Donghae II

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Entre un problema de última hora en el trabajo, el tráfico en la autopista y la cola en la tienda de comestibles, no llegué a casa hasta casi las siete y media. Hyukjae ya estaba allí. La puerta principal estaba abierta en consideración al aire cálido de primavera, las luces estaban encendidas mientras que la luz del sol estaba empezando a desvanecerse, y su camioneta estaba en el camino de entrada. Cuando aparqué a su lado, su tamaño hizo que mi Civic pareciese un coche de juguete. Sonreí. Y procedí a quedarme allí sentado en el coche durante unos minutos, sólo para empaparme de las sensaciones.

Era tan bueno llegar a casa y tener a alguien esperando. ¿A quién estaba vacilando? Era bueno llegar a casa, a él. ¡Y punto! Había estado fantaseando sobre que Hyuk era quien me esperaba al final del día durante más tiempo del que podía recordar. Y dado que tenía las llaves de su diminuta casa, eso ocurría realmente algunas veces. Cada vez, me tenía que recordar a mí mismo que era mi mejor amigo, no mi novio. Después de inspirar varias veces, y alzar las murallas alrededor de mi corazón, estaba preparado.

Abrí la puerta del coche y me levanté justo cuando aparecía en el porche. Era un poco mucho más alto que yo, pero tenía el pecho y los hombros amplios. Se entrenaba siempre que estaba en la estación, para pasar las horas muertas, levantando pesas y corriendo. Su cabello caoba lo llevaba muy corto, sólo lo bastante largo para agarrarlo, e incluso aunque no pudiera verlos desde donde estaba, sus ojos eran un profundo negro pardo que podía parar el tráfico. Era lo opuesto a mí, y adoraba el contraste. Apenas le llegaba a la quijada, y mis ancestros griegos me habían dado una tez olivácea y, ojos y cabello oscuros.

Había una foto nuestra de una barbacoa del cuatro de julio de hacía unos años donde él estaba de pie detrás de mí, su brazo alrededor de mi pecho y ambos teníamos una enorme sonrisa en nuestro rostro. Realmente resaltaba nuestras diferencias y lo simplemente bien que nos veíamos juntos. Me encantaba esa foto. Me deshice de mis pensamientos y busqué una sonrisa para Hyukjae mientras bajaba del porche y venía hacia mí. Necesitaba dejar ir las fantasías. De nuevo.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó mientras se acercaba. Asentí.

—Las bolsas están en el maletero. Puedes hacer el trabajo pesado. ¡Vamos apura, apura! ¡Tenemos cupcakes por hacer! —canturreé lo último, cerrando la puerta del conductor con la cadera y yendo hacia la casa sin mirar a ver si me seguía. Sabía que lo haría.

Estaba sacando los cuencos para la mezcla cuando entró en la cocina un par de minutos más tarde. Señalando la mesa, lo instruí silenciosamente a poner las bolsas ahí y empezar a desempaquetarlas. Entonces me acerqué despacio a la alacena alta al lado del frigorífico para sacar mis fuentes de moldes para cupcakes. Sólo tenía dos, pero no me había molestado en comprar más. Iba a hacer esto por tandas de todos modos. Llevaría más tiempo, pero pensé que sería mejor seguir la receta que intentar quintuplicarla. Además, no tenía un cuenco lo bastante grande para tanta mezcla. 

Hyuk había terminado de vaciar las bolsas reutilizables, y las había doblado cuidadosamente, metiéndolas en una bolsa. Luego había ido hasta la despensa y la había colgado en la parte de atrás de la puerta. Cada vez que hacía algo como eso, simplemente guardar algo o ir a buscarlo, sentía una calidez aumentando en mi corazón. Me encantaba que estuviera tan relajado y cómodo en mi casa.

—Mientras estás ahí agarra la harina y el azúcar. —Tenía que liberar el exceso de emociones de mi garganta—. Compré más, pero podemos también usar la que ya tenía antes. —Abrí una alacena y saqué las tazas de medición—. Oh, y la levadura. Y la vainilla.

—Sí, sí, mi capitán —respondió de buena manera. Me reí.

—Correcto. Soy el capitán. Debes seguir mis órdenes. 

Amor y Cupcakes [EunHae Adaptación +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora