POV Lauren
Habían pasado dos meses desde que mi madre había fallecido. Dos malditos largos y dolorosos meses. Sin ella todo era distinto, la energía de la casa había cambiado por completo y no precisamente para mejor. Mi padre estaba muy cambiado, era como si mi madre se hubiera llevado una parte de él con ella. Las cenas eran silenciosas, casi siempre dejaba toda la comida en el plato, pues extrañaba la comida de mi madre. La gente me miraba con tristeza y casi siempre estaban pendiente de mi, lo agradecía, pero era agotador.
Durante estos dos meses, solía hablar por mensajes con esta chica que conocí el día en que mi mamá partió. Su nombre era Camila. Era la única persona que me trataba con normalidad, que despejaba mi mente y que me hacía reír. Camila es una chica especial. Hablábamos durante horas, ella me contaba historias de su vida, parecían sacadas de una comedia. No nos hemos vuelto a ver en persona pero esperábamos hacerlo pronto, sin duda lo haríamos.
Pov Camila
Corrí alrededor de unas siete calles para finalmente llegar al restaurante de sushi. Entré al lugar tratando de parecer una persona normal, traté de normalizar mi respiración y limpiar el sudor que humedecia mi frente. Mire hacia la mesa de la esquina y Shay levantó una mano para captar mi atención. Rápidamente hice camino hacia la mesa para encontrarme con tres de mis amigas, la recién nombrada Shay, Dom y Kate. Me senté al lado de Dom con una sonrisa que se borró rápidamente cuando mi amiga rodó los ojos y me miró de pies a cabeza con una mirada juzgadora. No sé porqué muchas veces tenía esa reacción, no solo ella sino que las otras dos chicas también. Era raro.
-Dios Camila, estás sudando.-Kate habló mientras arrugada su cara como si sintiese asco.
-Si, bueno, me estaban apresurando así que corrí...-Expliqué encogiendome de hombros. Me estaban haciendo sentir incómoda con sus palabras y miradas.-Lo siento.
Las tres negaron con la cabeza y se giraron para continuar hablando, sin si quiera tratar de integrarme a la conversación. Traté de entender lo que hablaban pero terminé escuchando a Kate decir, "¿Por qué rayos seguimos siendo su amiga?". Dios, lo mismo me preguntaba. No quería seguir saliendo con ellas, pero eran las únicas personas que tenía. Sin ellas no tenía a nadie, estaba absolutamente sola. Bueno, mi familia seguramente estaría a mi lado, pero no era lo mismo.
***
La arena quemaba debido al fuerte sol de Miami. La gente llegaba a la playa por montones, era uno de los días más calurosos del año. Por más que quisiera entrar al agua, no podía, estaba lleno de gente y me avergonzaba entrar sola. Acomode mi toalla en el suelo y me acosté en ella, pasé protector solar por mi cuerpo y comencé a observar a las personas, tratando de despejar mi mente... la vida era algo aburrida últimamente. Aunque la vida no fuera de lo mejor, era feliz y positiva. No podía rendirme fácilmente, en algún momento las cosas debían mejorar, ¿No?. Al menos eso esperaba.
Estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí que alguien se acostaba a unos centímetros de mi. Decidí ignorar a la persona, seguramente era alguien cualquiera que no encontraba lugar en donde estar y ese era el único espacio. Escuchaba a la persona toser, murmurar cosas y suspirar fuertemente, era una persona realmente odiosa. Estaba tratando de tener paciencia, pero cuando comenzó a suspirar tan seguido que se podía notar que lo hacía apropósito, abrí los ojos y me senté con rapidez dispuesta a iniciar una discusión. Me sorprendí al ver a la persona que estaba a mi lado.
-¿Qué sucede?.-Se rió. Dios, su sonrisa era totalmente hermosa que las ganas de discutir desaparecieron en segundos. Me quedé mirándola completamente perdida, era de otro mundo.-Wow, no nos vemos hace tiempo y ni si quiera me saludas.
-Oh si, hola.-Dije nerviosa y ella volvió a reírse de mi.-¿Qué hace Lauren Jauregui en la playa cuando ella me dijo que la odiaba?
-Bueno, el destino me hizo venir aquí.-Le dió dos palmadas a la arena.
"El destino", wow, bendito sea el destino que la trajo aquí. No la veía hace tanto tiempo que había olvidado que su belleza se podía apreciar mejor en vivo. Lauren realmente me gustaba, no mentiría, pero no podía hacer mucho. Por más que yo sintiera una conexión, no sabía si Lauren si quiera pensaba que yo era un poquito bonita, lo cual me parece imposible, digo, soy yo. Tampoco quería preguntar, ella había perdido a su madre hace dos meses y no sería respetuoso pedirle una oportunidad, aún no era el momento.
-¿Como has estado?-Le pregunté. Ella quitó la mirada de mi y se fijo en el mar. Por un momento me arrepentí de preguntarle cómo había estado, era obvio que las cosas aún eras difíciles. La miré fijamente, notando que de vez en cuando hacía unos cuantos gestos, como si pensara demasiado en su respuesta y estuviera eligiendo qué decir.-Hey, no debes responder...
-Podria ser peor.-Sus ojos se conectaron con los míos.-Digo... no es fácil, para nada. Pero sé que está en un mejor lugar y apuesto a que siempre está cuidando de mi.
-Apuesto a que si.-Me sonrió arrugando levemente los ojos, demostrando que su sonrisa era sincera. No sabía si lo que decía era 100% real, no sabía si escondía algo, pero podía decir que en este preciso momento, ella se encontraba feliz y me encantaba.
Estuvimos hablando hasta que oscureció, hablamos de tonterías para despejar nuestra mente, reímos y por suerte no lloramos. Lauren era una chica con miles de historias interesantes que contarte, su mente es sensacional, es un mundo que quiero explorar definitivamente, no importa si tengo que esperar para eso. Es inteligente, sabe cosas que nadie antes me había dicho. Es graciosa, ni si quiera se esfuerza para hacerte reír, es algo natural. Su corazón es enorme, no se compara a nadie que haya conocido alguna vez. Lauren Jauregui es especial de alguna manera y estaba dispuesta a ofrecerle todo lo bueno que puedo darle a una persona.
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My Angel - Camren
FanfictionDicen que los Ángeles viven entre nosotros, que son personas que llegan a tu vida y uno ni si quiera se da cuenta de lo que realmente son. Esta es una de esas historias, en donde alguien llega a cuidar a otra y a hacerle ver lo bueno de la vida.