Levi & Mikasa

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La preciosa esposa de Levi se encuentra en la habitación principal de la casa, gritando y lloriqueando mientras da a luz a su nuevo bebé.

Levi se encuentra fuera del cuarto, tomando una taza de té para relajarse. Decidió salir del cuarto "para no desconcentrar a su amada esposa" —aunque realmente no estaba adentro porque dudaba mucho que un parto fuera algo higiénico.

La expresión de su rostro se conservaba siempre seria, fría, y sin emoción alguna, sin embargo, por dentro sentía que sus rodillas iban a doblarse en cualquier momento. Además tenía demasiado calor.

Desde hace algunas semanas se encontraba en este estado: perdido, asustado, con taquicardias constantes y un terrible mal humor. El origen de estos sentimientos era, simple y sencillamente, la llegada de su nuevo bebé.

¿Qué tal si no estaba listo para ser padre? ¿Qué tal si no criaba al bebé como debía ser? ¿Qué tal si su matrimonio se complicaba después de la llegada del pequeño ser?

Tenía miedo. Muchísimo. Aunque siempre demostraba confianza en sí mismo y demostraba ser fuerte en toda circunstancia, la verdad era que se sentía bastante débil ante esta situación.

—Tsk. —Levi chasqueó la lengua después de dar un trago a su taza. Dejó esta en una pequeña mesa cercana, y se frotó la cara con ambas manos. Suspiró—. Demonios, Levi. Cálmate un poco —se dijo a sí mismo—. Seré un buen padre. Seré un buen padre. Seré un buen pa-

El llanto de un bebé interrumpió de pronto sus palabras.

Corrió a abrir la puerta del cuarto de un golpe, y se adentró en la habitación lo más rápido posible.

Su esposa se encontraba con un pequeño bebé con la cara enrojecida y lleno de sangre y envuelto en una toalla entre los brazos. Se acercó despacio para mirarle extrañado y con la respiración agitada.

—Es una niña —anunció su esposa, con una enternecida sonrisa—. Es tu niña, Levi.

Su corazón latió fuerte.

Estiró los brazos para cargarle: una preciosa niña de pelo negro y facciones delicadas. A decir verdad, se parecía mucho a él.

—Esto... no es muy higiénico. —Su esposa frunció el ceño—. Es... pequeña y... roja. ¿Por qué hace tanto ruido? Ugh, está cubierta de sangre y... ¿líquidos? Es asqueroso. —Su mujer le dio un puñetazo en el brazo—. Pero... bueno, es bonita. Muy bonita. Y pequeña. Mi pequeña... es mi pequeña.

Al fin, los labios de Levi se torcieron en una sonrisa. Volvió a poner a la pequeña en los brazos de la madre.

—Se llama Mikasa, por cierto. Me... ha gustado ese nombre. Ah, felicidades querida, —le besó los labios—, lo has hecho bien. No sé si es higiénico quedarme a tu limpieza y eso, así que iré a preparar un poco de té.

Salió de la habitación hacia la cocina para "preparar un poco de té" —aunque en realidad fue al baño a llorar de la felicidad.



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la calidad de las fotos está horrible: ¿me perdonan? ;(

espero que les guste este proyectito jeje.

por cierto, morí de ternura al escribir esto; en especial, este cap.

Ser Padre Es ComplicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora