Secuestrado por lobos

Miedo y dolor

Sintió cómo se abría la puerta y una persona avanzaba hacia él.

-Te voy a quitar los pañuelos, pero no grites, ¿vale? -Stiles asintió rapidamente-. De acuerdo, pero aunque intentes engañarme no te escucharía nadie -dicho esto, sintió como le destapaban los ojos y la boca-. Ya está, ¿mejor?

-P-por favor, no me hagan n-nada -dijo temblando Stiles.

-Shh, shh -chistó el hombre, al que pudo observar cuando enfocó la vista, ojiazul y castaño-. No voy a hacerte nada que no quieras.

-¿Q-quién eres?

-Soy Peter y sé que eres Stiles -contestó mientras acariciaba la cara del ojimiel y pasaba los dedos por los labios del pequeño-. Déjame hacer algo -Stiles lo miró mal-. No te haré nada malo, sólo quiero ver cómo está tu mandíbula -dice y lo coge de esta, masajeándola para que no le duela después de haber estado tanto tiempo con el trapo en la boca.

- Grac... -fue interrumpido por los labios de Peter. El ojiazul pasó la lengua por el labio inferior de Stiles pidiendo permiso pero, evidentemente no le dejó porque, ¡era uno de sus secuestradores! Entonces, Peter se separó del pequeño sonriendo.

- Dime que es tu primer beso -le dijo el mayor.

- ... ¿qué clase de pregunta es esa? -Preguntó Stiles con la respiración acelerada y maldiciéndose por no haberle mordido, pero tenía miedo de que le hiciera algo en consecuencia.

Vio cómo Peter sonreía engreído y con malicia, haciendo que se le revolviera el estómago.

- Ninguna en particular, solo quería molestar a Derek -soltó con aires de suficiencia.

De repente, escuchó un gruñido y al girar el rostro vio a un pelinegro que no se veía de buen humor.

- Peter -dijo el otro hombre con una voz tan fría que hizo que todos sus pelos se pusieran de punta-. Vamos a hablar un momento.

El nombrado salió de la habitación como si fuera el rey del lugar, seguido del pelinegro.

"Otra vez solo", pensó, preguntándose qué estaría haciendo su padre en ese momento y deseando que hubieran encontrado una pista para seguir y encontrarlo.

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Scott había sido incapaz de dormir más de cuatro horas seguidas, se despertaba constantemente por causa de la preocupación. La gota que colmó el vaso para que dejara de dormir fue la pesadilla que tuvo con ese ser que lo atacó la noche anterior, realmente lo había aterrorizado.

Desactivó la alarma antes de que sonara, pues no la iba a necesitar, y se levantó, dispuesto a seguir ayudando con la búsqueda de su amigo. Pero gracias al sexto sentido de las madres y su preocupación innata por sus hijos, fue detenido por Melissa, su madre, dándole una mirada seria y decidida.

- De eso nada, jovencito, sé que es tu amigo y estás preocupado por él y yo también, pero tú eres mi hijo y no voy a dejar que vuelvas a un lugar en el que corres el peligro de desaparecer -lo riñó con una voz autoritaria maternal, esa que no deja lugar a quejas ni dudas.

Scott la miró con un sentimiento de traición. Stiles era su amigo, ¡no podía dejar de buscarlo de la noche a la mañana!

- Pero mamá, Stiles es como un hermano para mí y si dejo de buscarlo es como si lo estuviera traicionando -argumentó con voz suplicante-. Por favor, no puedes hacerme esto, soy tu hijo.

- Precisamente por eso, eres mi hijo y te quiero, por eso no quiero que vuelvas allí hasta que no den con Stiles y estemos seguros de que no hay secuestradores en la zona -Melissa alzó la mano para cualquier respuesta que fuera a dar Scott-. No hay nada más que hablar, vuelve a tu habitación -le ordenó.

Scott sintió un nudo en la garganta que se iba haciendo cada vez más fuerte con cada palabra que decía su madre, sabía que tenía razón, pero eso no hacía que doliera menos. Sintió que se aguaban los ojos cuando lo mandó a su habitación y se fue corriendo, no pudiendo soportar más ese sentimiento horrible en la boca de su estómago, tirándose a la cama y comenzando a llorar en silencio, queriendo que todo se solucionara, pero nada es tan fácil.

Por otro lado, Melissa dejó escapar el aire que no sabía que estaba conteniendo, sabía que su hijo estaba dolido por sus palabras, pero no iba a correr un riesgo innecesario. También sabía que esto iba a retener a su hijo al menos unos días, si Stiles estuviera aquí solo lo hubiera retenido unas horas, pero...

Sacudió la cabeza y respiró hondo, controlando el sentimiento de angustia que quería invadirla. Debía ser fuerte, por su hijo, y apoyarlo en lo máximo de lo posible hasta que apareciera Stiles, porque pensar que no lo encontrarían no era una opción, no si querían que todo saliera bien.

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Hola chicos, aquí os traigo un capítulo editado <3 sé que estoy tardando mucho, pero he tenido problemas de salud y también he empezado el curso en la universidad, así que entre que mi cuerpo no me ha dejado y que luego no he tenido tiempo, he tardado una eternidad, pero sé que ha merecido la pena porque al final lo he conseguido subir :3