Las cosas que pasaron luego de que Remus Lupin regresara. | Wolfstar.

Citas y nervios

Las prendas de ropa caían al piso una por una, mientras eran reemplazadas por unas nuevas. El corazón y la mente del castaño iban a mil por hora, con pensamientos y sensaciones mezclados.

La hora llegaba, durante la fiesta de James había pasado algo que no se le hubiera ocurrido jamás, con ayuda del alcohol en su sangre se había atrevido y había invitado a Sirius Black a una cita, ahora el problema era que no tenía alcohol, no tenía ropa y ni tenía la suficiente seguridad como para ir a la cita.

Supuso que como estaba estaría bien, se miró al espejo de cuerpo completo y suspiró. Un suéter color mostaza cubriendo su camiseta celeste y unos pantalones jeans negros, al final era una salida casual e intentó hacerse la idea de que no debía preocuparse tanto por su ropa.

Salió rápidamente de su casa, tenía miedo a llegar tarde, a veces deseaba ser un mago, si fuera así podría aparecerse en el lugar. O al menos eso imaginaba.

Pronto su paso se fue relajando, luego de mirar su celular y darse cuenta de que tal vez no estaba llegando tan tarde. Tenía que relajarse, no era para tanto, había salido con el ojigris muchas veces (como amigos, claro) y nunca había ocurrido nada así, pero en esa ocasión Remus se sentía diferente a las anteriores, supuso que era porque no lo había visto en mucho tiempo y estaba nervioso, obviamente era eso.

Recordó las últimas palabras que le había dicho su compañero de cuarto de la universidad antes de irse. Un Argentino, pelirrojo y la persona más social que había conocido, claro, después de Sirius.

'-Mirá, vos tranqui, son tus amigos y de seguro siguen siendo igual de piola* como eran antes, y si no, te conseguís otros amigos y a la mierda'

Río un poco al recordar aquellas palabras, Santiago, se llamaba, y siempre le encontraba la salida simple y rápida a las cosas, era un gran chico y esperaba volver a verlo.

Cuando menos se dio cuenta ya estaba en la cafetería en la que habían quedado con su antiguo amigo, 'Las tres escobas', un nombre raro pero que nunca se había cuestionado el por qué se llamaba así.

Entró despreocupadamente, repitiéndose en su mente que todo iba a estar bien y que Sirius era su amigo, no iba a ocurrir nada malo.

Divisó a su amigo, estaba sentado en una de las mesas del fondo, cerca del ventanal, con la vista perdida en algún punto de la calle. Se acercó a paso seguro y con una sonrisa que fue correspondida por el azabache ni bien sus miradas se cruzaron.

-Hola.

-Hola.

Un silencio de formó entre ellos, uno muy corto que rápidamente fue reemplazado por las risas de ambos. Remus se sentó en la silla en frente del azabache, tal vez esa "cita" no sería tan mala como pensaban que sería.

La conservación empezó a fluir, con calma, yendo desde la relación de James hasta en qué animal se convertirían si tuvieran la capacidad de hacerlo. Sirius dijo en un perro, Remus no pudo contestar.

La noche cayó más rápido de lo que se habían esperado y tuvieron que salir de la cafetería antes de que los echasen, pagaron la cuenta a medias y se fueron entre risas y charlas.

El castaño decidió aprovechar y acompañar a Sirius hasta su casa, no quedaba tan lejos y en verdad quería pasar más tiempo con el ojigris, pero en algún momento esa salida iba a llegar a su fin y el momento en el que llegaron a la puerta del edificio fue ese.

-Supongo que terminó aquí- Dijo Remus, un poco para sí mismo y otro poco para intentar aceptarlo.

-Sí, supongo.

-Espero que nos veamos luego.

-Yo igual.

Se quedaron mirándose por unos segundos, faltaba algo y ambos lo notaban pero tenían miedo de hacer algo que no debían.

Sirius le sonrió por última vez y entró al edificio, no sin antes decir un último 'Adiós'. El corazón de Remus se desilusionó, aunque no entendía muy bien el porqué.

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Piola: Algo cool¸ bueno, divertido.