El reporte || RoyEd - •Fullmetal Alchemist•

El reporte •RoyEd 5° Parte• [Final]

-Tome, se me olvidó entregarte el reporte; Coronel.-

Él me dedicó una sonrisa.

-Veo que nunca aprendes a traerme algo en buena presentación, Edward.-

—Chasquee la lengua— ¿eres muy molesto lo sabes?- me crucé de brazos.

-Pero esta persona molesta te quiere, y mucho.-

Otra vez.

-¡Deja de decir eso! —me cubrí la cara— es muy vergonzoso.-

-Y bien... ¿tu respuesta Acero?-

Ahora.
Ya es el momento.
Espero por fin ser feliz.

Me quité las manos de la cara, di un paso al frente, estoy cara a cara con él. Me puse de puntillas y acerqué mis labios hacia los suyos. Fue breve pero ese momento dijo mucho.
Me separé y de nuevo en frente de él solo pude limitarme a decir.

-Me gustas, coronel Roy Mustang.-

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Narrador Omnisciente:

Después de esa confesión, ambos reconocieron tener sentimientos mutuos. Y esa noche es donde empezó todo, todo por un pequeño reporte.

-Eh c-coronel.-

-Llámame Roy, no estamos de servicio.-

-Roy... em... nunca me he enamorado, nunca experimenté esto y perdona de antemano si me equivoco....

-¿Qué diablos dices? —Roy empezó a reir— también esto es nuevo para mí, así que espero que estemos juntos mucho tiempo, y claro que cometeremos errores, somos humanos.

-Cuando encuentre la piedra filosofal volveré a ser un humano normal, solo ¡espérame!-

-Lo que haga falta, pequeño.-

Roy sintió como alguien le golpeaba el estómago.

-Idiota.- Edward se acercó de nuevo a el para besarlo, aunque este se empezaba a intensificar.

-Ah~ R-roy c-creo que no debemos ir tan lejos tan pronto.- Ed se estaba poniendo nervioso.

-¿No decías antes... hum podemos experimentar?-

Pero el cuerpo de Edwad no daba más.

-Lo siento Roy, pero estoy cansado.-

-Entonces te llevo a casa.-

Narra Edward:

Creo que arruiné algo. Pero ponerse en mi lugar me pasé toda la noche cuidando a Roy y dormí muy poco, ha sido una noche rara, muy pero que muy rara.
En el coche de Roy pegué unas cabezadas, y creo que me dormí.
Espero que esto no fuera un sueño.

Cuando me desperté primero me di cuenta que ya era de día y segundo: ESTA NO ERA MI CASA.

-¿Al? ¿Alphonse?-

-Eres muy ruidoso lo sabes.-

-Eh ¿Roy? Pero... yo... el coche... ¿cuando? ¡Ah tengo que llamar a Al!

-No te molestes, ya me ocupé de todo.-

-¿Y por qué estoy en tú casa?

-Bueno técnicamente estamos saliendo así que esta también puede ser tu casa.- habló con un tono sarcástico.