Acto 5.

26 4 1
                                    

Momentos después de asimilar este cruel destino que es la realidad, Carlos y yo corrimos en dirección al sótano del cual nos contó Misael.

—Hay que llegar lo más rápido posible Nicko.

—Si ya se, hay que ayudar Santi.

En ese momento pasamos por mi apartamento logre escuchar un grito agudo, creo que de mujer y me vino a la mente Paola y Adriana. ¿Pero que no estaba Roberto.

—Nicko, ¿Escuchaste eso?

—Si creo que fue en nuestro apartamento.

—Nicko por favor ve a ver qué pasa yo iré con Santi, después de todo soy mejor que tú cuerpo a cuerpo.

—Si, no hay pedo Carlos.

—Porfa, te encargó a Adriana.

—No te preocupes Carlos, yo la cuido.

Rápidamente me moví con dirección a mí apartamento, al entrar logré escuchar a Adriana golpeando la puerta y aún más gritos viniendo de mi habitación.

—Adriana, ¿Qué está pasando?

—Ese hijo de perra de Roberto se encerró con Paola y yo escuché muchos gritos y golpes...

En el momento en que Adriana dijo "Roberto se encerró con Paola" sabía que al entrar uno de los dos moriría.

Golpeé la cerradura con la culata de la escopeta, le di como seis golpes hasta que sonó como se rompía.

—¡Te voy a matar cobarde de mierda!¡Por lastimar a Paola lo vas a pagar con tu vida!

Al entrar a la habitación pude notar la cara de Roberto llena de ira, ese maldito sabía que la muerte nos acompañaba en la habitación.

—Puto de mierda, quién lo diría, el maldito Nicko al rescate.

No dije nada ante su respuesta llena de burla en sus palabras, tomé la escopeta de mi hombro y se la di a Adriana.

—Adriana por favor llévate a Paola, ayuden a Carlos que está en el sótano.

—Pero Nick...

Levante mi mano en señal de alto y al parecer ella comprendió y solo salió de la habitación.

—Al parecer tienes más valor del que pensaba maldito.

—Siempre a sido así Roberto.

No me esperaba, al igual que Roberto, una respuesta por parte de Paola.

—Nicko porfavor no...

La interrumpí poniendo mi dedo en sus labios.

Momentos después salieron de la habitación, Roberto se levantó y se preparó para atacar.

—Bueno Nicko creo que al fin podré romper tu cuello, jajajaja...

—¿Por qué no lo intentas Roberto?

Roberto me atacó lanzando golpes directos a la cara los cuales evadir con facilidad.

—Eso solo es un pequeño calentamiento Nicko.

Note como se lanzó a taclearme a lo cual recibí amortiguando al impacto en el estómago al colocar mi pierna derecha como soporte y aún así sentí un gran impacto en mi abdomen pero gracias a mi pierna no logró tirarme, lo único que logró fue solo empujarme, lo tome con mis brazos rodeándolo por el estómago y lanze rodillazos a su cara. Cubrió su cara con sus brazos y yo le di codazos en la espalda.

Nos separamos y tomamos distancia.

—No peleas tan mal maldito quizá si no fueras tan cobarde jeje, te podría jurar que Paola sería tuya pero...

—Cayate, maldito seas Roberto ya se porque ella no está conmigo.

El maldito Roberto hizo una sonrisa amarga y tomo posición de boxeo.

—¡¡¡Perro de mierda!!!

Sentí como la furia se apoderó de mí, observé cómo Roberto se me acercó y sentí como un enorme golpe en la cara seguido de otro golpe en las cien.

—Aun te falta Nicko...

Me vi acorralado por sus golpes, mientras más intentaba responder a sus golpes más recibía en mi cara.

—Jajaja que te pasa, ¿No me ibas a matar Nicko? Sabes que...

Podía sentir como mi conciencia me abandona, justo cuando me están desmayando.

—Cuando termine contigo, mataré a los demás y a esa perra de Paola la violare, la violare tantas veces que...

De la nada sentí como mi fuerza volvía y con un gancho directo de izquierda en su rostro.

—¡¡Huh!!

Con ese sonido de dolor acompañado de una cara de asombro Roberto retrocedió por el impacto.

—Roberto eres un estúpido si crees que voy a morir tan fácil.

Volvió a lanzarme golpes los cuales bloquee y contraatacaquee golpeándolo en la cara, costillas e hígado, son golpes directos y podía sentir cada vez que mi puño tocaba su cuerpo como cada golpe llegaba hasta su alma.

—¡¡Huhíaaaah!!, espera Nicko, por favor.

—¿Qué quieres mierda?

—Por favor perdóname.

Roberto se pasó sobre su rodillas mientras pedía perdón, maldito cobarde no te perdonaré.

—¿Me pides perdón? Jajajaja, yo no lo creo.

Maldito cobarde como puede pedir perdón después de casi matarme.

Pateando su cabeza, Roberto cayó como tabla el suelo, después de eso comencé a pisar su cara hasta ver cómo su nariz se sumía en su rostro, justo cuando le pisaba la cara este desgraciado comenzó a convulsionar.

Al ver como se retorcía en el piso, tome mi buró y lo deje caer con todas mis fuerzas contra su cara, de la nada dejó de moverse así que tome la desición de tirarlo por la ventana.

—Bueno creo que tirarte por la ventana debería ser suficiente castigo no crees.

Comencé a hablar con alguien que creí prácticamente muerto y cuando comenzó a acercarlo a la ventana.

—Huh... Aaaah...

Balbuceos eran lo único que salía de la boca de Roberto.

—Hijo de perra, ¿Qué no te mueres o qué?

Levanté su cuerpo listo para tirarlo por la ventana pero que sería mejor. Si abro la ventana parecerá que lo tiré con el fin de matarlo, bueno ya da lo mismo.

Arroje el cuerpo de Roberto por la ventana cerrada provocando que el cristal se rompiera y en ese momento se me ocurrió decir.

—Ahora si, quedas perdonado.

Dije eso pensando que nadie me escucharía pero...

—¿Qué pasó?¿Qué carajos hiciste?

Fin del acto 4...

Palabras: 970.
Publicación: 3 de Agosto 2019.

—Princess💙.

S.A.S. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora