One-Shots and Two-Shots |CANCELADA|

🐈 ¡Nya~!🐈

✿Pareja:Kurapika × Killua✿
Two-Shot

Por las calles de la ciudad, un rubio caminaba bajo la lluvia sintiendo las gotas frías bajo su rostro. Paró en seco al observar aquel lugar y Con una mirada melancólica, se quedo observando el callejón sin salida en el que su familia fue cruelmente asesinada. Convirtiéndose en un estorbo para los apresurados.
Oyó unos leves sollozos bajo la obscuridad de la noche, y se acercó al bote de basura.

A su lado, un Híbrido albino y felino desbordaba lágrimas de tristeza, abrazando sus rodillas miraba de forma perdida el suelo. — No puedes estar aquí. — Habló fuerte y claro, tratando de brindarle seguridad al menor, que aparentaba tener 7 u 8 años menos que él. Sin embargo, solo logro asustarlo. — N-nya. — "Maullo", haciendo su corazón oprimir.
Al notar que el pantalón del albino estaba desarreglado, y que este estaba pegajoso y lleno de chupetones.
Sabiendo que había sido violado, en aquel frío callejón.

*Sin separador, wuuu(?*
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Lo recostó en su cama con intriga, viendo como el menor se acomodaba incomodo sobre la suave superficie. — ¿Como te llamas? — Otro suave y tierno maullido recibió como respuesta y solo suspiró entre dientes. No negaba que el menor era tierno, pero así no podría ayudarlo.

¿A quien le pertenecía este híbrido y para que sucias cosas lo había usado? No importaba, puesto a que no planeaba devolverlo a aquella persona tan despiadada.
Aun así, con 17 años de edad, Kurapika no podía hacerse cargo de aquella criaturita. — Ki.. Llua. — Balbuceó colocando sus manitas en su pecho, dejando al rubio boquiabierto al ver que sabia algo mas que maullar. Killua era un nombre curioso, adecuado para este híbrido gatuno, tan tierno que podría darte diabetes de solo verlo. Sintió las manos del menor en su pecho, y este solo maullo. — Kurapika. — Se presentó, sintiendo como se acurrucaba y frotaba su cabeza contra su pecho.

— Nya. — Acarició sus orejas, con una sonrisa plantada en el rostro.

Tal vez se podía ir acostumbrando a eso, pero... ¿De verdad estaba listo para una carga así? Tener a un híbrido, ¿era realmente lo mejor? Tal vez no para él, pero si para Killua, ya vio lo que le habían hecho en el callejón, ¿de verdad dejaría que lo vuelvan a hacer?
Si lo hacia estaría en su conciencia pegado como chicle, y sinceramente el no deseaba eso. — ... Lindo gatito.

Alzó su cabeza al escuchar las palabras dichas por el rubio, y solo recibió otra suave caricia, proporcionada por la cálida mano contraria.

Y aun después de pensarlo, Kurapika estaba indeciso, y sin saber que hacer. ¿Tal vez llamar a Gon seria la solución? No, no podía hostigarlo de tal manera.
¿Y con Leorio? El podría ayudarlo y decirle en que condiciones está el albino, aun no sabía hace cuanto lo habían... Violado. Pero no se veía tan distante. Sintió como el albino mordía su dedo con sus colmillos y rápidamente alejó la mano. — ¡Auch! Ahg, eso no se hace. Killua no. — Y como si las ultimas palabras fuesen dichas por el mismísimo satanás, el menor se alejó del rubio apresurado por escapar y se escondió bajo la cama entre lágrimas, dejando a Kurapika confundido. — ... Killua ¿"no"? — El albino solo se adentró aun más a aquel escondite y el rubio palpó el lugar que se encontraba a su lado.  — Lo siento, ven otra vez. Juro no volverlo a decir.

Salió debajo de la cama apresurado, y se tiró a los brazos del mayor entre maullidos y sollozos. — K-killua n-no e-es malo... — Balbuceó. Oprimiendo nuevamente el corazón del rubio. — N-nya.