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Narra la narradora:

Un día para viajar

Me presento, mi nombre es tn Winston, digamos que soy una, encuentra problemas, soy muy sociable,  psocíopata, psicópata y algo friqui, pero me gusta como soy, amo los vídeojuegos, la musica y él terror.

Bueno dejo de hablar o tal vez no, hoy me mudo a Londres, ¿por que?, facil, iré a estudiar aquí y viviré con mi abuela, es un poco alocada pero agradable, bueno a mi parecer.

Sufro de albinismo, por mi cabello, a y soy pálida, paresco un muerto viviente.

Sin mas que decir, comensrmos con mi historia, adelante narradora!!!

Narradora:

!!!, a okey(?.

Una joven chica albina llamada Tn caminaba por los inmensos pasillos del aeropuerto, buscando a su abuela.

Encontrándola, pero no como ella esperaba.

Pues su abuela, sostenía un cartel con las palabras, "bienvenida nieta psicópata!!", a lo que varias personas lo vieran.

Su abuela la vio y la saludo con la manó, Tn inmediatamente, tomo su equipage, a su tía y se la llevo lejos de ese lugar para tomar un taxi y llegar a casa sanas y a salvó.

Y tn, se puso roja, de él enojo que se estaba guardando.

-ara Tn, te vez roja, tienes fiebre?- dijo su tia, algo despistada, con voz suave y amable.

-estoy bien abuela- dijo intentando contener se.

-bueno, bienvenida a tu nuevo hogar- dijo, como si de una presentación tan "espectacular" fuese -tu habitación es la puerta negra con decorados macabros- dijo señalándola.

Tn intentaba resistirse al deseo de arrancar le cabeza a su abuela, subió sus cosas a la recamara, acomodó todo en su lugar, su cuarto era como lo recordaba en su niñez.

Obscura, húmeda, tenebrosa y antigua, pero muy acojedora para ella.

Revisó en su armario antiguo y como lo esperaba, ropa antigua negra, opaca y triste.

Intentando descansar, pero su paz fue interrumpida por una voz ya conocida y repugnante a la vez.

Sombra o su doble personalidad como le decían los supuestos doctores.

Intento ignorarla varios años, hasta unos días atrás, dejaron de pelear por quien tendría él mando del cuerpo.

Horas mas tardes bajo a merendar, un te rojo con galletas a su gusto.
Esperando una respuesta de su querida abuela, no llego, a si que decidió romper él silencio, aclaro su voz y al empesar a hablar, fue interrumpida por un rudo proveniente de afuera.

-queda té aquí, yo iré a ver- dijo, intentando no perder la preciada calma.

Serca de la chimenea, tomo un fierro muy filoso, se acerco a la puerta y la abrió de golpe, se asomó, nada.

O tal vez si....

Un simple deseó Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora