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Dos meses ya habían pasado y el pequeño Sirius seguía siendo reservado y extremadamente tímido ante la presencia de Lupin, y James lo empezaba a notar, pero era su secreto.
Para la suerte del mayor de los Black, ese era día de deportes, por lo tanto podría destacar sus habilidades y lo mejor de todo para su mente en desarrollo: Remus estaría en ropa corta por el resto del horario escolar, sumándole a eso un día caluroso. En filas de uno separados por género salieron al patio externo de Hogwarts, un lugar realmente amplio en el que diariamente varios estudiantes practican diversos deportes. Madame Hooch les indicó sentarse alrededor de ella para una pequeña charla.

―Hoy alumnos, vamos a practicar atletismo, así que quiero que den su mejor desempeño. Las olimpiadas son en tres meses y debemos empezar a entrenar desde ahora. Vamos, no tenemos todo el tiempo del mundo―la entrenadora sopló el silbato que le colgaba del cuello, haciéndolo sonar hacia los niños en forma de orden.

Los alumnos se formaron en cinco filas de cuatro frente al circuito de únicamente cincuenta metros, el rojo del largo camino le recordaba al color de su casa. Tomó una liga de cabello del bolso de Lily Evans y se hizo una cola alta, era la única manera de ver correctamente el camino, aunque le avergonzara las constantes miradas de sus compañeras, más aún la del castaño de ojos verdes. Hablando de aquel muchacho; sólo podía ver el largo y fino cabello del más bajo menearse en el aire por el fresco viento mañanero. Increíblemente, Sirius se veía muy bien con el uniforme deportivo, mientras que él, según sus propias palabras, parecía un pollo intentando hacer deporte. O tal vez, a los ojos de Black, Remus se veía demasiado atractivo así.
Antes de empezar la carrera vio a su hermano y prima acercarse en las gradas, Meda, con quince años llevaba en brazos a Regulus, quien muy sorprendido veía la escuela de su hermano mayor. Al menor Sirius siempre le había parecido un héroe que podía vencer a todos, incluso a su estricta y algo malvada madre. Para Sirius, Regulus era su razón de vida.

―En sus marcas, listos, ¡fuera!―la estridente voz de Madame Hooch gritó aquellas palabras mientras que seguidamente el sonido del silbato sonaba.

Y empezaron a correr.

Sirius y Lily iban a la delantera con James, Marlene, Remus, Dorcas y Peter detrás. Los demás alumnos iban al menos seis metros por detrás, intentando seguir el paso de aquel grupo extrañamente veloz. Sin darse cuenta los siete ya habían llegado a la meta, Lily había ganado y Sirius no podía creerlo, sólo se había volteado a ver a Remus por un momento, al voltear la pelirroja era la vencedora. Después de lloriquearle a James su derrota se acercó con cansancio a la gradas para saludar a su pequeño.

―¡Reg, Meda! ¿qué hacen aquí? Digo, Andromeda, tú estudias aquí. ¿Qué vienes a hacer por aquí, niñito?―con real diversión revolvió los azabaches cabellos del menor de la familia, quien extendía sus brazos hacia él para ser cargado.

 ―Vino a verte, regresé a casa por algo con permiso de McGonagall y por casualidad este niño se encontraba ahí. Quiso acompañarme y casi hace explotar a 'La Loca W'―explicó la castaña mientras le entregaba el pequeño niño a su primo.

―Sirius~, quiero conocer a tus amigos.

―Bien, bien, pequeño caprichoso. ¿A quién quieres ver?

―Al niño de las pecas, se ve bonito, mami dice que debemos juntarnos con personas bonitas, como nosotros.

La mentalidad de su madre era cuestionada por una pequeña parte de la familia, bien, sólo la cuestionaban Andromeda y Sirius, pero tenían sus razones, eran los únicos Gryffindor en medio de generaciones de Slytherin. Con cansancio se levantó de su cómodo asiento y se dirigió con pasos temerosos hasta Remus, no tenía idea de que decir. 'Hey, Remus, mi hermano dice que eres lindo y quiso venir a verte', eso era demasiado patético hasta para él. Tocó el hombro del castaño suavemente, quien volteó con una sonrisa al verlo, era una sorpresa que el pelinegro le hablase, pues se mostraba muy retraído junto a él.

―Hey, Remus. Él es Regulus, mi hermanito, quiso venir a saludar.

―Hola, eres bonito. Sirius; ¿por qué estás rojo? ¿son novios?

―¿Disculpa?―cuestionó Lupin con voz rasposa, casi se ahogaba con su bebida al escuchar la pregunta del hermano de amigo.

―Es que Meda siempre se pone roja cerca de Ted Tonks, él su novio. Dice que se pone así porque son pareja; ¿ustedes lo son?

―No, Regulus, no lo somos...―masculló un avergonzado Sirius.

―Oh; ¿por qué?

―Nos conocemos hace poco, Reg. Supongo que es muy pronto.

―¡Remus!~

―Son adorables. Bueno, nos están llamando para fútbol; ¿quieres jugar, Black?

―Sip, sólo dejaré al enano con Andromeda―al voltear para ver a su mayor, se dio cuenta de que había abandonado la locación―. Quién no está, al parecer...

Rápidamente corrió hasta la boca especial de su maestra, explicando la situación de manera atropellada. Después de varios minutos consiguió permiso de tener a Regulus con él y de dejarlo en la banca.

―Nos vemos después, iré a jugar, no hables con extraños, y por favor, no te muevas.

Un partido de chicos contra chicas empezaba.

Al empezar rápidamente el balón fue pasado a Sirius, quien lo condujo al centro de la cancha y directo a los pies de James. Todos eran buenos jugadores y con Peter de arquero no podían fallar. La pelota fue pasada por varios minutos a Remus, quien aunque lo dirigía a los demás jugadores de una u otra forma volvía a sus pies, su última opción fue pasársela a Barty Jr., que tenía demasiada energía acumulada y parecía realmente nervioso. En menos de media hora ya estaban 3-1 a ventaja de los chicos. Debían ganar sí o sí, no se iba a permitir perder frente a su hermanito. Aunque lamentablemente quedaron empates.

―No estuvo tan mal; ¿no?―Remus pasó una mano por su cabello con lentitud para arreglarlo, dejando a un avergonzado Sirius junto a él.

―Sí, no sabía que eras tan bueno jugando, Lupin.

―Supongo, el deporte no es lo mío.

Un emocionado Regulus venía corriendo hacia su hermano, refugiándose en él mientras pronunciaba pequeños balbuceos. Su mayor le pedía que hablara correctamente, que no lo entendía.

―Sólo que tu novio juega bien.

﹥ᴡᴀʀᴍ ʜᴇᴀʀᴛ﹤ [wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora