Soy mi propia libertad

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¿Tienes decorada tu propia celda, en tu propia cárcel?

Dios nos ha concedido el don de la libertad y no obstante, nos aprisionamos en la cárcel que creamos nosotros mismos y nos encerramos en ella con llave; y guardamos la llave en el bolsillo izquierdo de la camisa que llevamos puesta. Así mismo, de fácil es sacar esa llave, abrir la puerta y salir a la libertad.

¿Que hace que nos encerremos a nosotros mismos en nuestra propia cárcel? La falta de perdón, el juzgar y condenar al otro; porque dichos pensamientos son míos, creación mía, de mí mente, son mis ilusiones y cada uno de ellos son las barreras de mí propia cárcel, y lo que consigo con ello es condenarme a mí mismo. Por lo tanto, yo mismo soy mí propio juez con la posibilidad de liberarme de mi propia condenación y soy mí propio veredicto.

En las palabras que proceden de Dios, el perfecto en santidad, yace todo el amor y la bendición para que al disfrutar de la libertad en el pensamiento sea una dicha.

La libertad que Dos nos ha concedido está acompañada de Sabiduría Divina, infinita compasión y dicha, previstos para nosotros en esta vida. Hacer uso de esa libertad con el perdón es sanar la mente con pensamientos de amor y compasión. Somos la energía amorosa del universo en el dar y recibir amor. Entonces, me aceptó y acepto al otro tal como es y soy consciente de que la Voluntad de Dios es que seamos felices.

Si nos condenamos a nosotros mismos y nos encerramos en nuestra propia cárcel vamos a recibir, censura y disciplina amorosa del Todopoderoso (Job 5:17), la cual no hay que rechazar, entonces Dios nos proveerá de una Luz que invadirá el ser, impregnando de amor cada uno de los pensamientos y acciones y habrá coherencia entre lo que se dice y hace, es decir, libres para dar amor, libres para Dios con facilidad en el corazón.

Millón Durango ✍🔥✍

millondurando@gmail.com


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