queso, jamón muy bien cortado y enrollado, mantequilla y por último un huevo mezclado con las mejores hierbas de la región.
-¿Algo más que pueda servirle mi señor?
-Si, trata de no engordarme.
-¡Oh! ¡Perdóneme mi señor! Juro que cambiaré todo el...
-Tranquilo Gilbert era una broma- el alma del anciano regresa a la normalidad- Gilbert, tu has servido a mi familia prácticamente toda tu vida, dime, ¿tu crees que soy igual de demente que mi padre?
-¿Señor?- queda extrañado ante su pregunta.
-¿Qué si soy igual de demente que mi padre?- Gilbert no sabia que contestar pero no por temor a morir sino por como reaccionaria el dictador al oír su respuesta- tu silencio lo dice todo.
-Mi señor Blade, usted es muy diferente a su padre, lo único que tienen en común son... sus crímenes, porque con todo respeto mi rey, asesinar a personas inocentes es un crimen.
-Hehe... mi padre no era una persona inocente y tu mejor que nadie lo sabe.
-Tiene toda la razón... sin embargo, usted también carga con varios pecados, entre ellos el asesinato de su padre.
-El mató a Lia, tenia que regresarle el favor- medio sonríe al recordar ese pecado- soy este monstruo porque mi padre me llevo a esto, solo defiendo mis intereses- al ver la posición de Blade, Gilbert decide no hablar más del asunto- ¿sabes?, cuando ella regrese pienso mandar a construir el más grande castillo de todo Evelorth, cerca de la bahía de las luciérnagas, ella siempre me decía que si teníamos hijos quería llevarlos a ver como las luciérnagas adornaban la bahía en la noche.
-Si no mal recuerdo la señorita Lia quería cinco hijos y ahí fue donde supe que era una damisela muy exigente- dice entre risa- era una joven muy simpática.
-En ese momento no supe defenderla, pero ahora tengo poder y respeto, por eso prefiero ser un dictador demente que un estúpido ingenuo, solo así podré proteger lo que es mío... puedes seguir con tu labores Gilbert- el sirviente hace una reverencia y continua con sus tareas mientras que el dictador planeaba su siguiente movimiento.
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Evelorth y el orbe sellado/ Libro del destello
RandomElaine, una chica extremadamente creativa y aplicada que sufre de alucinaciones desde que tiene memoria lo cual le ha causado daños emocionales y sentimentales en su vida, no obstante, en la tierra de Evelorth descubrirá el origen de su vida pasada...