Los rayos del sol se van descendiendo hacia la lejania. Donde las montañas se ocultan de los hombres, y guarda los secretos mas profundos del sol y la luna.
No puedo creer lo rapido que pasa el tiempo. Es gracioso, cuando uno es niño lo unico que le importa son las caricaturas, los dulces y su proximo regalo de papa Noel. Con el tiempo, uno crece rapido junto con el tiempo, y las preocupaciones son cada vez mas impotartantes que la anterior. Y es cuando te das cuenta de que comienzas a extrañar aquella inocencia que jamas vas a recuperar.
Mancho mi parpado con la pintura de mi rimel barato. Y todo por estar pensando en estupideces nuevamente. Con un poco de crema, hago el gran esfuerzo de limpiar lo y no dejar una mancha negra por mi parpado. Pero, no lo consigo, pues este se difumina y ahora parece sombra.
Libero un respiro bañado en agustia y aceptacion. Y decido por pintar me el otro parpado de igual manera. Maldigo para mis adentros por que es la segunda vez que me pasa en la semana.
Decido ver la hora, y falta media hora para mi proxima hornada de la noche. Y sin mas que hacer, hecho todas mis pinturas con mi brazo, deslizando las por el tocador, hasta caer en mi bolsa. Tomo mi telefono, mis zapatillas de tacon alto y mi chaqueta de piel negra.
Bajo las escaleras del edificio por donde vivo, haciendo la fuerte lucha de poner me las zapatillas sin rodar por las escaleras o romper las.
Una vez que me encuentro en el primer piso, empujo la puerta de un golpe con mi cuerpo dando pequeños brincos por la acera, tratando de acomodar bien mi pie izquierdo en el calzado de mi zapato.
El viento frio me golpea en el rostro, arde, quema y me encanta. Tomo una respiración profunda mientras cierro mis ojos lentamente, y lo dejo ir lentamente por mis labios con cada pensamiento negativo. Abro mis ojos lentamente y continuo por la acera hasta tomar un taxi.
El auto se detiene frente a mi, y como todos los demas hombres con hambre de carne. Me mira de pies a cabeza con una sonrisa pícara en su rostro.
Me siento asqueada de tan solo imaginar lo que esta pensando ahora mismo de mi, y lo que puede hacer conmigo. Pongo mi cara mas maldita y molesta que puedo.
-¡Oyes, cinco segundos mas y temdras que pagar por lo que estas viendo!-. Reprocho con mi voz mas seria.
El hombre de tal vez 50 o 40 años, sonrie y no toma en cuenta mi comentario. -Si no quieres que te miren de esa forma, entonces no vistas de esa forma.- He escuchado tanto eso que ya hasta me da igual. No, en verdad me molesta hasta el ano, pero debo ser fuerte.
-Si no piensa llevar me, entonces siga su camino.- El hombre sonrie y niega con la cabeza mientras dirije su vista hacia la calle que esta frente a el.
-¿Donde?-. Pregunta con irritación.
-Al burdel Ninfas de Grecia-.
-¿Burdel, eh? Tal vez vaya a visitar te de vez en cuando.-. El hombre suelta una risa molesta y escandalosa. Me hace sentir tan irritada a tal grado que mi ego habla por mi.
-Señor, es un burdel de lujo. Y con su paga dudo que pueda pagar hasta la entrada.-. El hombre deja de reir de golpe, se aclara la garganta y por el resto del camino, solo reina el silencio.

ESTÁS LEYENDO
Historias De un Burdel
AléatoireBurdel, el diccionario lo define como: "Establecimiento en que se ejerce la prostitución". Donde el sexo, el alchol, las drogas, los romances, los fetiches. Reinan y dan su domino en cada habitación y cama. Estas son las historias donde Amanda, Ra...