Capítulo I

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-¡Melinaa despierta ya!

-¡Llevo despierta más de una hora, abuela!

- Pues ven ya a desayunar, anda.

- Sí, ya bajoo.

Así fue la mañana de mi primer día de instituto. Tenía bastantes ganas de vivir la experiencia y de ver a mi mejor amiga: Melinda, mi más mejor amiga, nuestras madres siempre se han llevado estupendamente, así que era inevitable que nosotras también.

Y ahí estaba. Después de tres largos meses, pude ver a mi hermana de distinta sangre. Estaba tal y como le recordaba; con sus preciosos ojos azules, su larga melena negra y, lo que más le define, su cara alargada, fina y suave. En este tiempo seguía siendo la chica divertida y simpática que conocí.

- Bueno, pues hola Melinaa.-me dijo ella con una sonrisa. A decir verdad sí que era un momento incómodo, joder habían pasado TRES MESES.

-HOLAAA-le abracé- ¿qué tal tu verano?

- Pues bieen aunque sólo repasé algo de matemáticas un día o dos jajaja ¿y el tuyo qué tal? ¿Hiciste algo de los deberes que nos mandó Luisa? (nuestra profesora el año pasado)

- Pues geniaal, ¡pero te he echado muchísimo de menos! En cuanto a deberes no he hecho naada pero se supone que en primero se vuelve a repasar todo, ¿no?

Seguíamos contándonos el verano y hablando sobre tonterías, lo normal. Al llegar al instituto, estaba el director diciendo los nombres de las personas que irían a A, B, C, D. A las dos nos habían juntado en la misma clase, B, y con más personas de nuestro colegio y de otras escuelas. Al ser el primer día, no hicimos gran cosa; conocimos a nuestro tutor Ramón, que enseña ciencias sociales. También nos enseñaron el instituto, así como el gimnasio, la cafetería, aseos, biblioteca, lo típico que suele haber.

A la salida, nos empezó a hablar una chica bastante simpática llamada Eva, preguntándonos la hora, al rato empezamos a hablar las tres como si nos conociésemos de toda la vida. Eva, es de ojos pardos y poseedora de un precioso cabello castaño con una decoloración en las puntas. Era nueva en la ciudad, así que no conocía a nadie.

Ya llegamos a casa y, al ser viernes, mañana me quedaría con las ganas de ver a Meli y a Eva. ¡El curso no ha empezado nada mal!

(A)dolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora