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Despierto a mitad de la noche con algunas lágrimas en mi almohada; mi corazón sigue latiendo, pero no correctamente y duele. Aún puedo sentir la sangre en mis manos y visualizar un cuchillo. ¿De quién es esta sangre? ¿Es tuya o es mía? En el fondo de mi ser, se la respuesta. Quiero negarme, pero has hecho que esto sea tan fácil de aceptar. Intente tratarte con equidad y escuchar tus razonamientos, tú has hecho lo mismo y terminamos sufriendo. Somos culpables y dudo que esto hubiera podido evitarse. Bueno, quizás sí pudo en algún momento, cuando todo se empezó a salir de control, incluso si creo que fue desde un principio y parte del destino. No sé con exactitud si el "quizás" es un no o un sí, por eso mismo elijo esa palabra. Aunque fue en el pasar del tiempo, en el cual mi cordura se fue descomponiendo hasta pudrirse por completo, como si de carne se tratara.

Me encuentro en el escritorio, sentada en esta silla giratoria y viendo esta hoja a medio escribir. Aún sigo confundida ¿Este es el día?

Poco a poco me enveneno, me lleno de oscura energía y no me arrepiento por pensar y creer que es mi salvación.

Debo estar loca como todos han dicho o en eso me convertí después de tanto repetirlo.

Esto no será más el comienzo de otra batalla, sé qué deseas tanto como yo que esto termine, así que adelante, porque está guerra solo terminará a costa de la sangre. Arranca mi último aliento; extrae el corazón de mi pecho.

En cada abrazo nos hemos clavado un puñal, pero solo yo supe todo el tiempo como acaba el cuento. Y justo ahora, parece difícil enfrentarlo.

No puedo escapar porque soy como mi propio pilar, me sostengo y me retengo.

Eras lo único que me quedaba, esperaba que fuera igual para ti; porque no tenía nada, así que te di mi vida, pero aparte de tu compañía me diste otro precio a pagar.

Me esforcé, puede que no lo suficiente, más no conseguí cambiar el destino, por esa razón llegaste hasta aquí y no en vano.

No querías verme vivir, entonces busqué un cuchillo.

Estas contemplando el resultado y yo cada suceso que nos llevó a este.

Así son las cosas, todo lo que vive debe morir. Duele demasiado, pero será la muerte más bella ¿No estás de acuerdo?

No puedo respirar, mis malditos pensamientos me asfixian. O puede que sean tus manos frías sosteniendo mi corazón. Realmente comprendo el miedo que sientes cuando miras mi rostro en ese cuchillo manchado. Ves sangrando tu cuerpo, tu rostro, tus manos y pronto un velo rojo cubre tus ojos; entonces te das cuenta de que hay mucha sangre caliente en un cuerpo tan frío.

Todos los sentidos me abandonan, tengo mucho y a la vez nada que decir, y el tiempo se acaba. ¿Cómo simplifico lo que siente mi alma? Supongo que... "Gracias"

Has hecho bien, tomaste una decisión. Tenía que morir para que finalmente pudieras dormir. Pero, a decir verdad, también dormiré. Te contare algo que quizás no has notado o pasaste por alto, jamás pude verme al espejo sin ver tu reflejo. La sangre que esta por todo el lugar; es tuya y es mía.

Dulces sueños.

[...]

—¿Aún sigues aquí? Ya cerramos el caso —

—Realmente quiero averiguar. No importa lo que parezca ni lo que se ha dictado, varias cosas no cuadran a mi parecer y tengo más preguntas que respuestas con este nuevo escrito. Bueno, con cada uno de ellos, porqué son demasiados... son como cartas con acertijos —

—Lo sé, pero pese a las circunstancias... lo que ocurrió estaba claro como el agua, incluso contamos con una declaración. El caso siempre estuvo resuelto, así que ya déjalo. No hay piezas de rompecabezas —

—Los resultados de esta joven no presenta ningún trastorno. Se encontraba completamente sana. ¿Alguien tan cuerdo podría escribir todo eso? —

—Es imposible saber el por qué a profundidad, pero si, se ha condenado a sí misma y siendo lo que siempre quiso, sólo espero que descanse —

—Si, está bien. Dejare todo —Suspiro con cansancio al mirar todos esos escritos —Descansa, Giselle —Y archivo el caso.

El día que te asesineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora