Secuestrado por lobos

¿Qué ocurre?

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A Scott le dolía la cabeza, como si un camión hubiera pasado por encima de ella, y sentía el costado adolorido. Si intentaba abrir los ojos, su frente iba a estallar.

-¡Eh! Creo que he encontrado algo -se oyó una voz a lo lejos-. Parece un chico... ¡Es Scott! -se escucha ahora más cerca.

-¡Scott! -escuchó una voz conocida-. Scott, ¿estás bien? -el nombrado abrió lentamente los ojos, adaptándose a la luz y pudo ver al Sheriff Stilinski, a su lado estaba Isaac, el chico del que hablaron Stiles y él anoche.

Iba a decir algo al respecto, pero el Sheriff le interrumpió haciendo más preguntas.

-¿Estás bien?¿Qué demonios ha pasado y dónde está mi hijo?

Recordando lo pasado la noche anterior, se subió la camiseta con los ojos muy abiertos para ver si estaba la mordedura, pero allí no había nada. Era como si todo hubiera sido una pesadilla o una mala jugada de su mente, pero eso no explicaba por qué aún le dolía ahí.

-No está -musitó y volvió a mirar al Sheriff-. No sé dónde está, ¿no volvió a casa sin mí?

-No -dijo Stilinski más preocupado aún-. Dijo que iba a ir a tu casa a dormir... -entonces cayó en la cuenta-. ¿Vinisteis a buscar al lobo de montaña? -pregunta con tono severo.

Iba a mentir para que Stiles  no se metiera en problemas, pero entonces, si mentía, no encontrarían a su amigo... Si es que lo encontraban después de lo que él había visto esa noche. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y miró al sheriff Stilinski con una mirada de culpa y cierto miedo.

-S-sí... Nos separamos para buscarlo y en una hora volveríamos a encontrarnos en su Jeep -le confesó-. Pero luego me... -recapacitó en lo que le iba a decir, pues si le decía la verdad le tomarían por loco-. ...me asusté por un ruido y salí corriendo, me dio un ataque de asma y me desmayé...

John, el sheriff, avisó al médico que los acompañaba para que revisara si Scott tenía alguna lesión y que revisara su asma antes de seguir con la conversación-interrogatorio.

-Pues anoche no apareció y pensé que se había quedado a dormir a tu casa, pero cuando llamé a tu madre dijo que no volvisteis y empezamos a buscaros esta mañana, intuyendo que estaríais aquí... -baja cada vez más el tono, viéndose preocupado, quería a su hijo allí y dándole falsas explicaciones en vano de por qué estaba en el bosque, no desaparecido.

Pero parecía que el destino tenía otra opinión sobre eso...

Estuvieron todo el día buscando a Stiles, pero no lo encontraron. En todo ese tiempo, Isaac no dejaba de mirar a Scott y en cierta parte le incomodaba al muchacho.

Al final, decidieron buscar al día siguiente. John se fue a su casa desilusionado y no durmió casi nada pensando dónde podría buscar a su único hijo. Por otro lado, Scott se fue a su casa sintiéndose otra vez observado, aunque ahora era diferente.

¿Dónde estaría Stiles? ¿Por qué eran incapaces de encontrarlo? Tal vez ese animal tan terrorífico que lo atacó anoche tenía algo que ver... ¿y si se encontraban al cadáver de su amigo? Pensó con cierto horror. Negó con la cabeza y decidió irse a dormir y pensar en positivo, aunque le costó mucho.

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Stiles tenía miedo. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? No era capaz de ver nada debido a una especie de venda que le cubría los ojos. Cuando intentó moverse se dio cuenta de que estaba maniatado al cabezal de una cama, por la superficie blanda que tenía debajo. También estaba atado de pies, aunque las piernas la podía mover fácilmente.

Hizo el intento de hablar y gritar por ayuda, pero tampoco podía por la mordaza que tenía en la boca, haciendo que entrara más en pánico.

Escuchó un ruido y comenzó a temblar aún más. Sintió a alguien, dos personas más o menos por la cantidad de pisadas y voces, acercarse a la habitación y tiró más fuerte de sus restricciones.

-Hola, Stiles -dijo una voz que no pudo identificar cuando ambos entraron-. Al fin nos conocemos en persona.

Y con eso dicho, volvieron a salir. El castaño no sabía a dónde fueron, pero ahora lo único que ocupaba su mente era que tardaran lo máximo posible mientras intentaba soltarsee, no pudiendo evitar dejar volar su imaginación sobre lo que podría pasarle, cosa que lo asustaba aún más.

Recordó a su padre y no pudo evitar comenzar a llorar como nunca lo había hecho, pidiendo a todo lo que conoce que, por favor, lo encontrara y rescatara, si es que no era demasiado tarde para ese entonces.