<<- Es injusto que puedas usar mi ropa y que yo no pueda usar la tuya.>> Bangchan hizo un tierno puchero, como si tuviera cinco años.
<<- La mayoría de mi ropa te queda chica, lindura.>> Felix sonrió.
Chan sabía que el pelinaranja tenía razón, pero por una vez quería usar la ropa de su novio pasa saber si realmente era lindo usarla.
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Ese día, Chan entendió porque Felix le gustaba sacarle prendas, aunque se sentía triste porque la mitad de la ropa de Lee le quedaba apretaba o no le gustaba
Felix aprendió que tenía que empezar a comprar ropa más grande.
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Ambos chicos se encontraban acostados en el sillón de la sala.
<<- Aunque a veces me enoje, me encanta que uses mi ropa.>> Chan se sinceró y le dio un pequeño beso en la frente a su novio. <<- Te vez tan adorable con mis camisetas.>> No pudo evitar la emoción y empezó a mover a Felix de un lado al otro, preguntandole como hacía para ser tan adorable.
El chico, ya un poco mareado, rió. <<- ¿Tengo al novio más lindo del mundo?>> Lee le agarró los cachetes y empezo a estirarlos a su gusto. <<- Claro que si lo tengo.>> Felix comenzó a balbucear cosas, como si realmente le estuviera hablando a un bebé.
<<- Si sigues así voy a guardar mi remera gris en un lugar en donde nunca la encuentres.>> Chan lo amenazó, sabiendo que el pelinaranja no podía dormir sin su camiseta.
Y tal como lo imaginó, Felix dejó de molestarlo, formando un nuevo puchero en sus labios, que fue eliminado por un beso de Chan y un "Hay que ir a dormir"
Y como todas las noches, Felix usaba la tan nombrada remera gris de Bangchan para dormir. Normalmente el pelinaranja era el primero en dormirse, cosa que Chan agradecía ya que así podía apreciar lo realmente hermoso que era su novio, lo adorable que se veía durmiendo con su ropa y lo mucho que lo amaba
