Capítulo IV

65 3 0
                                    

De mi círculo de amigas, ninguna iba a fotografía de opcional conmigo. Menos mal que siempre he sido extrovertida, de no ser así no hubiera sido capaz de relacionarme con el resto de la clase tan fácilmente, sobretodo en esta asignatura. Me gusta un poco menos que bailar, pero más que dormir, el sentimiento de poder conservar un momento con una fotografía, me parece maravilloso. Pues bien, llegó el primer día de fotografía, mientras que en las otras opcionales les mezclaban con una o dos clases, aquí sólo éramos siete personas y ninguna era de otro primero. A mi lado se sentó una chica que tenía unos preciosos ojos verdes, la tez clara y el pelo cual carbón. Katalin kowalczyk, su padre es de Suiza y su madre úngara. También tenían los profes halgo que decir de su apellido, fue por eso que empezamos a hablar.

-Puf y ahora la profe no sabrá pronunciar mi apellido jajaja
-Y me dirá algo del mío, ¡seguro!
-¿Eres rusa de verdad?
-¡Qué eso fue una tontería de mi padre!
-Jajaja vale, vale.
La profesora nos habló un poco de lo que vamos a hacer en esta clase y sobre cómo nos evaluará. ¡Todo marcha tan bien!

Y así iban pasando los días, con calma y lo único de lo que me podía quejar, era de la profesora de matemáticas. Daba miedo ir a sus clases. Sólo se dedicaba a explicarle a la pizarra, poner deberes que nadie entendía y gritarnos por no saber hacer los ejercicios. Pero siempre hay un típico niño que se dedica a lamerle el culo a los profesores y, ese niño, estaba en mi clase. Tenía cara de no haber roto un plato en su vida, aunque lo mejor de todo es que era cierto, él nunca lo rompería. Parece que viva para la aprobación de los adultos, como Milhouse. Se llamaba Baldomero y realmente, siempre quería ser el primero.El primer exámen de matemáticas solo lo aprobaron dos personas, mi mejor amiga y él. Las notas fueron bajísimas, así como Felipe, que sacó un cero. Él es un chico de sobresalientes (no tan exagerado como Baldo) y la nota, obviamente, le fastidió mucho. Bueno mi nota no es que fuese de las mejor tampoco, saqué un dos pero el pasado ya pasó y hay que mirar hacia delante. Qué vergüenza de nota en serio. Mi madre me iba a matar. Melinda me preguntó la nota del examen y entonces sí que me avergoncé, ella también tenía notazas, pero es porque no salía de casa y se quedaba estudiando, sus padres eran bien estrictos.
-¿Qué has sacado?
-Qué más daaaa.
-Ay nena dímelo, a ver, eso es un seis ¿no?
-¡Ojalá! Es un dos.
-¿Qué? ¿Pero chica qué te ha pasado? ¿Estudiaste?
-Pues no sé, pero estuve estudiando eh.
-Sí, el día anterior, como siempre.
-Puede ser...

No me gustaba nada la prepotencia de Melinda. No lo he mencionado antes, pero últimamente no estamos tanto tiempo juntas; Hubo un día que no fui a religión porque tenía que ir a ensayar una cosa de baile y desde entonces se sienta al lado Virgina y como Eva no va a religión, me quedo sola. Pero que no me importa, está bien que se junte con más personas tampoco la iba a obligar a que solo estuviese conmigo y no se acercase a nadie más. Lo que me extrañaba es que fuese tan amiga de repente de Virginia, íbamos a la misma escuela las tres juntas, pero Virginia siempre ha estado "fuera de nuestro alcance" por así llamarlo. Es una chica muy popular, pero no la típica de las películas americanas. No. Tiene el pelo castaño y los ojos más bonitos que he visto. Son verdes mas una explosión de color marrón rodea el iris, con reflejos azules. Preciosos. Conoce a toda la ciudad, pero Melinda y yo no éramos nada para ella. Sus amigos solían ser algo mayores y te miraban de arriba a abajo con cara de asco, de superioridad y, a veces, Virginia también te miraba así y no era nada agradable.

(A)dolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora