Secuestrado por lobos

Maratón 1/2 Algo pasó en el bosque

Al día siguiente, Stiles pasó toda la mañana distraído. Estaba ansioso por ir al bosque y además, se sentía observado. Era como si tuviera algo clavado en la espalda, pero que cuando se giraba, ya no estaba ahí. De verdad, era una situación que le estaba poniendo de los nervios y sentía su estómago algo revuelto.

-Tranquilo Stiles -le dijo su amigo posándole una mano en el hombro- estás más nervioso de lo normal, ¿seguro que quieres ir al bosque? -le preguntó preocupado.

-Es que... no sé, me siento como si fuese observado y realmente me molesta, porque no veo a nadie.

Al escuchar eso Scott no pudo evitar mirar a todos lados. Como si de repente él fuera todopoderoso y fuese a conseguir ver algo que Stiles no había visto en todo el día.

-Pues yo no veo a nadie observándote -dijo con su característico tono inocente, el cual, a veces, le hacía parecer algo tonto, pero se le quería igual.

-Déjalo, es sólo una tontería -dijo Stiles dirigiéndose a la salida, no queriendo hablar por ahora de ese tema, pues de seguro no era nada.

- ¿Seguro? -le preguntó Scott, aún algo preocupado.

- Sí, tú no te preocupes -le sonrió para calmarlo y fue correspondido por una sonrisa de la marca Scott, adorable y noble.

-¿Vendrás a recogerme? -preguntó su amigo.

-Claro, en tu casa a las nueve, no se te vaya a hacer tarde como siempre y tenga que esperarte -le recrimina de broma.

Scott lo miró mal, pero después se río pequeño y se dirigió a su casa, sabiendo que tenía razón, pues siempre ha sido un despistado.

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A las nueve, Stiles recogió a Scott y se dirigieron al bosque. El camino fue incómodo y tenso, pues aunque su amigo intentara sacar tema de conversación él seguía teniendo la sensación de que alguien lo observaba. Es más, en algún momento le pareció ver algo por el espejo retrovisor, pero de seguro era cualquier sombra de algún árbol. Cuando pararon y bajaron del coche, su amigo explotó, no pudiendo soportar más la tensión que podría ser cortada con unas tijeras.

-Joder, Stiles, me estás poniendo nervioso a mí también, para ya -dijo Scott, sintiendo nerviosismo.

-Lo siento, lo siento -contestó él intentando tranquilizarse-. Intentaré no estar tan nervioso, de verdad, pero no te puedo asegurar nada -le advirtió.

Scott suspiró, cogiendo dos linternas y le pasó una a Stiles. Al quien casi se le cayó de las manos, cosa que hizo que se preocupara más por su amigo. ¿Y si resultaba que tenía razón y había algo observándolos? Negó con la cabeza, decidiendo olvidarse de ello, ¿quién querría seguirlos? Eran dos estudiantes de instituto pubertos y pobres, no es como si tuvieran muchas buenas cualidades para ser secuestrados, por ejemplo.

- Bien,¿qué es lo que buscamos? -le preguntó Scott.

-Bueno, ¿sabes quién es Isaac? -le preguntó el castaño-. Pues he oído que le ha mordido un león de montaña hace dos días en el brazo, sin embargo, yo no le he visto siquiera una venda, es extraño -comenta pensativo.

-Un momento, ¿el rubio con ojos azules? -cuestionó a su amigo-. Además, ¿tú cómo sabes que fue en el brazo? A lo mejor le ha mordido en otro lado.

-Ventajas de tener como padre al sheriff -Stiles sonrió inocente.

- Entonces, ¿solo por eso vinimos hasta aquí? -pregunta algo molesto de que le hubiera hecho ir solo por una tontería que posiblemente ni siquiera podrían resolver, y menos desde el bosque.

- No, por eso y porque apareció la mitad del cadáver de Laura Hale en este bosque, vamos a investigar dos misterios -le dice entusiasmado, sin tomar en cuenta la cara de disgusto de su amigo, pues estaba acostumbrado-.  Y ahora, vamos a cambiar de tema y a separarnos. Yo iré por aquí, tu mira por allí -dijo mientras se dirigía a su izquierda y señaló el lado contrario al que se dirigía.

Scott le hizo caso, y si hubiera prestado más atención, habría visto un par de puntos rojos que lo miraban desde la lejanía.