La brisa de la primavera mecía los arboles a un ritmo tranquilo, mientras el barullo de la gente se alzaba por las calles, adultos estresados hablando por sus celulares y corriendo de un lado para otro, mientras adolescentes caminaban y reían, como si no tuvieran ninguna preocupación.
Un delicado aroma a cappuccino se sentía dentro de aquella cafetería, donde gente hablaba y reía en voz alta, donde un castaño se encontraba sentado en una de las mesas al lado del ventanal del lugar, con un celular en la mano y una sonrisa en el rostro.
Alzó la vista cuando un vaso con café se apoyó en la mesa, bajando su celular, aún prendido, mientras el chico se sentaba delante de él, con una pequeña sonrisa en el rostro y su propio vaso entre las manos.
-Gracias, Peter.
-De nada.
Hablaron de cosas banales y sin importancia durante todo el rato, le había sorprendido que Peter le hubiese ofrecido el ir a aquella cafetería (Que le habían dicho que era muy buena, y además, era la favorita de Pettigrew), supuso que porque habían sido buenos amigos antes y quería volver a hablar, pero esa idea cambió cuando, a mitad de la tarde, Peter preguntó, con la mirada en su vaso:
-Entonces, ¿Te gusta Sirius?
El castaño casi escupe su café en ese momento, había sido demasiado directo.
-¿Qué?
-Oh, perdón, ¿Fui muy directo?
-Un poco.
El más bajo soltó una risita, dando vueltas a su vaso ya casi vacío, como pensando muy bien en cuáles serían sus siguientes palabras.
-Digo, o sea, es cómo... - Soltó un suspiro antes de continuar- Pasas mucho tiempo con el últimamente, solo hablas de él y además, te brillan los ojos cada vez que lo mencionan o lo mencionas.
Mientras decía eso poco a poco había ido bajando la voz, como si temiera haber dicho algo malo. Casi por instinto Remus llevó su mano hacia su celular, sacándolo de la mesa, como si pensara que eso podía ocultar todo.
-Estás loco, Peter, Sirius es solo mi amigo, hablamos mucho porque no nos habíamos visto en demasiado tiempo y había muchas cosas que contarnos, no es nada más.
-E... Está bien, si tú lo piensas así...
°°°
-Mierda, tal vez si me gusta.
Dijo Remus, recostado en su cama, boca arriba, con la vista clavada en el techo, mientras una valija se hallaba desordenada a los pies de esta.
Todo tenía demasiado sentido, los nervios, la invitación, las risas tontas, los sonrojos.
Había tenido ganas de besarle. Se dio cuenta, recordando la escena de la primera cita que habían tenido (La cual había sido seguida de muchas otras, no bajo el nombre de "citas", pero al final era lo que eran).
Su corazón se aceleró, no se le había ocurrido descubrirlo antes. No. Tenía que descubrirlo un día antes de irse, a las once cincuenta y nueve de la noche, ya sin tiempo, ya sin nada.
No tenía oportunidad alguna.
°°°
Los nervios le carcomían desde adentro, sus manos temblaban y casi se le caía la valija de la mano.
Estaba sentado, esperando a poder subir a aquel avión de vuelta a México, el cual había tenido tantas ganas de tomar al principio, ahora solo quería salir corriendo de aquella habitación y perder todo el dinero que había gastado (Era mentira, no le importaba las ganas que tuviera de irse, no iba a desperdiciar dinero, por nada del mundo).
-¡Remus!
El susodicho se volteó, encontrándose con su grupo de tres amigos, los cuales corrían en ese momento hacia él. Una sonrisa se formó en su rostro.
-¿Qué hacen ustedes aquí?
-No te íbamos a permitir irte sin antes molestarte un rato- Dijo James, con una sonrisa burlona en su rostro- Además, Sirius estaba desesperado por verte una última vez.
El nombrado rodó los ojos, cruzándose de brazos, aunque no lo negó.
-Prométenos que vas a volver, o te sacamos de los Merodeadores- Habló esta vez Peter, intentando sonar amenazante, aunque el resultado era completamente el contrario.
Remus rió.
-Bien, lo prometo- Desvió la vista al escuchar la voz de los parlantes, anunciando que el vuelo a México estaba a punto de salir- Supongo que esa es mi señal.
Se levantó de donde estaba sentado, con una sonrisa triste en los labios. Le dio un abrazo a dos de sus amigos, quedándose sin saber que hacer al estar en frente de Sirius.
¿Debía decirle?
No, iba a decir que no.
¿Y si dice que sí?
No, eso era imposible.
Sus pensamientos se detuvieron por un segundo al sentir los brazos de Sirius rodeándolo, dándole un fuerte abrazo que, cuando logró reaccionar, correspondió sin pensarlo ni un poco, su corazón estaba latiendo tan rápido y fuerte que temía que hasta el contrario lo sintiese.
Se separaron. Sus miradas chocaban. Una sonrisa. Otra. Una pequeña lagrima. Centímetros.
Mierda, sentía tantas ganas de besarle.
La voz de nuevo, segundo anuncio.
Se lanzó.
Se estiró un poco y, con una valentía que no sabía de donde la había sacado, besó con cuidado los labios de Sirius. Temeroso. Torpe.
Correspondido.
Dios, se sentía tan bien, era como si estuviera liberando algo luego de mucho tiempo teniéndolo escondido, como si se hubiera quitado un peso de encima.
La voz de nuevo, último anuncio.
Se separaron, no había nada que decir, con una simple sonrisa se despidieron, Remus tomó su maleta y se dirigió hacia la puerta, siendo esta la última vez que el resto de Merodeadores lo verían.
¿O no?
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Las cosas que pasaron luego de que Remus Lupin regresara. | Wolfstar.
FanfictionDonde Remus Lupin vuelve por vacaciones y Sirius se vuelve loco por el. °°° Personajes pertenecientes a J.K. Rowling, historia hecha sin fines de lucro. AU muggle. Época actual. Wolfstar.